“Nos
fascinábamos” -
Suponiendo
que nos estábamos amando, pero ahora
Descubrimos
que recién estamos aprendiendo a amar
En el inicio de nuestro pololeo
todo era primavera. Nos agradábamos mutuamente, y con muchos besitos, nos
gratificábamos, sintiendo el cielo más azul, y el rojo de las flores, como los
de sus labios, más carmesí. Creíamos amarnos muy bien. No habíamos descubierto
que en este gran amor cada uno de nosotros amaba a su pareja porque sentíamos
agrado en amarla, sacándole una ventaja a esa aventura. Cuando sentíamos es tagratificación
rica, creíamos que eso era amar y que dábamos tranquilos, porque pensábamos que
siempre sería así.
Hasta que tuvimos nuestros
primeros roces o dificultades, ¿Cuáles fueron nuestras primeras e inevitables
peleas? Ella me atacaba. Me indicaba con sus ojos llenos de rabia y con su dedo
acusador: “Tú fuiste”, Lleno de vergüenza te digo: era nuestro egoísmo, mío y
de ella. No me había dado cuenta de lo egoísta que soy, me creía buenito. Cuando
la abrazaba me buscaba a mi mismo, y no tanto de hacerla feliz a ella. El
pololeo entre otras cosas es la capacidad de elegir, siendo
distintos, realizar juntos una
comunión de personas. Así podemos preguntarnos: ¿En qué hemos crecido como
personas? Para los creyentes el tercero invisible es JESÚS Él Señor.
Para los no creyentes por el
momento son los valores que les dan sentido a la vida.
La necesidad psicológica y
espiritual vital para ras personas y para las parejas del siglo XX es lograr un
amor profundo, que si es verdadero, no muera nunca:
El AMOR ES ENTREGA SIN LIMITES Ni
CONDICIONES. Brota de mi SER profundo, que es de origen divino. Este amor
verdadero es desinteresado, es buscar la verdad y el bien verdadero para el
otro, perdona siempre. No espera gratificación, No puedo ser tan patudo y
esperar de ella que me corresponda automáticamente a las atenciones que le
hago. Este amor no se vende ni se compra. Además muchas veces pasó al revés,
las cosas que buscaba cada uno eran tan distintas que surgían los conflictos. Al
comienzo prácticamente teníamos los mismos gustos, pero no preguntábamos cosas
profundas. No había problemas; pero, cuando tarde o temprano aparecieron algunos
“gustos”, “formas” de actuar y personalidades, sensibilidades y reacciones diferentes
a los mismos estímulos, aparecieron también los contrastes familiares: “Mi mamá
me enseñó así”, y el otro contesta: “A mí qué me importa, anda a vivir con tu
madre”. Los enfoques diferentes de una misma situación.
Compartamos
en pareja
• ¿Alguna vez te has sentido en
las nubes, en una burbuja, y luego te das cuenta de que no era real? Comparte.
Como nos hacen descubrir que no es fácil, ni
automático entenderse, muchas veces ella dice no, queriendo decir sí.
¿Cómo me libraré de estos
tentáculos? Me di cuenta de que amar es una tarea de todos los días, Todos los
días tengo que aprender a. amar y a mejorar mi relación con mi pareja. Me di
cuenta de que es distinto “amar a mi pareja que “agradarme en mi pareja”. Hoy
aprendí que amar es poner nuestra unión en el centro de mis proyectos. Cuando
busqué mi propia satisfacción, me perdí. Fui egoísta, lo reconozco, pero empecé
a cambiar. Dejé de amarme a mí mismo aprovechándome de otro, y logré amar
mejor. Fue difícil tarea. Ahí entendí lo que dijo Jesús: “No hay amor más
grande que darla vida por el otro en los pequeños y grandes momentos.
“En el amor se gana perdiendo
lo que significa que cuando yo cedo, sé perder, renunciar a algo legítimo mío
por el bien de ella, salgo ganando. Así aprendí a amar, venciendo mi natural
egoísmo (mi yo cerebral fanático) para que ella viva feliz, para que también
aprenda a renunciar por mí.
Mi
amor partió súper interesado, y fue madurando a medida que fui capaz de dejar
de lado el egoísmo. No es que le falte interés, pero ahora es un interés centra
do en ella. Lo importante es ella, tengo mucho interés en ella, pero es
desinteresado. Es como mi mamá que luchaba para que yo comiera, lo que
claramente lo hacía por mi propio bien, y no por el de ella. Me acuerdo con
gratitud inmensa cuando acosado por la fiebre ella me cuidaba día y noche. Ella
estaba sufriendo amando, no estaba gozando. Se estaba entregando y exponiéndose
a contraer la enfermedad. Por eso, afirmo una vez más que partí sin amar
verdaderamente, y sostengo que la familia y mi pololeo es la escuela del gran
amor. Mi dilema fue: “aprendo a amar y
acepto que no sé lo suficiente y me esfuerzo por aprender”, o sencillamente “si
no aprendo y me resisto a amar, la vida me empujará al fracaso, por no saber
manejar mis brotes de egoísmo y mi rechazo a los desafíos del amor de todos los
días”.
La televisión, la radio y otros
medios de comunicación abren las compuertas del hedonismo, de la búsqueda del
placer por el placer, en las formas más degradantes que te puedas imaginar. La
consabida frase “hagamos el amor” da
para todo... muchas veces está llena de mentiras y muchas veces no tiene nada
de amor; parece simple técnica, posiciones más o menos, DIOS ES EL AMOR y nos
regaló un solo mandamiento:
“Ámense
los unos a los otros como yo los amo”.
El cambiar de parejas, usar artefactos para gozar más, NO ES AMOR. Mi meta
sigue siendo amar como El nos amó, El puro placer en mi vida siempre me dejó
con gusto a poco, siempre quise más.
Cuando aprendí a amar, descubrí el secreto de la felicidad, que es entregarme
desinteresadamente descubriendo después que todo el universo es un regalo para
mí.
¿Cuáles han sido las dificultades
con tu pareja? ¿Cuál fue la causa de cada una de las dificultades o peleas?
• ¿Tienes d a escuchar lo bueno y malo que te puedan decir, siempre que no te ataquen?
• ¿Cómo se sanan las heridas de
pasado?
• ¿Es señal de madurez
guardarse las rabias, enojos? heridas, violaciones, por temor de irritar desilusionar
a tu pareja? Explica.
Para
Ellos lo saben todo y andan trasmitiendo
Para los varones el hombre es
importante alcanzar sus objetivos por sí mismo;
Para él es muy relevante la
autonomía.
Por ello no pide ayuda, y si la
mujer le ofrece auxilio que no ha sido pedido, él se ofende, pues piensa que no
lo considera capaz.
Por su parte el hombre puede
ofender profundamente a la mujer aconsejándole lo que debe hacer cuando ella le
comunica sus sentimientos, Al hombre le es difícil comprender que la mujer sólo
necesita ser escuchada
1
“El egoísmo nace en el yo
cerebral en cambio en mi ser profundo
nace el amor verdadero, sin mancha de egoísmo. Hoy día abundan separaciones, nulidades, amantes, y esa frase
que dicen las parejas: “Si no me
resulta, me separo”, sin luchar para superar el egoísmo que es la causa de
todas separaciones y fracasos en el
amor. La relación de pareja no es un negocio que se lleva a cabo sólo si
conviene y que cuando no funciona, se acaba, En este caso yo me convertí en un
objeto de convivencia, tomo o dejo según mi gusto personal; eso es ser egoísta.
En esta escuela de amor,
funciona el deseo ardiente de perfeccionar a la otra persona y a mí mismo en
una creciente voluntad de amar, desarrollar el proyecto de vida que de felicidad. Cuando se busca entre dos, le
felicidad constituye una comunión de personas que nos estimula constantemente a realizarnos, transformando obstáculos
de todos los días en preparar a crecer,
en lugar de chocar entre y contra ellos. Me di cuenta en mi vida de que cuando
yo amaba abrazando a mi pareja, aparecía una felicidad espiritual sin límites, Así
aprendí a amar, paso a paso, acentuando siempre los resultados positivos, y corrigiendo
con tono, tino, tacto, y ternura. Por último, me di cuenta de que éramos
aprendices, de que estábamos en el pre-kinder en e aprendizaje de amor. El
último día de nuestra vida, vamos a presentar nuestro diploma de escuela de la vida, como pasaporte indispensable para
entrar a otra vida de felicidad sin Carlos
llegó corriendo a mi casa. Llegó con un pañuelo en la cara lleno de sangre,
llorando, se lo quitó, y me mostró una herida de oreja a oreja. Su mamá,
alcohólica, al no soportar las palabras hirientes de su hijo que rechazaba su
enfermedad, y dándose cuenta que había vaciado todo el vino en el baño, tomó
una copa, la rompió y le hizo esa herida. Yo lo consolé, lo llevé a la posta, y
mientras esperábamos después de que le pusieron los puntos, lo invité a volver
a su casa y a reconquistar a su mamá con palabras tiernas y amorosas. La mamá
estaba muy arrepentida, el niño ya no tenía la cara inquisidora y furiosa con
que miraba a su madre, ahora tenía una actitud amorosa y comprensiva con la que
empezó a cambiar la relación con ella, me llamó por teléfono, fui a su casa, le
pidió perdón a Dios y a su hijo. Y él a su vez también le pidió perdón por su
actitud, cerebral, brutal y egoísta que tenía para con ella. Y así se dio
cuenta de que la madre era solamente una víctima, de que ella tenía una
enfermedad y no solamente un vicio. El joven mostró una preocupación
desinteresada por su madre, hasta que des cubrió que amar a su mamá es
salvarla, liberarla de esa enfermedad. Así despertó en ella el deseo de salir
de esa psicoóependencia letal. -COMPARTE: Has conocido hechos parecidos y que te
hace sentir todo esto Gracias por compartir
de corazón a corazón. Pepe
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