Nos comprometimos creyendo que
con darlo todo, los secretos e incluso los pecados personales (que incumben a
Dios) estábamos asegurando el amor. El pasado ya no existe y es mejor construir
una realidad nueva…
Nadie
puede decir “ya llegamos a la cumbre del
amor, siempre se necesita más amor porque tiende al infinito”.
Más
misterio, más aventura, más “sorpresa”, más ruptura de los esquemas rígidos,
mitos, creencias. Para que el amor no se muera, crezca sin límites.
La ética del AMOR es eso:
alimentarse de más amor, eliminando siempre los tentáculos del egoísmo asesino.
La
RUTINA, la lata, el estancamiento mata la
amistad; el amor, la fe; los funden en unión
eterna
Generalmente la pareja se da cuenta, uno
primero después el otro, que la relación está fallando, la amistad de la pareja
esta’ “haciendo agua”,
El
interés de estar juntos disminuye a ojos vista. El lo demuestra llegando cada
vez más tarde a casa, siempre con menos interés en llegar; el desgano se hace
evidente y se enchufa en la tele; el mensaje a todos:
“Déjame
hacer lo que yo quiera.., necesito todo el espacio.., tú me aburres y siento
rechazo por ti”.
Todos
nosotros producimos mensajes verbales (30%) y no verbales (70%). De luz y de
sombras, que cada uno traduce a su pinta, y no siempre los traduce correctamente.
Esta cultura actual se mueve más en la línea de lo “cerebral”. Hay silencios que son mensajes de amor, de perdón, de
interrogación y otros que son de rechazos, desprecios, indiferencia,
declaración de no existencias.
Hay miradas y miradas, unas que
expresan aceptación, cariño y otras que matan, desprecian y que odian.
Mi
problema no es que no haya comunicación... Sí la hay siempre, pero mala o buena. Los mensajes “tú”,
son peligrosos porque en ellos aparecen con facilidad los juicios.
Los
mensajes “yo”, no corren tanto peligro, porque brotan del SER. La misión de la
pareja que se decidió amar siempre:
Trabajar para comunicase de SER
a SER,
de corazón a corazón
Así
está asegurada la excelente comunicación de sentimientos profundos. La gran
pregunta de siempre: ¿Cómo me están llegando estas miradas, palabras, gestos?,
te sugiero que la hagas antes de terminar el día.
No basta decir mal o bien,
porque lo dicen todo y no dicen nada.
No
te puedes quedar días con eso adentro. Te sugiero expresarlo con claridad, para
superar esta crisis; “hablar en primera persona siempre con toda
tu familia”; Usando el verbo –estar-, estoy
triste, sola, aburrido, cansado, feliz, por fin estoy en casa contigo y mi regalón
Buscaré
los mensajes recibidos y trataré de:
Interpretarlos. OJO con las indirectas! “Para
que entienda” o el rechazo subliminal disfrazado de cansancio:
“Me
duele la cabeza”.
Para ser claros en los mensajes es indispensable conocerme a fondo a mí misma. “Soy la gran desconocida”.
Uno
de los peligros de la polola es la “pretensión”,
de que él me entienda sin explicaciones
como yo quiero. Pasarme las películas, videos; no cuesta nada.
Una persona tiene derecho pleno
a estar cansada, molesta, irritada, pero que lo diga, y que diga el porqué, la
causa; de otro modo la otra persona empieza a “su poner” que la causa de la molestia es él o ella misma e
interpreta fácilmente todo como un rechazo, cuando el motivo puede ser otro
ajeno a la pareja; la duda que se insinúa enseguida de un posible “desamor” provoca
un clima de incertidumbre que pervierte
la relación, Y si queremos salir de la duda es bueno que la persona en
cuestión se dé cuenta que no es ella la
mala sino la actitud la que me hiere. Una actitud se puede cambiar, la persona
no. Es diferente decir: “No quiero
hablar contigo en este momento” que decir: “no quiero hablar más contigo” (viene
del yo cerebral y es enterrarla en
la Indiferencia). El “más”, el “nunca”, “me dijeron”, “me contaron”, “supe”,
¿supiste la última?, el “siempre”, son mortales, porque exageran y absolutizan que
siempre es relativo, porque las circunstancias cambian y las personas también.
Es caldo de CABEZA.
Nosotros
como parejas tenemos ansias infinitas de ser amadas.
La
soledad nos asecha siempre. Cuando estamos en comunión de personas, nos
sentimos realizadas. Y derrotamos la soledad, lo esencial de nuestras
personitas es SER y sentirme persona
sagrada. Es sentirme en comunión, en estar en y con la otra persona para
evitar ser dominado por los tentáculos
de mi yo cerebral, para comulgar ambos en mi “Espíritu Divino que habita dentro de cada
uno de nosotros”
La
soledad en el amor es infidelidad a Él y una traición al “compartir profundo”,
y aparece esa frase tremenda: “mi casa es un infierno”. El amor que comprometí vivir
con mi pareja es más fuerte que las peleas, La amo porque yo decidí jugarme por
ella en los buenos y malos momentos. No la amo porque tenga que amarla; porque el “deber” mata el verdadero amor
que es libre como el mismo DIOS Amor.
Recuerdo
que un Joven, con rabia me decía: “Es mi polola, me pertenece”. No había entendido
nada lo que realmente significa tal palabra, amor es soberanamente libre, hace lo que hace sólo porque ama y amo
porque me siento libre. El amor no se exige, ni se mendiga Todos merecemos
ser amados y amar sin límites.
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