lunes, 14 de abril de 2008

DIOS SIEMPRE ME ELIGE

DIOS SIEMPRE ME ELIGE
BÍBLICO1 Pablo, apóstol de Cristo Jesús por voluntad de Dios, a los santos que están en Efeso.

A todos ustedes que creen en Cristo:
2 reciban gracia y paz de Dios, nuestro Padre, y de Jesús, el Señor.
3 ¡Bendito sea Dios, Padre de Cristo Jesús nuestro Señor, que nos bendijo desde el cielo, en Cristo, con toda clase de bendiciones espirituales!

4 En Cristo Dios nos eligió antes de la creación del mundo, para estar en su presencia sin culpa ni mancha.
5 Desde la eternidad determinó en el amor que fuéramos sus hijos adoptivos por medio de Cristo Jesús. Eso es lo que quiso y más le gustó para que se alabe su Gloria por esa gracia suya que nos manifiesta en el Bien Amado.

7Pues en Cristo, la sangre que derramó paga nuestra libertad y nos merece el perdón de los pecados.
8 En esto se ve la inmensidad de su gracia. Mediante dones de sabiduría e inteligencia.

9 Dios nos da a conocer este proyecto misterioso, fruto del amor que tiene a su Hijo-
10que debía realizarse cuando llegara la plenitud de los tiempos.
Todas las cosas han de reunirse en Cristo, tanto los seres celestiales como los terrenales.

11 En Cristo, Dios nos apartó, a los que estábamos esperando al Mesías.
12 El, que dispone de todas las cosas como quiere, nos eligió para ser su pueblo, para alabanza de su Gloria.

13 Ustedes también, al escuchar la Palabra de la Verdad, el Evangelio que los salva, creyeron en él, quedando sellados con el Espíritu Santo prometido,
14 El cual es el anticipo de nuestra herencia.
Así va liberando al pueblo que hizo suyo, con el fin de que sea alabada su Gloria.


“Dios ME elegio”: Efesios 1, 3-14

a) ¿Te sientes elegido por Jesús, en qué? ¿para qué?
b) ¿Qué significa para ti sentirte hijo?
c) ¿Sientes que tienes alguna responsabilidad como hijo?
d) ¿Cuándo te has sentido responsable con tus padres?


FUI ELEGIDO COMO PERSONA

1Señor, tú me examinas y conoces;
2sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; tú conoces de lejos lo que pienso;
3 tú sabes si camino o si me acuesto y tú conoces bien todos mis pasos.

4 Aún no está en mi lengua la palabra cuando ya tú, Señor, le conoces entera.
5 Me abrazas por detrás y delante, después pones tu mano sobre mí.

6Tu. ciencia es un misterio para mí, tan grande que no puedo comprenderla.
7¿A dónde podré ir lejos de tu espíritu?
¿A dónde podré huir lejos de tu presencia?
8 Si subo a las alturas, allí estás, sí bajo a los abismos de la muerte, allí también estas.

9Si le pido a las alas a la Aurora para irme a la orilla de los mares,
10también allá tu mano me conduce y me tiene tomado tu derecha.
11 y Si dijere entonces: ¡Que me oculten, al menos las tinieblas y la luz se haga noche en tomo mío!

12 Pero, Aun las tinieblas nada tienen de oscuro para ti y la noche ilumina como el día.
13 Pues tú., Señor, formaste mis entrañas,
Me tejiste en el seno de mi madre.

14 Te doy gracias por tantas maravillas que tú has ejecutado; en efecto, admirables son tus obras y mi alma bien lo sabe.
15 Mis huesos no escapaban a tu vista cuando yo era formado en el secreto, o cuando era bordado en las profundidades de la tierra.
16 Tus ojos ya veían mis acciones y ya estaban escritas en tu libro; los días de mi vida estaban ya trazados antes que ni uno de ellos existiera.
17 “Cuan difíciles son tus pensamientos y su suma es, OH Dios, incalculable”
Si me pongo a contarlos, son más que las arenas; y cuando me despierto, aún estoy contigo.

“Dios me escogió” Salmo 139

a) ¿Qué sientes al darte cuenta que tu mamá te tejió y te bordó en su vientre?
b) ¿Qué diferencia existe entre tú espíritu y el de cualquier otra criatura del universo?
c) ¿Has elegido a Dios?
d) ¿Qué diferencia existe entre un amigo y un hermano?

LA PALABRA
1 En diversas ocasiones y bajo diferentes formas, Dios habló a nuestros padres, por medio de los profetas,
2 hasta que, en estos días que son los últimos, nos habló a nosotros por medio de su Hijo. Este es al que Dios constituyó heredero de todo, ya que por él dispuso las edades del mundo.
3 Este es el resplandor de la Gloria de Dios y en él expresó Dios lo que es en sí mismo.
El es el que mantiene el universo por su palabra poderosa.
El es el que purificó al mundo de sus pe­cados y después se fue a sentar junto al trono de Dios en los cielos.
4El está tan por encima de los ángeles, cuanto es más excelente el Nombre que heredó.
5 En efecto. ¿A qué ángel jamás le dijo Dios: “Tú eres mi Hijo", en este día yo te he dado la vida? ¿A qué ángel dijo Dios: “Yo seré para él un Padre y él será para mi un Hijo”?.
6Cuando Dios manda a su Primogénito al mundo, la Escritura dice: Que todos los ángeles de Dios lo adoren.
7 Pero, cuando se trata de los ángeles, encontra­mos palabras como éstas: Dios envía a sus ángeles como el viento, hace de sus servidores una llama ardiente.
8 En cambio, respecto del Hijo, leemos estas palabras:”Tu trono, OH Dios, permanece por siglos y siglos, y tu gobierno será el de la justicia.
9 Amas la justicia y aborreces la maldad, por eso te consagro Dios, tu Dios, en un día feliz, prefiriéndote a todos.”

10 Y estas otras palabras:
“Señor, tú en el principio pusiste la tierra sobre sus bases, y en los cielos son obra de tus manos. 11 Ellos desaparecerán, pero tú permaneces. Serán para ti como un vestido viejo;
12Los doblarás como doblan una capa y los cambiarás; Tú, al contrario, eres siempre el mismo y tus años no terminarán jamás”.

13 A ninguno de sus ángeles dijo Dios: “Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como tarima de tus pies”.
14 Pues todos estos espíritus no son más que servidores y los manda a Dios para bien de los que recibirán de él la salvación.

La Palabra de Dios
Hebreos 1, 1-14
Hebreos 4, 12-16
Romanos 10, 9-21
Juan 1, 1-4

a) ¿Cuántos años vivieron tus abuelitos?
b) ¿Qué es lo que tus antepasados te legaron?
c) ¿Qué tienes de los primeros padres y te impide ser feliz?
d) ¿Puedes hacer un árbol familiar, con tus raíces, tronco, ramas, flores y frutos?
EL VERBO …

12 En efecto, la Palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo. Penetra hasta la raíz del alma y del espíritu. Sondeando los huesos y los tuétanos para probar los deseos y los Pensamientos más íntimos, 13 Toda criatura es transparente ante ella; todo queda desnudo y al descubierto a los ojos de Aquel al que debemos dar cuentas.

Cristo es nuestro Sumo Sacerdote
Y esto me hace sentir, feliz y seguro
14Tenemos nosotros un Sumo Sacer­dote muy superior a los otros, que ha en­trado en el mismo cielo: éste es Jesús, el Hijo de Dios. Mantengámonos, pues, firmes en la fe que profesamos.
15 Nuestro Sumo Sacerdote no se queda indiferente ante nuestras debilidades, por haber sido some­tido a las mismas pruebas que nosotros, pero que, a él, no lo llevaron al pecado.
16 Por lo tanto, acerquémonos con confian­za al Dios de bondad, él tendrá piedad de nosotros y nos recibirá en el momento oportuno.

“La Palabra de Dios es para siempre
Hebreos 4,12 – 16
Romanos 10, 9 -21

a) ¿Cuál es el Dios que tú amas y sigues?
b) ¿Cuál es el Dios que tú no aceptas?
c) ¿Sientes que la Biblia está hecha para ti?
d) ¿Qué le falta a la Biblia para que la sientas viva?
e) ¿Qué evangelio completo has leído con amor?



“YO PROCLAMO EL VERBO”


9 Porque si confiesas con tu boca que Jesús es Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás sal­vo. 10 Al que cree de corazón Dios lo reci­be; y el que proclama con los labios, se sal­va. Por eso dice la Escritura: Ninguno de los que creen en él confundido.
12 Aquí no se hace distinción entre judo y griego; todos tienen un mismo Señor, el cual da abundantemente a todo el que lo invoca.

13 En efecto, el que invoque el Nombre del Señor se salvará.
14 Pero. ¿Cómo invocarían al Señor sin antes haber creído en él? Y ¿cómo creer en él sin haber escuchado? Y ¿cómo escucha­rán sí no hay quien predique? 15 Y ¿cómo saldrán a predicar sin ser enviados? Como dice la Escritura: ¡Qué lindo es caminar de los que traen buenas noticias! 16 Aun­que no todos obedecieron a la Buena Nue­va según decía Isaías: “Señor, ¿quién ha creído en nuestra predicación? 17 Por lo tanto, la fe nace de una predicación, y la predicación se arraiga en la palabra de Cristo.
18 Me pregunto; ¿Será porque no oyeron? ¡Claro que sí! Pues por toda la tierra resonó la voz de los predicadores, y se oyeron sus palabras hasta en el último rincón del mun­do. 19Y sigo preguntando: ¿No será porque Israel no entendió? Moisés es el primero en decir: Yo haré que te pongas celoso de una nación que ni siquiera es nación, excitaré tu enojo contra una nación insensata.
20 Isaías se atreve a decir más: Fui hallado por los que no me buscaban, me presenté a quienes no preguntaban por mí.
21 Mientras que, hablando de Israel, el mismo Isaías dice: Todo el día extendí mis manos hacia un pueblo desobediente y rebelde.

“LA PALABRA DE DIOS VIVO
Romanos 10, 9 – 21

a) ¿Quién es realmente Jesús para ti?
b) ¿Qué lugar ocupa en tu vida?
c) ¿Qué vivencias tienes de él?
d) ¿Qué experiencias has sentido de él?
e) ¿Qué evangelio completo has leído? ¿Por qué?


OBISPO DE LA PALABRA
Cómo deben ser el obispo y los diáconos

1 Si alguien aspira a ser obispo, su ambición es buena: de esto no cabe duda.
2 Es necesario, pues, que no se le pueda reprochar nada al obispo. Marido de una sola mujer, hombre serio, juicioso, de bue­nos modales, que fácilmente reciba en su case y sea capaz de enseñar.
3 No debe ser bebedor ni peleador, sino indulgente, amigo de la paz y desinteresado del dinero. 4Un hombre que sepa dirigir su propia casa, cuyos hijos son buenos y le obede­cen.
Pues si no sabe gobernar la propia casa, ¿cómo cuidará la asamblea de Dios?


“LA PALABRA DE LA VIDA “
Timoteo 3, 1 – 5
Timoteo 3, 14 – 17


a) ¿Cuáles serán los últimos signos del fin del mundo?
b) Frente a lo que has meditado ¿qué decisión te gustaría tomar?
c) ¿Cuál de todas estas malezas tienes tú, y qué haces para sacártelas?
d) ¿Es cierto que al leer La Palabra con amor, quedas limpio?

14 Tú quédate con lo que has aprendido y que te ha sido confiado, sabiendo de quiénes lo recibiste.
15 Además, desde tu niñez conoces las sagradas escrituras. Ellas te darán la sabiduría que lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
16 Todos los textos de la Escritura son inspirados por Dios y son útiles para enseñar, para rebatir, para corregir, para guiar el bien.
17 La Escritura hace perfecto al hombre de Dios y lo deja preparado para cualquier buen trabajo.


SIMBOLOS BIBLICOS (FORMAS LITERARIAS)
Mi espíritu es invisible, nunca lo he visto con mis ojos, ni el de los demás.

Al compartir todas las personas, que tienen un yo invisible, se comunican de mil formas; usan palabras, miradas, gestos, se escriben, se graban en “DRAYV”, se dan apretones de mano, abrazos de paz, se besan, bailan, juegan al amigo secreto, y todas estas fórmulas de comunicación se llaman símbolos.

Símbolo es algo visible que transmite algo invisible (sentimiento), son símbolos naturales (Sacramentales).

Dios Padre es también invisible, por lo tanto también transmite sentimientos invisibles a través de todo lo visible que nos rodea especialmente de los siete símbolos sagrados. Así también en las Sagradas Escrituras son Palabras de inspiración divina, algo visible, nos transmiten algo invisible. Son cartas de amor, del Hijo que nos hablas del Padre. Y así como entre nosotros usamos muchos símbolos distintos para comunicar sentimientos, así también en esta Biblia hay muchos géneros literarios que son símbolos que transmiten verdades y gestos distintos para el bien del hombre, para su salvación.

Estos pasajes, que a continuación te nombro son para que descubras que géneros literarios tienen estos párrafos. Encuentras historias épicas, versos, prosas, narraciones.

SÍMBOLOS BÍBLICOS
(Formas Literarias)

a)
b) ¿Qué sientes y de qué te das cuenta cuando un cristiano no católico llega a tu casa con la Biblia?
c) ¿Cómo lo tratas?
d) ¿Qué son los géneros literarios? ¿Para qué usan?

EL PODER DEL PECADO

14 Sabemos que la Ley es cosa espiri­tual, pero yo soy de carne y hueso, vendido como esclavo al pecado. 15 Y ni siquiera en­tiendo lo que me pasa, porque no hago lo que quisiera, sino por el contrario, lo que detesto. 16 Ahora bien, si hago lo que no quisiera, reconozco que la ley es buena. 17 pero, en este caso, no soy yo quien obra mal, sino el pecado que está dentro de mí. Bien sé que en mi, o sea, en mi carne, no habita el bien. 18 Puedo que­rer el bien, pero no realizarlo. 19 De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. 20 Por lo tanto, sí hago lo que no quiero, no soy yo quien está haciendo el mal, sino el Pecado que está dentro de mí.
21 Descubro entonces esta realidad: que­riendo hacer el bien, se me pone delante el mal que está en mí. 22 Cuando me fijo en la Ley de Dios, se alegra lo íntimo de mi ser; 23 pero veo en mis miembros otra ley que está en guerra con la ley de mi mente, y que me entrega como preso a la ley del pecado inscrita en mis miembros.
24 ¡Desdichado de mí! ¿Quién me librará de mí mismo y de la muerte que llevo en mí?
¡A Dios demos gracias, por Cristo Je­sús. Nuestro Señor!

“EL PODER DEL PECADO”
Romanos 7, 14 - 24

Si Dios no hace basura, a) ¿Por qué existe el virus del mal en mí?
b) ¿Cómo puedo asumir mis valores, dones y cualidades personales?
e) ¿Cómo puedo ordenar lo que está desordenado en mi corazón?

LOS EFECTOS DEL PECADO
18 En efecto, Dios nos hace ver cómo desde el cielo se prepara a condenar la mal­dad y la injusticia de toda clase, de aque­llos hombres que han desterrado la verdad con sus obras malas.
19 Todo aquello que podemos conocer de Dios debería ser claro para ellos: Dios mismo se lo manifestó.
20 Pues, si bien a él no lo podemos ver, lo contemplamos, por lo menos, a través de sus obras, puesto que él hizo el mundo, y por ellas entendemos que él es eterno y po­deroso, y que es Dios.
De modo que no tienen disculpa,
21 por que conocían a Dios y no lo han glorifica­do como le corresponde, ni le han dado gracias. Al contrario, se perdieron en sus razonamientos y su corazón extraviado se en­cegueció más todavía.
22 Pretendían ser sa­bios cuando hablaban como necios.
23 Cambiaron la Gloria del Dios inmortal por imágenes con forma de hombre mortal, de aves, de animales o de serpientes.



LOS EFECTOS DEL PECADO”
Romanos 1, 18 – 23

a) ¿Qué ídolos son los que yo tengo?
b) ¿Soy capaz de decir la verdad y ser justo?
c) ¿Cómo hago para eliminar mis cicutas?
d) ¿Cuándo nacieron y hasta cuándo estarán en mí?

MI ACTITUD HACIA EL
1 No más que un servicio militar es la vida del hombre sobre la tierra, y sus días son los de un jornalero.
2 Se parece al esclavo que suspira por la sombra, o al jornalero que espera su salario.
3 Así a mí me han tocado meses de decepción, y fueron mi parte noches de dolor.
4 Al acostarme digo: “¿Cuándo llegará el día?”
Al levantarme: “¿Cuándo será de noche?”
Y hasta el crepúsculo me abruman mis inquietudes.
5 Mi carne está cubierta de gusanos y costras, mi piel se ha arrugado y se deshace,
6 mis días han corrido más rápidos que la lanzadera, y se pararon cuando ya no hubo hilo.
7 Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la felicidad.
8 Los ojos que me miraban ya no me verán, y ante tu propia vista dejaré de existir.
9 Así como la nube se disipa y pasa, así el que baja donde los muertos no suben más.
10 No volverá a su casa y los lugares en que estuvo no lo verán jamás.
11 Por eso no callará mi boca, sino que expresaré mis angustias y me quejaré a la medida de mi amargura.
12 ¿Soy acaso el Mar o el Monstruo marino, para que pongas guardia a mí alrededor?
13 Si digo: “Mi cama me consolará, y mi descanso aliviará mi llanto.
14 entonces tú me asustas con sueños y me aterrorizas con visiones.
15 Preferiría ser sofocado: la muerte antes que estos dolores.
16 Mira que desfallezco, no viviré para siempre. ¡Déjame! Ves que mis días son un soplo.
17 ¿Qué es el hombre para que te fijes tanto en él
18 y pongas en él tu mirada, para que lo vigiles cada mañana y lo pongas a prueba a cada instante?
19 ¿Cuándo apartarás de mí tus ojos y me darás tiempo de tragar mi saliva?
20 Si he pecado, ¿qué te hecho a ti, guardián de los hombres?
21 ¿Por qué me has tomado como blanco de tus golpes? ¿En qué té molesto?
¿Por qué no olvidas mi falta y no dejas pasar mi pecado?
22 Porque pronto me voy acostar en el polvo, y cuando me busques ya no existiré.

“ MI ACTITUD HACIA DIOS”
Job 7, 1-11
Job 7, 17-21

a) Si la vida es tan frágil ¿vale la pena preocuparme tanto por cosas que dentro de 50 años ya no van importar?
b) Por qué Dios te nombra Rey de la Creación, y cuál es tu responsabilidad ecológica?

¿POR QUÉ ME SALVARE?

2 1 Ustedes estaban muertos por las faltas y los pecados en que andaban. 2 Se conformaban a este mundo y seguían al soberano que reina entre cielo y tierra y que sigue actuando en aquellos que resisten a la fe. 3 Todos nosotros fuimos de aquéllos y nos dejamos llevar por las codicias humanas; obedecimos a los deseos de nuestra naturaleza y consentimos sus proyectos. Por naturaleza éramos merecedores de castigo, igual que los demás.
4Pero Dios, que es rico en misericordia, nos manifestó su inmenso amor,
5 y a los que estábamos muertos por nuestras faltas, nos dio vida con Cristo. ¡Por gracia han sido salvados!
6 y nos resucitó con Cristo para sentamos con él en los cielos.
7
Al demostrarnos tanta bondad en Cris­to Jesús, Dios quiso manifestar en los siglos venideros la extraordinaria riqueza de su gracia.
8 Pues, por gracia de Dios han sido salvados, por medio de la fe. Ustedes no llenen mérito en este asunto: es un don de Dios;
9 y no tienen por qué sentirse or­gullosos, por que no lo consiguieron con sus obras. 10 Lo que somos es obra de Dios: él nos ha creado en Cristo Jesús, con miras a las buenas obras que dispuso desde antes para que nos ocupáramos en ellas.

“Salvación”
Efesios 2, 1 - 10

a) ¿Todos se salvan? ¿Por qué? ¿De quién depende?
b) ¿Puedo alcanzar la eternidad por mí mismo?
c) ¿Qué tiene que ver Dios con mi propia historia? ¿Qué es el purgatorio?
¿De qué me sirve ayudar a las personas que lo necesitan? ¿Quién es el causante del mal? ¿En la otra vida hay tiempo?


EL ESPIRITU SANTO

14 Pues todos aquellos a los que guía el Espíritu de Dios, ésos son hijos de Dios.
15 Ustedes no recibieron un espíritu de esclavos para volver al temor, sino el Espí­ritu que nos hace hijos adoptivos, y en todo tiempo llamamos ¡Abba!, o sea: ¡Papito!
16 El mismo Espíritu le asegura a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios. 17 Y si somos hijos, somos también herederos. Nuestra será la herencia de Dios, y la com­partiremos con Cristo; pues sí ahora sufri­mos con él, con él recibiremos la Gloria.

TAMBIÉN EL UNIVERSO ESPERA SU REDENCION

18 En verdad, me parece que lo que su­frimos en la vida presente no se puede comparar con la Gloria que ha de manifes­tarse después en nosotros.
19 Y toda la creación espera ansiosamente que los hi­jos de Dios salgan a la luz.
20 Pues, si la creación se ve obligada a trabajar para la nada, no es porque ella hubiese deseado esa suerte, sino que le vino de1 que la so­metió.
21 Con todo, ella guarda la esperan­za de ser liberada del destino de muerte que pesa sobre ella y de poder así compartir la libertad y la gloria de los hijos de Dios.


22 Sabemos que toda la creación sigue con sus gemidos y dolores de parto.
23 Lo mismo nosotros, aunque se nos dio el Espíritu como un anticipo de lo que hemos de recibir gemimos interiormente, anhelan­do el día en que Dios nos adopte, con nues­tro cuerpo inclusivamente.
24 Perseverar en la esperanza es lo que nos salva. Pero ver lo que se espera ya no es esperar: ¿cómo se podría esperar lo que se ve?
25 Pues bien, esperar cosas que no vemos, significa tan­to constancia como esperanza.

26 Además el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad; porque no sa­bemos pedir de la manera que se debe. Pero el propio Espíritu intercede por noso­tros con gemidos que no se pueden expre­sar.
27 Y Aquel que penetra los secretos más íntimos, conoce los anhelos del Espí­ritu cuando ruega por los santos según la manera de Dios.

Quién nos apartará de Dios

28 También sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman, a quienes él ha llamado según su propio designio.
29 A los que de antemano conoció, también los destinó a ser como su Hijo y semejantes a él, a fin de que sea él primogénito en medio de numerosos her­manos.
30 Por eso, a los que eligió de an­temano, también los llama, y cuando los llama los hace justos, y después de hacerlos justos, les dará la Gloria.

EL ESPÍRITU SANTO”
Romanos 8, 14 –30

a) ¿Cuáles son dones, cualidades de tus papás? ¿Quién los sembró en ellos?

b) ¿El dios dinero, de dónde saca su poder?
c) ¿Realmente el dinero libera o esclaviza? ¿Cuál es realmente su papel?
d) ¿Cómo puedes comprobar que eres Hijo de Dios? ¿Cuáles son los frutos de esta filiación?
e) ¿Qué pasará con tu familia y tus amigos se acaba este mundo?
f) ¿Podrás conocer y amar a todos tus parientes, tus antecesores?


LOS FRUTOS DEL ESPIRITU


16 eso les digo: anden según el Es­píritu y no llevarán a efecto los deseos de la carne. 17 Pues los deseos de la carne es­tán contra el Espíritu y los deseos del Es­píritu están contra la carne. Los dos se oponen uno a otro, de suerte que ustedes no pueden obrar como quisieran. 18 Pero, si los conduce el Espíritu, ya no están sometidos a la ley.
19 Es fácil ver lo que viene de la carne: libertad sexual, impurezas y desvergüenzas;
20 culto de los ídolos y magia; odios, celos y violencias; furores, ambiciones, divisiones, sectarismo, desavenencias y envidias;
21 borracheras, orgías y cosas semejantes. Les vuelvo a declarar lo que ya les he dicho: los que hacen estas cosas no hereda­rán el Reino de Dios.
22 En cambio, el fruto del Espíritu es: ca­ridad, alegría y paz; paciencia, comprensión de los demás, bondad y fidelidad; 23 man­sedumbre y dominio de sí mismo. Ahí no hay condenación ni ley, 24 pues los que pertenecen a Cristo Jesús tienen crucifica­da la carne con sus vicios y sus deseos.
25 Si vivimos por el Espíritu, dejémonos conducir por el Espíritu. 26 No busquemos la vanagloria: que no haya entre nosotros provocaciones ni rivalidades.

“Los frutos del Espíritu”
Gálatas 5, 16 –26

a) ¿Cuáles son los frutos del espíritu en ti?
b) ¿Qué dones tienen tus mejores amigos?
c) ¿Cuáles son los frutos de la genitalidad fecunda?
d) ¿Cuáles son los frutos de la genitalidad irresponsable?
e) ¿Por qué el Creador te dio el don de la procreación?


JESUS NACIO PARA TI, EN BELEN

2 1 En esos días, el emperador dictó una ley que ordenaba hacer un ceso en todo el Imperio. 2 Este primer censo se hizo cuando Quirino era gobernador de la Siria. 3 Todos iban a inscribirse a sus res­pectivas ciudades. 4 También José, como era descendiente de David, salió de la ciu­dad de Nazaret de Galilea y subió a Judea, a la ciudad de David, llamada Belén, 5 para inscribirse con María, su esposa, que esta­ba embarazada.
6 Cuando estaban en Belén, le llegó el día en que debía tener su hijo. 7 Y dio a luz su primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en una pesebrera, porque no había lugar para ellos en la sala común.
8 Es la región había pastores que vivían en el campo y que por la noche se turnaban para cuidar sus rebaños. 9 El ángel del Señor se les apareció y los rodeó de clari­dad la Gloria del Señor, y fueron presa del temor.
10 Pero el ángel les dijo: .No teman, porque yo vengo a comunicarles una buena nueva que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo. 11 Hoy ha nacido para ustedes en la ciudad de David un Salvador que es Cristo Señor. 12 En esto lo reconocerán hallarán a un niño recién nacido, en­vuelto en pañales y acosado en una pese­brera. 13 De pronto una multitud de seres celestiales aparecieron en torno al ángel, y cantaban a Dios: 14 Gloria a Dios en lo más alto del cielo, y en la tierra, gracia y paz a los hombres..
15 Después que los ángeles los dejaron para volver al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: “Vamos, pues, hasta Belén y. veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos dio a conocer”.
16 Fueron apresuradamente y hallaron a María y José, y vieron al recién nacido acos­tado en la pesebrera. 17 Entonces contaron lo que los ángeles les habían dicho de este niño 18y todos se maravillaron de lo que decían los pastores.
19 María, por su parte, cuida­dosamente todos estos acontecimientos y los guardaba en su corazón.
20 Después los pastores se fueron glorifi­cando y alabando a Dios, porque todo lo que habían visto y oído era tal como se lo habían anunciado.
21 Al octavo día, circuncidaron el niño la Ley, y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que habla indicado el ángel antes qsu madre quedara embarazada.
22 Asimismo, cuando llegó el día en que, acuerdo a la ley de Moisés, debían cum­plir el rito de la purificación de la madre, lle­varon al niño a
Jerusalén. Allí lo consagraron al Señor,
23 tal como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consa­grado al Señor. 24 Además ofrecieron el sa­crificio que ordena la ley: una pareja de tór­tolas o dos pichones.
25 En Jerusalén un hombre llama­do Simeón, que era muy bueno y piadoso y el Espíritu Santo estaba en él.
26 Esperaba be los tiempos en que Dios atendiera a Is­rael y sabia por una revelación del Espíritu Santo que no moriría antes de haber visto al Cristo del Señor.
27 Vino, pues, al Templo, inspirado por el Espíritu cuando sus padres traían al niñito para cumplir con él los mandatos de la Ley. 28 Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios con estas palabras:
29 Señor, ahora, ya puedes dejar que tu servidor muera en paz como le has dicho. 30 Porque mis ojos han visto a tu Salvador. 31 que tú preparaste para presentarlo a todas las naciones.32 para iluminar a todos los pueblos y gloria de tu pueblo, Israel.

El Nacimiento de Jesús
Lucas 2, 1 - 40
a) Nadie habla mal de la mamá de Hitler o de Nerón ¿por qué tratan tan mal a la mamá de Jesús?
Si tiene 14 generaciones anteriores de parientes ¿cómo puede ser extraterrestre?
b) ¿Qué significa eso de “el Verbo se hizo carne?
c) ¿Te haría feliz compartir a tu pareja con otra persona?
d) ¿Dios aceptó compartir a María?


CONTINUACION LC 2,33-52

33 Su padre y su madre estaban maravillados por todo lo que decía Simeón del niño.
34 Simeón los felicitó y, después, dijo a María, su madre: “Mira, este niño debe ser causa tanto de caída como de resurrección para la gente de Israel. Será puesto corno una señal que muchos rechazarán.
35 y a ti misma una espada te atravesará el alma. Pero en eso los hombres mostrarán clara­mente lo que sienten en sus corazones.
36 Había también una mujer de edad muy avanzada, llamada Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Tenía ochenta y cuatro años. 37 Después de siete años de casada, habla perdido muy joven a su marido y, siendo viuda, no se apartaba del Templo, sirviendo día y noche al Señor con ayunos y oraciones. 38 Ella también tenía don de profecía.. Llegando en ese mismo momen­to, comenzó a alabar a Dios y a hablar del niño a todos los que esperaban la libera­ción de Jerusalén.
39 Una vez que cumplieron todo lo que ordenaba la Ley del Señor, volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
40 Y el niño crecía, se desarrollaba y estaba lleno de sabiduría. Y la gracia de Dios estaba en él.
41 Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua
42 y, cuando cumplió doce años, fue también con ellos para cumplir con este precepto.
43 Al terminar los días de la fiesta. Mientras ellos regresaban, el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que José lo supie­ra, ni tampoco su madre
44 Creyendo que se hallaba en el grupo de los que partían. Caminaron todo un día y, después, se pu­sieron a buscarlo entre todos sus parientes y conocidos.
45 Pero, como no lo hallaron, prosiguieron su búsqueda, volvieron a Je­rusalén.
46 Después de tres días lo hallaron en el Templo, sentado en medio de los maestros de la Ley, escuchándolos y haciéndoles pre­guntas.
47 Todos los que lo oían quedaban asombrados de su inteligencia y de sus res­puestas.
48 Al encontrarlo, se emocionaron mucho y su madre le dijo: “Hijo, por qué te has portado así? Tu padre y yo te bus­cábamos muy preocupados.”
49 El les con­testó: ¿Y por qué me buscaban? ¿No sa­ben que tengo que estar donde mi Padre?”.
50 Pero ellos no comprendieron lo que les acababa de decir.
51 Volvió con ellos a Nazaret donde vivió obedeciéndoles. Su madre guardaba fielmente en su corazón todos estos recuerdos.

52 Mientras tanto, Jesús crecía en sabi­duría, en edad y en gracia, tanto para Dios como para los hombres.

EL PODER DE JESUS

ueron hasta Cafarnaún. Allí Jesús empezó a comunicar su doctrina en las asambleas del día sábado, en la Casa de Oración. 22 Su manera de enseñar impre­sionaba mucho porque hablaba como quien tiene autoridad: era todo lo contrario de los maestros de la Ley.
21
22 En una ocasión se encontraba en esta sinagoga un hombre que estaba en poder de un espíritu malo. Y se puso a gri­tar:
23 “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazaret?
24 ¿Has venido a derrocarnos? Yo te he reconocido: Tú eres el Santo de Dios.
25 Jesús le hizo frente con autoridad:
26 “¡Cállate y sal de este hombre! El espí­ritu malo hizo revolcarse al hombre en el suelo y lanzó un grito tremendo, pero lue­go salió.
27 Entonces el asombro de todos fue tan grande que se preguntaban unos a otros:
“¿Qué es esto? ¡Con qué seguridad enseña esta nueva doctrina! Incluso le obedecen los espíritus malos
28 A raíz de esto, la fama de Jesús se extendió por todo el terri­torio de Galilea.
(MT 8,14; LC 4,38)

29 Cuando la gente salió de la Casa de Oración, Jesús se vino a la casa de Simón y Andrés, con Santiago y Juan.
30 La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, por lo que, muy luego, le hablaron de ella.
31 Jesús se acercó y la levantó, tomándola de la mano. Se le quitó la fiebre, y, luego, se puso a atenderlos.

32 Pero al atardecer, cuando el sol se ponía, ya estaban trayendo a Jesús todos los enfermos y las personas con espíritus malos; 33 el pueblo estaba ahí reunido, delante de la puerta.
34 Jesús sana a muchos en­fermos con dolencias de toda clase; tam­bién echó a muchos demonios, pero no los dejaba hablar, porque sabían quién era.

35 De madrugada, cuando todavía es­taba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.
36 Simón y sus compañeros fueron a buscarlo y,
37 cuando lo encontraron; le di­jeron: “Todos te buscan”.
36 Y él les contesto: “Sigamos más allá y vamos a los pue­blos vecinos, y yo predicaré también allí. He salido para esto precisamente..
39 Jesús pues empezó a visitar las Ca­sas de oración que había en esos lugares y recorrió toda Galilea: predicaba y echaba a los demonios.


CURACIÓN DE UN LEPROSO
(Mt. 8, 2; Lc. 5, 12)

40 Se le acercó un leproso que se arrodilló y suplicó a Jesús: “Si quieres, pue­des limpiarme”.
41 Jesús tuvo compasión, extendió la mano, lo tocó y le dijo: Yo lo quiero; queda limpio.” 42 Al instante se le quitó la lepra y quedó sano.
43 Entonces Jesús lo despidió, pero le mandó enérgicamente:
44 “No se lo digas a nadie; preséntate al sacerdote y le darás por tu purificación lo que ordena la Ley de Moisés. Así comprobarán lo sucedido.


Pero el hombre, en cuanto salió, empezó a hablar y a contar detalladamente todo el asunto.
45 Resultó que Jesús ya no podía entrar públicamente en el pueblo; tenía que andar por las afueras, en lugares apartados. Pero de todas partes llegaban a donde él estaba.



“EL PODER DE JESÚS”
Marcos 1, 21 al 2,12

a) ¿Cómo fue el parto de María?
b) ¿Todos los partos son dolorosos?
c) Una madre que no sufre puede ser una madre que ama?
d) Si Jesús fue una adolescente como tú ¿tuvo tus mismos problemas?
e) ¿En qué te diferencias de Jesús?



LA SABIDURIA DE JESUS


1 Tiempo después, Jesús volvió a ciudad de Cafarnaún y se supo que estaba en casa
2 Se reunió tanta gente que no quedaba lugar ni siquiera delante de la puerta.

3 Y mientras Jesús les anun­ciaba la Palabra le trajeron un paralítico; cuatro hombres lo llevaban en su camilla.
4 Como no podían acercarlo a Jesús a causa de la multitud, abrieron el techo del lugar donde estaba él y por ahí bajaron al enfermo en su camilla.

5 Cuando vio la fe de esta gente, Jesús dijo al paralítico: “Hijo, tus pecados te son perdonados”.
6Estaban ahí sentados algunos maestros de la Ley y pensaron:
7 ¡Qué manera de hablar! Este se burla de Dos. Pues, ¿quién puede quitar el pecado sino Dios y sola­mente él?

8 En ese mismo instante, Jesús supo en su espíritu lo que pensaban. Y les dijo: ¿Por qué piensan así?
9 ¿Qué es más fácil decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o: Levántate, toma tu camilla y anda?

10Sepan, pues, que el Hijo del Hombre tiene en la tierra el poder de perdonar los pecados.”
11 Y dijo al paralítico: levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”. El se levantó y, al momento, en presencia de todos, cargó su camilla para irse con ella. 12 La gente que­dó asombrada y todos alabaron a Dios, pues decían: “Nunca hemos visto nada parecido”.




“El poder de Jesús”
a) Te has sentido, alguna vez, paralítico?
b) ¿Por qué sólo Dios puede perdonar nuestras faltas profundas (pecados?
c) ¿Cuándo fue la última vez que te reconciliaste con Dios?
e) ¿Qué te hace sentir recuperar a un amigo o romper una cadena por medio de la reconciliación?

¿POR QUÉ PEDRO LO TRAICIONO?
(Mc 14,66 – Lc 22,56)

69 Mientras tanto, Pedro estaba senta­do afuera. en el patio y acercándose una muchachita de la casa le dijo: “Tú también seguías a Jesús de Galilea”. 70 Pero él lo negó delante de todos, diciendo: “No en­tiendo lo que dices”.
71 Y como Pedro se dirigiera hacia la salida, lo vio otra sirvienta, que dijo a los pre­sentes: “Este estaba con Jesús de Nazaret”. 72 Pedro negó por segunda vez, jurando: “No conozco a ese hombre”.
73 Poco después se le acercaron los que estaban ahí y le dijeron: “No puedes negar que eres uno de los galileos: se nota en tu modo de hablar”.
74 Entonces Pedro se puso a maldecir y a jurar que no conocía a ese hombre. Y al momento cantó el gallo.
73 Y recordó Pedro las palabras que Je­sús le había dicho: “Antes del canto del ga­llo me negarás tres veces”, y saliendo afuera lloró amargamente.

Mateo 27, 69 – 75

a) ¿Qué es el miedo?
b) ¿De dónde viene?
c) ¿Para qué sirve?
d) ¿En qué consiste la fe?
e) ¿Por qué Pedro traicionó a Jesús?
f) ¿Por qué los espíritus malos obedecían a Jesús?
g) ¿Alguna vez te has sentido como un leproso? ¿Cuándo?
h) ¿Cómo saliste de esa situación?
i) ¿Te han traicionado alguna vez?
j) ¿Qué te hizo sentir?

MI REINO

1 En ese día, saliendo Jesús de la casa, fue y se sentó a la orilla del lago.
2 Pero se juntaron alrededor de él tantas personas que prefirió subir a una barca.; donde sentó mientras toda la gente estaba en la orilla.
3 Jesús les habló de muchas cosas mediante comparaciones. Les decía:
“El sembrador ha salido a sembrar;
4 al ir sembrando, unos granos cayeron cerca del camino; vinieron las aves y se los comieron.
5 Otros granos cayeron entre piedras y, como habla poca tierra, brotaron pronto.
6 Pero, cuando salió el sol, los quemó y, por falta de raíces, se secaron.
7 Otros granos cayeron entre espinos; crecieron los espinos y los ahogaron
8 Otros, finalmente, cayeron en buena tierra y produjeron, unos el ciento, otros el sesenta, y los otros el treinta por uno.
9 El que tenga oídos, que entienda”.
10 Los discípulos se le acercaron para preguntarle: “¿Por qué a ustedes se les ha permitido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no.
12 Porque, al que produce se le dará y tendrá abundancia, pero al que no produce, se le quitará aun lo que no tiene.
13 Por eso les hablo con parábolas, porque cuando miran no ven, y cuando oyen, no escuchan ni entienden.
14 Y se verifica en ellos lo que escribió el profeta Isaías: Oirán, pero no entenderán, y, por más que miren, no verán.

15 Porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y taponado sus oídos. Con el fin de no ver, ni de oir, ni de comprender con el corazón. No quieren convertirse ni que yo las salves.

16 Al contrario, dichosos ustedes porque ven y oyen. 17 Yo les aseguro que muchos profetas y muchos santos ansiaron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.

18 Escuchen ahora la explicación del sembrador:

19 Cuando uno oye la Palabra del Reino, pero no la escucha con atención, viene el Malo y le arranca lo que encuentra sembrado en el corazón: esto es lo sembrado en la orilla del camino.

20 Lo sembrado en tierra pedregosa es la persona que al principio oye la Palabra con gusto,
21 pero no tiene raíces y dura poco. Al sobrevenir las pruebas y la persecución por causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe.
22 Lo sembrado entre espinos es la per­sona que oye la Palabra, pero las preocupaciones materiales y la ceguera propia de la riqueza ahogan la Palabra y no puede producir fruto.
23 Por el contrario, lo sembrado en tierra buena es el hombre que oye la Palabra, la medita y produce fruto: el ciento, el sesenta y el treinta por uno”.

EL REINO DE LOS CIELOS
Mateo 13, 1-23
a) ¿En qué va a consistir el reino de los cielos?
b) ¿Quiénes van a ser más felices?
c) ¿Quién le enseñó a Jesús a contar las parábolas (especie de cuentos)?
d) ¿Para qué sirven las parábolas?
e) ¿Transforma una enseñanza de tu vida en parábola?
f) ¿Con qué ejemplo de la parábola que acabas de leer te sientes más identificado?
g) ¿En qué momento fuiste camino?
h) ¿En qué momento fuiste piedras?
i) ¿En qué momento fuiste espino?
j) ¿En qué momento has tenido un corazón de piedra?
k) ¿En qué momento fuiste buena tierra?


EL TRIGO Y LAS MALEZAS
24 Les propuso otro ejemplo: “El Rei­no de los cielos es como un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, cuando todos estaban durmiendo, vino su enemigo y sembró maleza en medio del trigo. 26 Cuando el trigo estaba echando espigas, apareció la maleza. 27 En­tonces los trabajadores fueron a decirle al patrón:
“Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo?; ¿de dónde, pues, viene esta maleza?.
28 Respondió el patrón: “Eso es obra de un enemigo”. Los obreros le preguntaron:
“¿Quieres que la arranquemos?”
29 “No, dijo el patrón, no sea que al arrancar la maleza arranquen también el trigo. 30 Dejen crecer juntos el trigo y la ma­leza. Cuando llegue al momento de la co­secha, yo diré a los segadores: Corten primero la maleza y en atados échenla al fue­go, y después guarden el trigo en las bodegas”.




EL GRANO DE MOSTAZA
(Mc 4,30; Lc 13, 18)

31 Jesús les propuso otro ejemplo: “El Reino de los Cielos es semejante al gra­no de mostaza que un hombre sembró en su campo.
32 Este grano es muy pequeño, pero, cuando crece, es la más grande de las plan­tas del huerto y llega a hacerse arbusto, de modo que las aves del cielo se posan en sus ramas.
33 Y añadió esta parábola: “El Reino de los Cielos es semejante a la levadura que toma una mujer y la mezcla con tres medidas de harina, hasta que todo fermenta”.
34 Todo esto lo dijo Jesús al pueblo en parábolas, y no les hablaba sino en Pa­rábolas. 35 Así se cumplía lo que dijo el Profeta: Hablaré con parábolas; daré a conocer cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo.
36 Jesús entonces despidió a sus oyentes y se fue a case, rodeado de sus discípulos. Estos le dijeron: “Explícanos la pa­rábola de la maleza sembrada en el cam­po"”
37 Jesús le dijo: “El que siembra la semilla buena es el Hijo del Hombre. 38 El campo es el mundo. La buena semilla son los que pertenecen al Reino. La mala hierba es la gente del demonio. 39 El enemigo que la siembra es el diablo. La cosecha es el fin del +++++mundo. Los segadores son los ángeles.
40 Así como se recoge la maleza y se quema, así será al fin del mundo.
41 El Hijo del Hombre enviará a sus án­geles para que quiten de su Reino todos los escándalos y saquen a los malvados. 42 Y los arrojarán en el homo ardiente. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. 43 Al mis­mo tiempo, los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. Quien tenga oídos, que entienda.


El TESORO, LA PERLA, LA RED

44 El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo. El hombre que lo descubre lo vuelve a escon­der y, de tanta alegría, vende todo lo que tie­ne para comprar ese campo.
45 El Reino de los Cielos es semejante a un comerciante que busca perlas finas. 46 Si llega a sus manos una perla de gran valor, vende cuanto tiene, y la compra.
47 El Reino de los Cielos es semejan­te a una red que se echa al mar y recoge peces de todas clases. 48 Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla. Ahí se sientan, escogen los peces buenos y los echan en canastos, y tiran los que no se pueden comer. 49 Así pasará al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de los buenos 50 y los arrojarán al horno ardiente donde habrá llanto y de­sesperación.
51 Preguntó Jesús: “¿Entendieron bien todas estas cosas? Ellos le respondieron: “Sí”
Entonces, Jesús añadió: “Todo maestro de la ley que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos se parece a un padre de familia que sus reservas, va sa­cando cosas nuevas y cosas antiguas.

“ EL TRIGO Y LA MALA HIERBA”
Mateo 13, 24 – 52

a) ¿De dónde salen las malezas de las personas?
b) ¿Cuáles son tus trigos, tus valores, que te hacen sentir feliz?
c) ¿Por qué Jesús no quiso arrancar las malezas de la humanidad?
f) ¿Cómo puedo controlar el Caín que tengo adentro?
g) ¿Qué me estoy perdiendo con tanta maleza?
h) ¿Quién siembra la buena semilla en mí, y cómo lo hace?
i) ¿Me preparo para ser tierra fértil?
j) ¿Qué es el espíritu?
k) ¿Cuál es tu perla preciosa?
l) ¿Cuál y dónde está el reino del que habla Jesús?
m) ¿Cuál es la forma para detectar y actuar frente a mis malas pulgas?



SU ENSEÑANZA

51 Jesús, al ver a toda esa muchedumbre, subió al monte. Allí se sentó y sus discípulos se le acercaron.
2 Comenzó a hablar, y les enseñaba así:
3 “Felices los que tienen espíritu de pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
4 Felices los que lloran, porque recibirán consuelo.
5 Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
6 Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
7 Felices los compasivos, porque obten­drán misericordia.
8 Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios.
9 Felices, los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios.
10 Felices los que son perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
11 Dichosos ustedes cuando por causa mía los maldigan. los persigan y les levanten toda clase de calumnias. l2 Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien saben que así trataron a los profetas que hubo antes que ustedes.

SAL Y LUZ DE LA TIERRA
(Mc 4,21; Lc14,34; 8,16; 11,33)

13 Ustedes son la sal de la tierra. Y si la sal se vuelve desabrida, con qué se le puede devolver el sabor? Ya no sirve para nada sino para echarla a la basura o para que la pise la gente.

14 Ustedes son luz para el mundo. No se puede esconder una ciudad edificada so­bre un cerro. 15 No se enciende una lám­para para esconderla en un tiesto, sino para ponerla en un candelero a fin de que alum­bre a todos los de la casa. 16 Así, pues, debe brillar su luz ante los hombres. para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre de ustedes que está en los Cielos.

“LA ENSEÑANZA DE JESÚS”
Mateo 5, 1 - 16

a) ¿Qué es realmente la felicidad para ti?
b) ¿Qué lugar ocupa Dios en tu coraz6n?
c) ¿Para qué te sirve ser limpio de corazón y llenarte de trigos?
d) ¿Qué es la fe para ti?
e) ¿Si tuvieras que resumir lo que Jesús te pide en este trozo cómo lo harías?
f) ¿Dónde se nota más la presencia de la fe, entre los pobres o entre los ricos?





LA ENSEÑANZA DE JESUS

3 1 Entre los fariseos había un personaje judío llamado Nicodemo. Este fue de noche a ver a Jesús y le dijo: 2 “Rabí, nosotros sabemos que has venido de parte de Dios como maestro, porque nadie puede hacer señales milagrosas como las que tú haces, a no ser que Dios esté con él”.
3 Jesús le contestó: “En verdad te digo, nadie puede ver el Reino de Dios si no nace
de nuevo, de arriba”. 4 Nicodemo le dijo: “¿Cómo renacerá el hombre ya viejo? ¿Quién volverá al seno de su madre para nacer de nuevo?”.
5 Jesús le contestó: “En verdad te digo: El que no renace del agua y del espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. 6 Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu. 7 Por eso no te extrañes de que te haya dicho: necesitan nacer de nuevo, de arriba.
8 El viento sopla donde quiere y tú oyes su silbido; pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así le sucede al que ha nacido del Espíritu”.
9 Nicodemo volvió a preguntarle: “¿Cómo puede ser esto?” 10 Respondió Jesús: “Tú eres maestro en Israel y no entiendes esto?
11 En verdad te digo: nosotros hablamos de lo que sabemos, y venimos a proclamar lo que hemos visto pero ustedes no hacen caso de nuestro testimonio. 12 Ahora les hablo de cosas de la tierra. y no me creen. ¿Cómo me van a creer si les hablo de cosas del Cielo? 13 Sin embargo, nadie ha subido al Cielo, sino el que ha bajado del Cielo: el Hijo del Hombre.
14 Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado en alto, 15 para que todo aquel que crea tenga por él vida eterna.
16 Tanto amó Dios al mundo que entre­gó su Hijo único, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
17 Dios no mandó a su Hijo a este mun­do para condenar al mundo, sino que por él ha de salvarse el mundo. 18 El que cree en él no se pierde; pero el que no cree ya se ha condenado, por no creerle al Hijo Único de Dios.
19 La Luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas: 20 ahí está la condena­ción. El que obra mal, odia la luz y no vie­ne a la luz, no sea que su maldad sea des­cubierta y condenada. 21 En cambio, el que camina en la verdad busca la luz, para que se vea claramente que sus obras son hechas según Dios.

“LA ENSEÑANZA DE JESÚS”
Juan 3, 1 – 21

a) Cuándo te has sentido nacer de nuevo?
b) ¿Para qué te ha servido estar bautizado?
c) ¿Realmente Jesús borró todos los desórdenes tuyos?
d) ¿Por qué hay tantas personas que son doctores, filósofos, etc. y que no se interesan en las verdades eternas?
e) ¿Cuáles son tus luces y tus tinieblas?
f) ¿Qué significa eso de que “el Hijo del Hombre sea levantado en alto”?
g) ¿Qué tiene que ver la imagen de la serpiente levantada en el desierto por Moisés con la pregunta anterior?

PAN VIVO

28 Los Judíos le preguntaron:” ¿Qué tenemos que hacer, y cuáles son las obras que Dios nos encomienda?”. 29 Jesús respondió: “La obra es ésta: creer al Enviado de Dios”.
30 Entonces le dijeron: “¿Dónde están tus señales milagrosas, para que veamos y creamos en ti? ¿Dónde están tus obras? 31 Nuestros antepasados comieron maná en el desierto, según dice la Escritura: “Se les dio a comer pan del cielo”.
32 Jesús contestó: “En realidad, no fue Moisés quien les dio pan del cielo. Mi Padre es el que les da el verdadero pan del cielo. 33 El pan que Dios da es éste que ha bajado del cielo y que da vida al mundo”. 34 Ellos dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”.
35 Jesús les dijo: “Yo Soy el Pan de Vida. El que viene a mí nunca tendrá hambre, el que cree en mí nunca tendrá sed. 36 Sin embargo, como ya lo he dicho, ustedes se niegan a creer, aún después de haber visto.
37 Todo lo que el Padre me ha dado vendrá a mi, y yo no rechazaré al que venga a mí, 38 porque yo he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado.
39 Y la voluntad del que me ha enviado es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. 40 La voluntad de mi Padre es que toda persona que ve al Hijo y cree en él tenga vida eterna: y yo lo resucitaré en el último día”.
41 Los judíos criticaban porque Jesús había dicho: “Yo soy el pan que he bajado del cielo”. 42 Y decían: “Este Jesús, ¿no es el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Cómo dice que bajó del cielo?”.
43 Jesús les contestó: “No murmuren entre ustedes. 44 Nadie puede venir a mí sino lo atrae mi Padre que me envió. Y yo lo resucitaré en el último día. 45 Está escrito en los profetas: Y todos se dejarán enseñar por Dios. Así, toda persona que escucha al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.
46 Es que nadie ha visto al Padre fuera del que ha venido de Dios: éste ha visto al Padre. 47 En verdad les digo: El que cree tiene vida eterna.
48 Yo soy el pan de vida. 49 Vuestros antepasados, que comieron el maná en el desierto, murieron. 50 Aquí tienen el pan que bajó del cielo para que lo coman y ya no mueran.
51 Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y la daré para vida del mundo”.
52 Los judíos discutían entre ellos. Unos decían: “¿Cómo este hombre va a darnos a comer carne?” 53 Jesús les contestó: “En verdad les digo: si no comen la carne del Hijo del Hombre, y no beben su sangre, no viven de verdad. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.
55 Mi carne es comida verdadera, y mi sangre es bebida verdadera. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él. 57 Como el Padre, que vive, me envió, y yo vivo por él, así, quien me come a mí tendrá de mí la vida. 58 Este es el pan que ha bajado del cielo, no como el que comieron vuestros antepasados, los cuales murieron. El que coma este pan vivirá para siempre”.
59 Así habló Jesús en la Casa de Oración, en Cafarnaún.
60 Cuando oyeron todo esto, muchos de los que habían seguido a Jesús dijeron: “¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién puede sufrirlo?”.


61 Jesús captó en su mente que sus propios discípulos criticaban su discurso, y les dijo: “Les desconcierta lo que les he dicho. 62 ¡Qué va a ser entonces, cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes! 63 El Espíritu es quien da vida, la carne no sirve de nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y, por eso, dan vida. 64 Pero hay algunos de ustedes que no creen.”.
En efecto, sabía Jesús desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. 65 Agregó: “¿No les he dicho que nadie puede venir a mí si mi Padre no le ha concedido esta gracia?”.
66 A partir de este momento, muchos de sus discípulos dieron un paso atrás y dejaron de seguirlo. 67 Jesús preguntó a los Doce: “¿Quieren dejarme también ustedes?”.
68 Pedro contestó:”Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. 69 Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios”. 70 Jesús respondió: “Yo mismo los elegí a ustedes, los Doce. Y, sin embargo, uno de ustedes es un diablo”. 71 Jesús se refería a Judas, el Iscariote, hijo de Simón: era uno de los Doce, y lo traicionaría.

“EL PAN DE VIDA”
Juan 6, 28 – 71

a) ¿Los que vivieron antes de Jesús y no comieron de su pan, cómo vivirán para siempre?
b) ¿Para qué Jesús nos dejó su cuerpo y su sangre? ¿Qué tipo de cuerpo y de sangre es?
c) ¿Qué tipo de cuerpo tendremos en la eternidad?
d) ¿Si en la otra vida no vas a ser hombre ni mujer, qué vas a ser?
e) En el reino de los cielos ¿hay alguna diferencia entre las personas?


CENA VIVA

26 1 Cuando Jesús terminó estos discursos, dijo a sus discípulos: 2 “Ustedes saben que la Pascua cae dentro de dos días, y el Hijo del Hombre será entregado para que lo crucifiquen”.
3 Por entonces, los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías se reunieron en el palacio del Sumo Sacerdote, que se llamaba Caifás, 4 y se pusieron de acuerdo para detener con astucia a Jesús y darle muerte. 5 Pero se decían: “Durante la fiesta no, para que el pueblo no se alborote”.

LA CENA EN BETANIA
(Jn 12: Mc 14,9)

6 Jesús se encontraba en Betania, sentado a la mesa, en casa de Simón el leproso. 7 Se le acercó una mujer con un frasco como de mármol lleno de un perfume muy caro, y se lo derramó en la cabeza. 8 Al ver esto, los discípulos se enojaron y dijeron: “¿Con qué fin tanto derroche? 9 Este perfume se habría podido vender muy caro para ayudar a los pobres”.
10 Jesús se dio cuenta y les dijo: “¿Por qué molestan a esta mujer? Lo que hizo conmigo es realmente una buena obra. 11 Porque siempre tienen pobres con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre. 12 Y ella, al derramar este perfume sobre mí cuerpo, lo ha hecho como un preparativo para mi entierro. 13 En verdad les digo que donde quiera que se proclame la Buena Nueva, en todo el mundo, se dirá también en su honor lo que acaba de hacer”.
14 Entonces uno de los Doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue donde los jefes de los sacerdotes 15 y les dijo: “Cuánto me darán para que se lo entregue?” 16 Ellos le aseguraron treinta monedas de plata y, desde ese instante, comenzó a buscar una ocasión para entregárselo.

LA ÚLTIMA CENA
(Mc 14,12; 22,7, Jn 13,1)

17 El primer día de la Fiesta en que se comía pan sin levadura, los discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron: “¿Dónde quieres que te preparemos la cena pascual?” 18 Jesús le contestó: “Vayan a la ciudad, a casa de Fulano, y díganle: El Maestro te manda decir: Mi hora se acerca; en tu casa voy a celebrar la Pascua con mis discípulos”.
19 Los discípulos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua.
20 Llegada la tarde, se sentó a la mesa con los Doce. 21 Y, mientras comían, Jesús les dijo: “Les aseguro que uno de ustedes me va a entregar”. 22 Muy tristes, uno por uno comenzaron a preguntarle: “¿Seré yo, Señor?”.
25 El contestó: “El que ha metido la mano conmigo en el plato, ése es el que me entregará. 24 El Hijo del Hombre se va, como dicen las escrituras, pero ¡pobre de aquel que entrega al Hijo del Hombre! ¡Sería mejor para él no haber nacido!” 25 Judas, el que lo iba a entregar, le preguntó también: “¿Seré yo, Maestro?” Jesús respondió: “Tú lo has dicho”.



26 Mientras comían, Jesús tomó pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: “Tomen y coman; esto es mi cuerpo”. 27 Después, tomando una copa de vino y dando gracias, se la dio, diciendo: “Beban todos, 28 porque ésta es mi sangre, la sangre de la Alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de sus pecados.
29 Y les digo que no volveré a beber de este producto de la uva hasta el día en que beba con ustedes vino nuevo en el Reino de mi Padre”.
30 Después de cantar los salmos, partieron para el cerro de los Olivos. 31 Entonces Jesús les dijo: “Todos ustedes caerán esta noche: ya no sabrán qué pensar de mí. Pues dice la escritura: Heriré al Pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño. 32 Pero, después de mi resurrección, iré delante de ustedes a Galilea”.
33 Pedro empezó a decirle: “Aunque todos tropiecen y caigan, yo nunca vacilaré”. 34 Jesús le replicó: “Yo te aseguro que esta misma noche, antes del canto de los gallos, me habrás negado tres veces”. 35 Pedro le dijo: “Aunque tenga que morir, no regaré de ti”; y los demás decían lo mismo.

a) ¿Por qué los fariseos rechazaron a Jesús si lo estaban esperando?
b) ¿Qué mujer traicionó a Jesús?
c) ¿Por qué Jesús dejó que Judas lo traicionara?
d) ¿Por qué dice Jesús que habrá pobres hasta el fin de los tiempos?
e) ¿Por qué Judas no aceptó la amistad de Jesús?
f) ¿En qué se diferencia un buen amigo de uno que no lo es?
g) Por qué afirmas que Jesús está realmente presente en el cuerpo y la sangre de la comunión?
h) ¿Por qué fue la última cena?
i) ¿En verdad es la última cena o habrá alguna otra?
j) ¿Las liturgias de hoy son una nueva ceremonia?
k) ¿Qué te hace sentir estas palabras? Esta es mi sangre que es derramada para el perdón de tus pecados?

GETSEMANI

En el huerto

36 Llegó Jesús con ellos a una propiedad llamada Getsemaní. Dijo a sus discípulos:
“Siéntense aquí, mientras yo voy más allá a orar.
37 Llevó consigo a Pedro y a los dos hi­jos de Zebedeo y comenzó a sentir tristeza y angustia 38 Y les dijo: “Siento una tristeza de muerte; quédense aquí conmigo y permanezcan despiertos”.
39 Fue un poco más lejos y tirándose en el suelo hasta tocar la tierra con su cara, hizo esta oración: “Padre, si es posible, ale­ja de mí esta copa. Sin embargo, que se cumpla no lo que yo quiero, sino lo que quieres tú. 40 Volvió donde sus discípulos y los halló dormidos y dijo a Pedro: ¿De modo que no pudieron permanecer des­piertos conmigo ni una hora? 41 Estén des­piertos y orando, para que no caigan en ten­tación: el espíritu es animoso, pero la carne es débil”.
42 De nuevo se apartó por segunda vez a orar y dijo: “Padre, si esta copa no puede ser apartada de mí sin que yo la beba, que se haga tu voluntad. 43 Volvió nuevamen­te y los encontró dormidos, porque se cerraban los ojos de sueño. 44 Los dejó y fue de nuevo a orar por tercera vez, repitiendo las mismas palabras.
45 Entonces volvió donde los discípulos y les dijo: “¡Ahora pueden dormir y descan­sar! Ya llegó la Hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 46 Levántense. Vamos, ya está muy cerca el que me va a entregar”.


“GETSEMANÍ”
Mateo 26, 36 – 46

a) ¿Por qué si Dios amaba tanto a su hijo permitió que sintiera dolor y angustia?
b) ¿Por qué los apóstoles se durmieron si Jesús les pidió que los esperaran?

TRAICION
27 1 Cuando amaneció, los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías celebraron una reunión, para ver la manera cómo hacer morir a Jesús. 2 Luego lo ataron y lo llevaron para entregárselo a Pilatos, el gobernador.

La muerte de Judas

3 Cuando Judas, el traidor, supo que Jesús había sido condenado, se llenó de remordimientos y devolvió las treinta mone­das de plata a los jefes de los sacerdotes y a los jefes judíos, 4 diciéndoles: “He peca­do, entregando a la muerte a un inocente”.

Ellos le contestaron: “¿Qué nos Importa eso a nosotros?” Es asunto tuyo. 5 Enton­ces él, lanzando las monedas en el Templo, fue a ahorcarse.
6 Los sacerdotes recogieron las mone­das, pero pensaron: “No se puede echar este dinero en la caja del Templo, porque es precio de sangre”. 7 Entonces se pusieron de acuerdo para comprar con ese di­nero el campo del Alfarero, y lo destinaron para cementerio de los extranjeros. 8 Por eso ese lugar se llama hoy Campo de Sangre.
9 Así se cumplió lo que había dicho el profeta Jeremías: Tomaron las treinta mo­nedas de plata, que fue el precio en que lo tasaron los hijos de Israel. 10 Y las dieron por el Campo del Alfarero, tal como lo dis­puso el Señor.



JESÚS COMPARECE ANTE PILATO
(Mc 15,1; Lc 23,2; Jn 18,29)

11 Jesús compareció ante el gobernador, que le preguntó: ¿Eres tú el rey de los judíos? Jesús contestó: “Tú lo dices”.
12 Estaban acusándolo los jefes de los sacerdotes y las autoridades judías, pero él no contestó nada. l3 Pilatos le dijo: “¿No oyes todos los cargos que te hacen?” 14 Pero él no contestó a ninguna pregunta, de modo que el gobernador no sabía qué pensar.
15 Con ocasión de la Pascua, el goberna­dor tenía la costumbre de dejar libertad a un condenado, a elección del pueblo.16 Había entonces un prisionero famoso, llamado Barrabás. 17 Pilatos dijo a los que se hallaban reunidos:
“¿A quién quieren que deje libre, a Barrabas o a Jesús, llamado el Cristo? 18 Porque sabía que se lo habían entrega­do por envidia.
19 Mientras Pilatos estaba en el tribunal, su mujer le mandó decir: “No té, metas con ese hombre, porque es un santo, y anoche tuve un sueño horrible por causa de él”. 20 Mientras tanto, los sacerdotes y los je­fes judíos convencieron al pueblo que pidiera la libertad de Barrabás y la condena­ción de Jesús. 21Cuando el gobernador volvió a preguntarles: “¿Cuál de los dos quieren que le deje libre?”, ellos contesta­ron: “A Barrabás”.
22 Pilatos les dijo: ¿Y qué hago con Jesús, llamado el Cristo? Todos contestaron: “¡Que sea crucificado! 23 Pilatos insistió: “¿Qué maldad ha hecho?” Pero los gritos del pueblo fueron cada vez más fuertes: “¡Que sea crucificado!”.



24 Al darse cuenta Pilatos que no conseguía nada, sino que más bien aumenta­ba el alboroto, pidió agua y se lavó las ma­nos delante del pueblo, diciendo: “Yo no me hago responsable de la sangre que se va a derramar. Es cosa de ustedes.” Y todo el pueblo contestó: “¡Que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hi­jos!"

26 Entonces Pilatos dejó en libertad a Barrabás; en cambio, a Jesús lo hizo azotar y lo entregó para que fuese crucificado.

27 Los soldados romanos llevaron a Jesús al palacio del gobernador y reunieron a toda la tropa en torno a él. 28 Le qui­taron sus vestidos y le pusieron una capa de soldado de color rojo. 29 Después le co­locaron en la cabeza una corona que ha­bían trenzado con espinas y en la mano de­recha una caña Doblaban la rodilla ante Je­sús y se burlaban de él, diciendo: “Viva el rey de los judíos”.
“TRAICIÓN”
Mateo 26, 47 – 56

a) ¿Por qué te traicionas a veces?
b) ¿Jesús sigue considerando amigo a Judas?
c) ¿Qué buscaba Judas al traicionar a Jesús?
d) ¿Cuándo tú besas sin amor, qué sientes?
e) Por qué Jesús se rodeó de gente tan apasionada y humilde?
f) ¿Qué sentimientos expresó Jesús en Getsemaní?
g) ¿Cómo se le enseña a la pareja a ser fiel?



MI CAMINO FELIZ

30 Le escupían la cara y, quitándole la caña, le pegaban en la cabeza. Después que se burlaron de él. le qui­taron la capa de soldado, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar.
31 Al salir encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y le obligaron a que cargara con la cruz de Jesús. 33 Cuando llegaron al lugar que se llama Gólgota o Calvario, palabra que significa “calavera”, 34 le dieron a beber vino mezclado con hiel, Je­sús lo probó, pero no quiso beberlo.
35 Ahí lo crucificaron, y después echaron suertes para repartirse la ropa de Jesús. 36 Luego se sentaron a vigilarlo. 37 Encima de su cabeza hablan puesto un letrero que decía por qué lo hablan condenado: “Este es Jesús, el rey de los judíos”. 38 También crucificaron con él a dos ladrones, uno a su derecha y al otro a su izquierda.
39 Los que pasaban por ahí, movían la cabeza y lo insultaban, diciendo: “¡Hola!, tú que derribas el Templo y lo reedificas en tres días, líbrate del suplicio, baja de la cruz si eres Hijo de Dios.”
41 Los jefes de los sacerdotes, los jefes de los judíos y los maestros de la Ley lo in­sultaban, diciendo: 42 “Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo: que ese rey de Israel baje ahora de la cruz y creeremos en él. 43 Ha puesto su confianza en Dios; si Dios lo ama, que lo libere, puesto que él mismo decía: Soy Hijo de Dios”. 44 ¿Hasta los ladrones que estaban crucificados a su lado lo insultaban.
45 Desde el mediodía hasta las tres de la tarde, se cubrió de tinieblas todo el país. 46 Cerca da las tres, Jesús gritó con fuerza: Elí, Elí, lamá sabactani. Lo que quiere decir: Dios mío, Dios mío, ¿,por qué me has abandonado? 47 Al oírlo, algunos de los presentes decían: “Está llamando a Elías”. 48 Y luego, uno de ellos corrió, tomó una esponja, la empapó en vino agridulce y poniéndola en la punta de una caña, le daba de beber. 49 Otros decían: “Déjalo. Veamos si viene Elías a liberarlo”. Entonces Jesús, gritando de nuevo con vos fuerte, entregó su espíritu.

51 En ese mismo instante, la cortina del santuario se rasgó en dos partes, de arri­ba abajo; 52 le tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron, y resu­citaron varias personas santas que habían llegado al descanso. 53 Estás salieron de las sepulturas después de la resurrección de Jesús, fueron a la Ciudad Santa y se apa­recieron a mucha gente
54 El capitán y los soldados que custodiaban a Jesús, al ver el temblor y todo lo que estaba pasando, tuvieron mucho temor y decían: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”. 55 También estaban allí, observando de lejos, algunas mujeres que desde Galilea hablan seguido a Jesús para servido. 56 "Entre ellas: María Magdalena. 57 Siendo ya tarde, vino un hombre rico, de Arimatea, que se llamaba José, y que también se habla hecho discípulo de Jesús. 58 Fue donde Pilatos para pedirle el cuerpo de Jesús, y el gobernador ordenó que se lo entregaran. 59 Y José, tomando el cuerpo, lo envolvió, en una sábana limpia 60 y lo co­locó en un sepulcro nuevo, cavado en la roca, que se había hecho para sí mismo. Después movió una gran piedra redonda para que sirviera de puerta, y se fue. 61 María Magdalena y la otra María estaban sentadas frente al sepulcro.

Aseguran el sepulcro

62 Al día siguiente (era el día después de la preparación a la Pascua) los jefes de los sacerdotes y los fariseos se presentaron juntos ante Pilatos 63 para decirle: “Señor, nos hemos acordado que ese mentiroso dijo cuando aún vivía: Después de tres días resucitaré. 64 Por eso, manda que sea asegurado el sepulcro hasta el tercer día: no sea que vayan sus discípulos, roben el cuer­po y digan al pueblo: Resucitó de entre los muertos. Este sería un engaño más perju­dicial que el primero. 65 Pilatos les respon­dió: “Ahí tienen los soldados, vayan y to­men todas las precauciones que crean con­venientes.” 66 Ellos, pues, fueron al Sepul­cro y lo aseguraron, sellando la piedra y Po­niendo centinelas.

“JESÚS, CAMINO DE SALVACIÓN
Mateo 27, 30 - 66

a) ¿Qué persona tiene mejor testimonio y mejor enseñanza?
b) ¿Qué te hace sentir el saber que maltrataron tanto a Jesús?
c) ¿Alguna vez te han maltratado?
d) ¿Cómo te diste cuenta?
e) ¿Cuándo has sentido que “un remedio fue peor que la enfermedad”?

MI RESURECCION

21 1 Después de esto, nuevamente Jesús se hizo presente a sus discípulos en la orilla del lago de Tiberíades. Y se hizo presente como sigue. 2 Estaban reunidos Simón Pedro, Tomás el Gemelo, Natanael de Cana de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos. ­3 Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Le contestaron: contestaron: “Nosotros vamos también” contigo”. Partieron y subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada.
4 Al amanecer, Jesús se presentó en la orilla. Pero los discípulos no podían saber que era él. 5 Jesús les dijo: “Muchachos, ¿tienen algo de comer? Le contestaron: “Nada”.6 Entonces Jesús les dijo: “Echen la red a la derecha y encontrarán pesca.
Echaron la red y se les hicieron pocas las fuerzas para recoger la red, tan grande era la cantidad de peces.
7 El discípulo a quien Jesús más quería ­dijo a Simón Pedro: “Es el Señor” 8 Cuando Pedro oyó esto de “Es el Señor”, se puso la ropa (se la había sacado para pes­car) y se echó al agua. Los otros discípulos llegaron a la barca, arrastrando la red llena de peces; estaban como a cien metros de la orilla.
9 Cuando bajaron a tierra, encontraron un fuego prendido y sobre las brasas; pes­cado y pan.
10 Jesús les dijo: “Traigan de los pescados que acaban de sacar”. 11 Simón Pedro subió a la barca y sacó la red llena con cíen­lo cincuenta y tres pescados grandes. Con todo, no se rompió la red.
12 Jesús les dijo: “Vengan a desayunar”, y ninguno de los discípulos se atrevió a ha­cerle la pregunta: “¿Quién eres tú?”, por­que comprendían que era el Señor. 13 Jesús se acercó a ellos, tomó el pan y se lo repartió. Lo mismo hizo con los pescados.
14 Esta fue la tercera vez que se manifes­tó a sus discípulos después de haber resu­citado de entre los muertos.
15 Después que comieron, Jesús dijo a Simón Pedro: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?” Este contestó: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Jesús dijo: “Apacienta mis corderos”. 16 Y le preguntó por segunda vez: “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?” Pedro volvió a contestar: “Sí, señor, tú sabes que te quiero”. Jesús le dijo: “Cuida mis ovejas” 17 Insistió Jesús por tercera vez: “Simón Pedro, hijo de Juan, ¿me quieres?” Pedro se puso triste al ver que Jesús le preguntaba por tercera vez si lo quería. Le contestó: “Señor tú sabes que te quiero”. Entonces Jesús le dijo: “Apacienta mis ovejas”.

18 En verdad, cuando eras joven, tú mismo te ponías el cinturón e ibas donde querías. Pero, cuando llegues a viejo, abrirás los brazos y otro te amarrará la cintura y te llevará donde no quieras. 19 Jesús lo dijo para que Pedro comprendiera en qué forma iba a morir y dar gloria a Dios.

20 Después, Jesús dijo a Pedro: “Sígueme”. Pedro miró atrás y vio que lo seguía también el discípulo a quien Jesús más quería. el que en la cena se había inclinado sobre su pecho y le habla preguntado: “Señor, ¿quién es el que te va a entregar?”. 21 Al verlo Pedro, preguntó a Jesús: “Y, ¿qué va a ser de éste?” 22 Jesús le contestó: “Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, ¿a ti qué te importa? Tú, sígueme”.

23 Por eso, corrió la voz entre los herma­nos de que ese discípulo no iba a morir. Pero Jesús no dijo a Pedro que no iba a morir, sino, simplemente: “Si yo quiero que permanezca hasta mi vuelta, qué te impor­ta a ti?”.
24 Este es el mismo discípulo que dio aquí testimonio y escribió todo esto, y nosotros sabemos que dijo la verdad. 25 Jesús hizo muchas otras cosas. Si se escribieran una por una, creo que no habría lu­gar en el mundo para tantos libros.

“RESURRECCIÓN DE JESÚS”
Juan 21, 1 - 25

a) ¿Qué resonancia le trajo Jesús a los pobres con su Resurrección?
b) ¿Por qué crees que Jesús le preguntó tres veces a Pedro si lo amaba?
c) ¿Qué le contestarías tú a Jesús si te preguntara si lo amas?
d) ¿Qué crees que significa eso de “apacienta a mis corderos”?
e) ¿Qué harías si Jesús se te apareciera y te dijera sígueme?

LA FAMILIA DE EL
1 1 Teófilo, yo escribí en mi primer libro todo lo que Jesús hizo y enseñó desde el principio 2 hasta el día en que fue llevado al cielo, después que dio instrucciones por medio del Espíritu santo, a los apóstoles que había elegido.
3 Ellos fueron a los que se presentó después de su Pasión, dándoles muchas pruebas de que vivía y, durante cuarenta días, les habló acerca del Reino de Dios. 4 Mientras comía con ellos, les mandó: “No se alejen de Jerusalén, sino que esperen lo que prometió el Padre, de lo que ya les he hablado: 5 Que Juan bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días”.
6 Como estaban reunidos, le preguntaron: “Señor, ¿es ahora cuando vas a restablecer el Reino de Israel?” 7 El les respondió: “A ustedes no les corresponde saber el tiempo y el momento que el Padre ha fijado con su propia autoridad, 8 sino que van a recibir una fuerza, la del Espíritu Santo, que vendrá sobre ustedes, y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los límites de la tierra”.
9 Al decir esto, en presencia de ellos, Jesús fue levantado y una nube lo ocultó a sus miradas.
10 Mientras miraban fijamente al cielo hacia donde iba Jesús, de repente tuvieron a su lado dos hombres vestidos de blanco 11 que les dijeron: “Hombres de Galilea, ¿qué hacen ahí mirando al cielo? Este que ha sido llevado, este mismo Jesús, vendrá como lo han visto subir al cielo”.

LOS DISCÍPULOS ESPERAN AL ESPÍRITU SANTO

12 Entonces volvieron de aquel cerro, llamado de los Olivos, que está a un cuarto de hora de Jerusalén. 13 Y, llegando a la ciudad, subieron a la habitación superior donde se alojaban. Eran Pedro, Juan, Santiago y Andrés, Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo; Simón, el que fue Zelotes, y Judas, hermano de Santiago.
14 Todos ellos perseveraban en la oración y con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, de María, la madre de Jesús, y de sus hermanos.

Elección de Matías

15 Uno de aquellos días, Pedro se puso de pie en medio de los hermanos, que eran alrededor de ciento veinte, y les dijo:
16 “Hermanos, era necesario que se cumpliera la Escritura referente a Judas, el que se hizo el guía de los que prendieron a Jesús. De él habló el Espíritu Santo por boca de David. 17 Era uno de los nuestros y había sido llamado a compartir nuestra común responsabilidad.
18 (Sabemos que se compró un campo con el salario del pecado; luego se tiró de cabeza, reventándose, y sus entrañas se desparramaron. 19 Todos los habitantes de Jerusalén supieron el asunto y llamaron ese lugar: Campo de la Sangre).
20 En el libro de los Salmos estaba escrito: Que el lugar donde vivía quede desierto y no haya quien habite en él. Pero también está escrito: Que otro ocupe su oficio. 21 Es preciso, pues, que busquemos entre los hombres que anduvieron con nosotros durante todo el tiempo que convivimos con Jesús, 22 desde el bautismo de Juan hasta el día en que nos fue llevado, y que uno de ellos venga a ser, junto con nosotros, testigo de su Resurrección.


23 Presentaron a dos: José, llamado Barsaba, por sobrenombre, Justo, y Matías.
24 Entonces oraron así: “Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muéstrame a cuál de estos dos has elegido 25 para ocupar en el servicio del apostolado el puesto que Judas dejó para irse al lugar que le correspondía”.
26 Echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías, el cual fue agregado a los once apóstoles.

“LA IGLESIA DE JESÚS”
Hechos 1, 1 - 26

a) Esta familia de fe fundada por Jesús tiene buenos y malos elementos ¿por qué?
b) ¿Alguna vez has participado en algún tipo de elecciones?
c) ¿Qué se siente poder elegir a un representante?
e) ¿Qué se siente perder unas elecciones?
f) ¿Crees que fue acertado echar suertes para escoger al sucesor de Judas?
IGLESIA DE ORIGEN DIVINO

13 Al llegar Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que soy yo?, el Hijo del Hombre”. 14 Ellos dijeron: “Unos dicen que eres Juan Bautista; otros dicen que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas”
15 Jesús les preguntó: “¿Y ustedes, quien dicen que soy yo? 16 Simón contestó: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”. 17 Je­sús le respondió: “Feliz eres, Simón Bar-jona, porque no te lo enseñó la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos.
18 y ahora, yo te digo: Tú eres Pedro, o sea Piedra, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y las fuerzas del Infierno no la po­drán vencer.
19 Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos: todo lo que ates en la tierra será atado en el Cielo, y lo que desates en la tierra será desatado en los Cielos.
20 En seguida, Jesús ordenó a los discípulos que no le dijeran a nadie que él era el Cristo.


Mateos 16, 13 - 20
Juan 20, 19 -31

a) Si Jesús fundó esta Iglesia ¿Qué son las otras?
b) ¿Tú crees en algo que no has visto?
c) ¿Por qué Tomás era tan incrédulo?
d) ¿A qué se refiere Jesús cuando les da el poder de atar y desatar en la tierra lo que será atado y desatado en el cielo?
e) ¿Has tenido alguna vez la responsabilidad de cuidad algo muy importante? ¿qué sentiste?


19 La tarde de ese mismo día, el primero de la semana, los discípulos estaban a puertas cerradas por medio a los judíos. Jesús se hizo presente allí, de pie en medio de ellos.
20 Les dijo: “La paz sea con ustedes”. Después de saludarlos así, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de gozo al ver al Señor.
21 El les volvió a decir: “La paz esté con ustedes. Así como el Padre me envió a mí, así los envío a ustedes”. 22 Dicho esto, sopló sobre ellos: “Reciban el Espíritu Santo; 23 a quienes ustedes perdonen, queden perdonados, y a quienes no libren de sus pecados, queden atados”.
24 Uno de los Doce no estaba cuando vino Jesús. Era Tomás, llamado el Gemelo. 25 Los otros discípulos, pues, le dijeron: “Vimos al Señor”. Contestó: “No creeré sino cuando vea la marca de los clavos en sus manos, meta mis dedos en el lugar de los clavos y palpe la herida del costado”.
26 Ocho días después, los discípulos estaban de nuevo reunidos dentro, y Tomás con ellos. Se presentó Jesús a pesar de estar las puertas cerradas, y se puso de pie en medio de ellos.
Les dijo: “La paz sea con ustedes”. 27 Después dijo a Tomás: “Ven acá, mira mis manos; extiende tu mano y palpa mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe”.
28 Tomás exclamó: “Tú eres mi Señor y mi Dios”. 29 Jesús le dijo: “Tú crees porque has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!”.

Conclusión del Evangelio

30 Muchas otras señales milagrosas hizo Jesús en presencia de sus discípulos, que no están escritas en este libro. 31 Estas han sido escritas para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios; crean, y, por su Nombre, tendrán vida.



PABLO CONVERTIDO

3 Pero, mientras se dirigía a Damasco, cuando ya estaba cerca, de repente lo rodeó una luz que venia del cielo. 4 Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” 5 El preguntó: “¿Quién eres, Señor?” Y la voz: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues; 6 levántate y entra en la ciudad, allí se te dirá lo que debes hacer”.
7 Los hombres que lo acompañaban se habían detenido, atónitos, pues oyeron la voz, pero no vieron a nadie. 8 Saulo se levantó del suelo, y aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. 9 Estaba ciego y permaneció tres días sin comer ni beber nada.
10 Vivía en Damasco un discípulo llama­do Ananías, a quien el Señor llamó en una visión: “¡Ananíasl” El respondió: “Aquí es­toy, Señor”. 11 Y el Señor le dijo: “Anda a la calle llamada Recta y pregunta en la case de Judas por un hombre llamado Saulo, de Tarso, que está orando. 12 Y acaba de te­ner una visión en que un varón llamado Ananías entraba y le imponía las manos para que recobrara la vista”.
13 Entonces Ananías le respondió: “Se­ñor, he oído a muchos hablar de los males que este hombre ha causado a tus santos en Jerusalén 14 y que ahora tiene poder de los jefes de los sacerdotes para tomar pre­sos a todos los que invocan tu Nombre”.
15 El Señor le contestó: “Anda, pues este hombre me será un instrumento valioso y dará a conocer mí Nombre, tanto a los pa­ganos y a sus reyes como al pueblo de Is­rael. 16 Yo le mostraré todo lo que tendrá que sufrir por mi Nombre”.
17 Fue Ananías, entró en la casa, le im­puso las manos y le dijo: “Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venias, me he enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Es­píritu Santo. 18 Al instante, fue como si se le cayeran escamas de los ojos, y pudo ver. Se levantó y fue bautizado; 19 comió y re­cobró las fuerzas.
Saulo permaneció algunos días con los discípulos de Damasco 20 y muy pronto se puso a predicar en las sinagogas que Je­sús es el Hijo de Dios. 21 Todos los que lo oían quedaban maravillados y decían: “¿No es éste el que, en Jerusalén, perseguía a muerte a los que invocaban el Nombre de Jesús? ¿Y no vino aquí para llevarlos presos ante los jefes de los sacerdotes?'.
22 Pero Saulo se fortalecía cada vez más y confundía a los judíos de Damasco, demostrándoles que Jesús es el Mesías.

“Conversión de Pablo”
Hechos 9, 1 - 22
a) ¿Te gustaría conocer la hermosa Vida de Saulo?
b) ¿Por qué crees que Jesús escogió a un enemigo para ser su discípulo?
c) ¿Has tenido alguna vez un enemigo?
d) ¿Cómo se hace para que una persona que no conoces sea tu amigo?
e) ¿Puedes ser amigo de alguien que no conoces?
f) ¿Puedes ser amigo de alguien que antes se portaba mal y que ahora dice ser tu amigo?
g) ¿Qué sientes cuando te juzgan y condenan?


TESTIGOS DEL AMOR

10 Los hijos de Dios y los del Diablo se reconocen en esto: el que no obra la justicia no es de Dios, y tampoco el que no ama a su hermano.
11 Pues se les enseñó desde el principio que se amen los unos a los otros.
12 No imitemos a Caín, que mató a su hermano, porque era del Maligno. ¿Por qué lo mato? Porque él hacia el mal, mientras su hermano hacia el bien
13 No se extrañen, hermanos, de que nos odie el mundo,
14 pues al amar nosotros a nuestros hermanos comprobamos que hemos pasado de la muerte a la vida.
15 El que no ama, permanece en la muerte. El que odia a su hermano, es un asesino, y, como lo saben ustedes, en el asesino no permanece la Vida eterna.
16 El (Jesucristo) sacrificó su vida por nosotros, y en esto hemos conocido el amor; así, también nosotros debemos dar la vida por nuestros hermanos.
17 Cuando alguien goza de las riquezas de este mundo, y, viendo a su hermano en apuros, le cierra su corazón, ¿cómo permanecerá el amor de Dios en él?
18 Hijitos, no amemos con puras palabras y de labios afuera, sino verdaderamente y con obras.
19 Esto nos dará la certeza de que somos de la verdad y se tranquilizará nuestra conciencia delante de él 20 cada vez que nuestra conciencia nos reproche, porque Dios es más grande que nuestra conciencia y lo conoce todo.
21 Y si nuestra conciencia no nos condena, queridos, acerquémonos a Dios con toda confianza.
22 Entonces, cualquier cosa que pidamos, Dios nos escuchará, 23 ya que guardamos sus mandatos y procuramos hacer lo que es de su agrado. Su mandato es que creamos en el Nombre de su Hijo Jesucristo y que nos amemos los unos a los otros, tal como él nos tiene ordenado.
24 El que guarda sus mandatos permanece en Dios y Dios en él. Y por el Espíritu que Dios nos ha dado sabemos que él permanece en nosotros.
“DEL AMOR”
1 Juan 3, 10 –24
1 Juan 4, 7 – 13
a) ¿Sientes a Dios en tu corazón? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Qué te hace sentir?
b) ¿Cómo sabes que estás actuando mal?
c) ¿Cómo sabes que estás actuando bien?
d) ¿Cómo sabes que una persona te ama de verdad?
e) ¿Dios concede las peticiones sólo de los que están con El?
f) ¿Sabes que si amas realmente a tu pareja, cada día más, Dios vive radiante entre ustedes y todos se dan cuenta?

7 Queridos, amémonos los unos a los otros, porque el amor viene de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
8 El que no ama, no ha conocido a Dios, pues Dios es amor.
9 Envió Dios a su Hijo único a este mundo para darnos la Vida por medio de él.
10 Así se manifestó el amor de Dios entre nosotros. No somos nosotros los que hemos amado a Dios, sino que él nos amó primero y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados: en esto está el amor.
11 Queridos, si tal fue el amor de Dios, también nosotros debemos amarnos mutuamente.
12 Nadie ha visto nunca a Dios, pero si nos amamos Unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se dilata libremente entre nosotros.
13 Dios nos ha comunicado su Espíritu; con esto comprobamos que permanecemos, en-Dios-y-él-en-nosotros. Gracias-
P.
PEPE

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