lunes, 30 de abril de 2012


Nos comprometimos creyendo que con darlo todo, los secretos e incluso los pecados personales (que incumben a Dios) estábamos asegurando el amor. El pasado ya no existe y es mejor construir una realidad nueva…



Nadie puede decir “ya llegamos a la cumbre del amor, siempre se necesita más amor porque tiende al infinito”.
Más misterio, más aventura, más “sorpresa”, más ruptura de los esquemas rígidos, mitos, creencias. Para que el amor no se muera, crezca sin límites.
La ética del AMOR es eso: alimentarse de más amor, eliminando siempre los tentáculos del egoísmo asesino.
La RUTINA, la  lata, el estancamiento mata la amistad; el amor, la fe; los funden en unión eterna
 Generalmente la pareja se da cuenta, uno primero después el otro, que la relación está fallando, la amistad de la pareja esta’ “haciendo agua”,
El interés de estar juntos disminuye a ojos vista. El lo demuestra llegando cada vez más tarde a casa, siempre con menos interés en llegar; el desgano se hace evidente y se enchufa en la tele; el mensaje a todos:
 “Déjame hacer lo que yo quiera.., necesito todo el espacio.., tú me aburres y siento rechazo por ti”.
Todos nosotros producimos mensajes verbales (30%) y no verbales (70%). De luz y de sombras, que cada uno traduce a su pinta, y no siempre los traduce correctamente. Esta cultura actual se mueve más en la línea de lo “cerebral”. Hay silencios que son mensajes de amor, de perdón, de interrogación y otros que son de rechazos, desprecios, indiferencia, declaración de no existencias.
Hay miradas y miradas, unas que expresan aceptación, cariño y otras que matan, desprecian y que odian.
Mi problema no es que no haya comunicación... Sí la hay siempre, pero mala o buena. Los mensajes “tú”, son peligrosos porque en ellos aparecen con facilidad los juicios.
Los mensajes “yo”, no corren tanto peligro, porque brotan del SER. La misión de la pareja que se decidió amar siempre:
Trabajar para comunicase de SER a SER,
de corazón a corazón
Así está asegurada la excelente comunicación de sentimientos profundos. La gran pregunta de siempre: ¿Cómo me están llegando estas miradas, palabras, gestos?, te sugiero que la hagas antes de terminar el día.
No basta decir mal o bien, porque lo dicen todo y no dicen nada.
No te puedes quedar días con eso adentro. Te sugiero expresarlo con claridad, para superar esta crisis; hablar en primera persona siempre con toda tu familia”; Usando el verbo –estar-, estoy  triste, sola, aburrido, cansado, feliz,  por fin estoy en casa contigo y mi regalón

Buscaré los mensajes recibidos y trataré de:
 Interpretarlos. OJO con las indirectas! “Para que entienda” o el rechazo subliminal disfrazado de cansancio:
“Me duele la cabeza”. Para ser claros en los mensajes es indispensable conocerme a fondo a mí misma. “Soy la gran desconocida”.
Uno de los peligros de la polola es la “pretensión”, de que él me entienda sin explicaciones como yo quiero. Pasarme las  películas, videos; no cuesta nada.
Una persona tiene derecho pleno a estar cansada, molesta, irritada, pero que lo diga, y que diga el porqué, la causa; de otro modo la otra persona empieza a “su poner” que la causa de la molestia es él o ella misma e interpreta fácilmente todo como un rechazo, cuando el motivo puede ser otro ajeno a la pareja; la duda que se insinúa enseguida de un posible “desamor” provoca un clima de incertidumbre que pervierte la relación, Y si queremos salir de la duda es bueno que la persona en cuestión se dé cuenta que no es ella la mala sino la actitud la que me hiere. Una actitud se puede cambiar, la persona no. Es diferente decir: “No quiero hablar contigo en este momento” que decir: “no quiero hablar más contigo” (viene del yo cerebral y es enterrarla en la Indiferencia). El “más”, el “nunca”, “me dijeron”, “me contaron”, “supe”, ¿supiste la última?, el “siempre”, son mortales, porque exageran y absolutizan que siempre es relativo, porque las circunstancias cambian y las personas también. Es caldo de CABEZA.
Nosotros como parejas tenemos ansias infinitas de ser amadas.
La soledad nos asecha siempre. Cuando estamos en comunión de personas, nos sentimos realizadas. Y derrotamos la soledad, lo esencial de nuestras personitas es SER y sentirme persona sagrada. Es sentirme en comunión, en estar en y con la otra persona para evitar ser dominado por los tentáculos de mi yo cerebral, para comulgar ambos en  mi “Espíritu Divino que habita dentro de cada uno de nosotros”
La soledad en el amor es infidelidad a Él y una traición al “compartir profundo”, y aparece esa frase tremenda: “mi casa es un infierno”. El amor que comprometí vivir con mi pareja es más fuerte que las peleas, La amo porque yo decidí jugarme por ella en los buenos y malos momentos. No la amo porque tenga que amarla; porque el “deber” mata el verdadero amor que es libre como el mismo DIOS Amor.
Recuerdo que un Joven, con rabia me decía: “Es mi polola, me pertenece”. No había entendido nada lo que realmente significa tal palabra, amor es soberanamente libre, hace lo que hace sólo porque ama y amo porque me siento libre. El amor no se exige, ni se mendiga Todos merecemos ser amados y amar sin límites.


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