viernes, 20 de abril de 2012


AMAR DE VERDAD  ES  Y CONSTRUIR TODO COMO EL TATITA DIOS.
Es absolutamente necesario que comprenda mí error. Como padres propongo  darle a mi hijo la felicidad, como quien da un regalo.
Deseo, encaminarlo hacia ella, para que él la conquiste personalmente.
Difícil, casi imposible, será después.
Cuanto menos trabajo me tome para regalonearlo más de la cuenta mejor; ni más ni menos de nosotros como padres en los primeros años, más, muchísimo más, tendrán en lo futuro.
Lo habituare, a poner cada cosa en su sitio y a realizar cada acción a su tiempo.
 El orden es la primera ley del cielo.
Que no esté ocioso; que lea, que dibuje, que te ayude en alguna tarea, que se acostumbre a ser atento y servicial.
Que comparta de corazón a corazón en nuestro hogar,
Que expresemos todos nuestros “sentimientos de luz y sombras.” Dejaré algo en el suelo para que él me lo recoja;
Lo incitaré a limpiar, arreglar, cuidar o componer alguna cosa, que me alcance ciertos objetos que necesitamos.
Le brindaré, en fin, las oportunidades para que emplee sus energías, su actividad, su voluntad y lo hará con placer.
Lo criaré como hijo humilde  y lo enriqueceré. Si crío como hijo rico y lo empobreceré para toda la vida.-
Estoy empiezo por mí ahora.
Cuando era joven y libre, y mi imaginación no tenía límites, y sigo
Soñando con cambiar el mundo…
+Ahora al volverme más viejo y más sabio, descubro que el mundo no cambiaría a mi “pinta”
+Entonces acortaré un poco mis objetivos y decidiré cambiar sólo mi país. Pero también, él sigue su propia ruta.
+Al ingresar en mis años de ocaso, en un último intento desespera do, me propuse cambiar sólo a mi familia, a mis allegados; pero, por desgracia, no me quedaba ninguno.
Y ahora que estoy en mi lecho de muerte, de pronto me doy cuenta:
+Si me hubiera cambiado primero a mí mismo, con el ejemplo habría cambiado a mi familia;
+a partir de mi inspiración y estímulo, podría haber hecho un bien a mi país y quién sabe, tal vez incluso habría cambiado a muchos.
Preguntas y sentires.
¿Qué  tiene  que ver  y qué te hizo sentir  este “compartir”?
+++
Tengo muchas sombras, no estoy bien…
Yo tenía 16 años y estaba viviendo con mis padres en el instituto que mi abuelo había fundado a 18 millas en las afueras de la ciudad de DURBAN, en Sudáfrica, en medio de plantaciones de azúcar. Estábamos bien dentro del país y no teníamos vecinos, así que a mis dos hermanas y a mí siempre nos entusiasmaba el poder  ir a la ciudad a visitar amigos o ir al cine.
Un día mi padre me pidió que le llevara a la ciudad para atender una conferencia que duraba el día entero y yo salté a la oportunidad.
Como iba a la ciudad, mi madre me dio una lista de cosas del supermercado que necesitaba y, como iba a pasar todo el día en la ciudad, mi padre me pidió que me hiciera cargo de algunas cosas pendientes como llevar el auto al taller. Cuando despedí a mi padre él me dijo: “Nos vemos aquí a las 5:00 p.m. para irnos a casa”.
Después de completar todos los encargos, rápidamente, me fui hasta el cine más cercano. Me concentré tanto con una película de John Wayne que me olvidé del tiempo. Eran las 5:30 pm.  Cuando me acordé. Corrí al taller, conseguí el auto y me apuré hasta don de mi padre me estaba esperando. Eran casi las 6:00 p.m. Me preguntó con ansiedad: “¿Porqué llegas tarde?”. Me sentía mal por eso y no le podía decir que estaba viendo una película de John Wayne.
 Le contesté que el auto no estaba listo y tuve que esperar... Esto lo dije sin saber que mi padre ya había llamado al taller.
Cuando se dio cuenta que había mentido, me dijo:
“Algo no anda bien en la manera que te he criado: que no te ha dado la confianza de decirme la verdad. Voy a reflexionar qué es lo que hice mal contigo. Voy a caminar las 27 kilómetros a la casa y pensaré sobre esto”.
Así que vestido con su traje y sus zapatos elegantes, empezó a caminar hasta la casa por caminos de tierra, sin iluminación. No lo podía dejar solo.., así que yo manejé 5 horas y media detrás de él... viendo a mi padre sufrir la agonía de una mentira estúpida que yo había dicho.
Decidí desde ahí que nunca más iba a mentir. Rodrigo Villarreal.

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