martes, 15 de abril de 2008

amor a mi mismo

AMOR A MÍ MISMO
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Estoy viviendo un período de búsqueda, de descubrirme, de aceptarme tal cual soy, con mis aciertos y errores. Me esta costando mucho.

Soy un ser único e irrepetible,” yo no soy basura”. Mi vida tiene un gran sentido. El Señor me ha elegido para amar y ser amado, y aunque a veces pierdo la brújula, me desanime o no le encuentre sentido a mi vida y me bajonee por pequeñas cosas, sé que estoy creciendo.”Me dejo tentar”

Necesito mi espacio para desarrollarme. Solo o en compañía, sé que no estoy solo, que tengo varios grupos: en los cursos, en el barrio... unos son más inteligentes que otros y me doy cuenta que no todos son influencias positivas, y que a veces me dejo llevar por ellos... pero estoy aprendiendo a descartar lo que me sirve y lo que no, lo que me hace crecer y desarrollarme, ser más libre ¡Ser persona! De lo que me tira para abajo, lo que me achaca, me confunden y hace que no me quiera.

Yo necesito “Tener” para poder “Dar” y quiero dar lo mejor, por que me valoro mucho y estoy seguro que soy aceptado cuando amo, y cada día soy más responsable de mí.

DONDE HAY AMOR, NO HAY TEMOR

La verdad es que de mi infancia poco recuerdo... mi familia me ayudó a desarrollarme en un medio normal, conocí el cariño y la soledad, tuve penas y alegrías, soy un ser normal, y sin embargo descubrí algunas veces la ausencia del amor en mi vida, y no fue porque nadie me quisiera, muy por el contrario, habían muchos seres que me entregaban cariño, comprensión, que querían verme bien y hacerme sentir feliz. Pero algo me faltaba, algo andaba mal, no gozaba como los demás, no disfrutaba como los demás, como que no estaba completa como persona.

Ahí descubrí que era yo quien no me entregaba al amor, yo no daba el afecto que a mí me regalaban, y lo más importante, descubrí que estaba lleno de miedos y que era el temor el que me amarraba, el que anclaba y no me dejaba ser, el que no me permitía entregarme a nadie. Era el Caín, ese mal que llevaba muy dentro el que no me dejaba que yo actuara; sentía miedo a ser rechazado, a ser abandonado, a ser decepcionado. Miedos y más miedos que reprimían mis sentimientos más profundos.

Me daba cuenta que me estaba volviendo una persona aislada, limitada, incompleta, celosa...y todo por no encontrarme a la experiencia maravillosa de ser feliz.

Me costó enfrentarme a esta realidad, fue doloroso. Me equivoqué de camino muchas veces, hasta que un día me decidí a hacer algo, a vencer mis miedos, a crecer y enfrentar mis temores. Empecé a expresar de a poco mis sentimientos, aprendí a sonreír, a no herir a las personas que me querían, a compartir mis “Darme cuenta” con delicadeza, pero valorándolos como correspondía; acepté a no resistirme al dolor de crecer, aprendí a perder para ganar, y sólo entonces aprendí a amar.”Te desafío a lograrlo no seas cobarde, levántate”

Me di cuenta que en el corazón donde existe el temor, no puede habitar el amor.

Yo también tengo la posibilidad de ser feliz, porque he aceptado que soy importante para los demás, que merezco ser amado y ser aceptado; pero eso también es porque ahora he permitido que me conozcan de verdad. El miedo es falto de fe y la fe es el hogar del amor.











No tengo derecho a ser esclavo de mis sentimientos

Me he dado cuenta que soy poseedor de una gran fuerza, una energía infinita que me transporta al corazón de los que me rodean: Es el amor.

Mientras más amo, soy más persona... pero a veces me confundo, estoy tan ávido de experiencia, de que mi vida se llene de emociones y sensaciones que mezclo esto con un sentimiento de amor verdadero.

Me pasa que creo estar enamorado por estar atraído por alguien que me hace sentir de una manera en especial, o por que me gustaron sus ojos, o su manera de caminar, o de reír... pero con el paso del tiempo me doy cuenta que sólo fue una ilusión.

He descubierto que el amor verdadero es más profundo que solo un gusto, es más que un deseo, es más que estar con alguien para no estar solo; es una decisión.
El amor verdadero no ata, no encadena. El amor verdadero me ayuda a crecer, es disciplinado, alejado del temor, no tiene envidias y solo desea el bien... y para mí es una experiencia maravillosa, infinita, que me eleva hasta el cielo...

Muchas veces yo me equivoqué, por que me dejé atrapar por las cadenas del sentimentalismo, que me hicieron perder grandes oportunidades de conocer a la otra persona y descubrir en ellas los tesoros que por atolondramientos no fui capaz de aceptar.

Ya no me enamoro de sus ojos o de su pelo, he aprendido a conocer a mi pareja, a darle tiempo para hacernos muy amigos, a amar a su verdadero yo, a ese que estaba esperando por mí, y a la vez he aprendido a entregarme y a comprometerme con esta decisión de no perder más tiempo... he aprendido los pasos del amor.


“No hay amor sin perdón”

He sentido mucho dolor y pena por algunas situaciones que he vivido, heridas que me han provocado seres a quienes amo y he amado mucho, heridas que yo me he provocado.

Cuando esto ha sucedido me he alejado de ellos, causándome resentimientos por haber confiado, por haber creído o por haberme entregado... entonces me cierro, me impido perdonar, asumir mi dolor y superarlo de verdad, sin que dejen cicatrices.

Por mucho tiempo esto me hacía sufrir y llenarme de una gran angustia, y no me daba cuenta que el daño que yo me hacia iba día a día creciendo.

Cuando soy capaz de pedir perdón crezco, me regenero y recupero la paz y la capacidad de sentirme feliz. Ahora me doy cuenta que decir “Perdóname” es un acto de verdadero y genuino amor... El Señor está conmigo,

Apoyándome en esto tan difícil... Él mismo me enseñó esto cuando estando en la cruz dijo: “Padre-perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Esto me hace sentir libre, feliz, que nada pesa en mi corazón, porque es Jesús el que me está apoyando, quien está a mi lado sosteniéndome y liberándome...





MI PAREJA RESPETA MI INDIVIDUALIDAD

En la medida que yo crezco espiritualmente crecemos como pareja, porque yo estaré más linda y a su vez más hermoso él.

Mi genuino amor se sostiene en mantener y preservar la distinción entre mi misma(o) y mi pareja, porque soy alguien que tiene un yo interno esencialmente libre, que ama y desea ser amada como tal.

Soy una persona con multiplicidad de dones y cualidades, y reclamo que se me reconozcan, por que aspiro satisfacer mis necesidades y buscar vivir millones de siglos feliz, cosechando el amor que sembré en esta tierra.

Mi personalidad es distinta a la de mi pareja, y nos complementamos muy bien, sobre todo porque nuestra unidad no es uniformidad ni en el pensar, sentir, crear ni hacer.

Yo estoy consiente de que mi pareja es un ser, con necesidades, carencias, sueños, ideales, gustos y sentimientos... es único e irrepetible... Él me escogió, dentro de su libertad, para estar a su lado, como yo lo escogí a Él.

Recuerdo una vez que le pedí que estuviera conmigo en vez de ir a jugar fútbol... y sólo conseguí tenerlo a mi lado sin ganas, con poco entusiasmo... Y cuando me pidió que no saliera con mis amigas para estar juntos, me di cuenta de lo que él había sentido... me sentía reprimida, sin esa alegría desbordante que esperaba tener a su lado...

Sólo comunicándonos pudimos sacar adelante nuestra relación... él me compartió sus sentimientos, lo incómodo que le era estar amarrado obligado a mí... y yo me di cuenta que no me sentía bien cuando intentaba absorberlo para manejarlo a mi antojo...

Respetando sus propias ideas e iniciativas logré que también respetara y reconociera mi independencia. Ser egoísta sólo me lleva a limitar mi propio crecimiento. Yo también deseo estudiar, hacer deportes o estar con mis amigos. No me siento bien postergando mis propias necesidades. Una pareja debe ser libre para comunicarse, compartir y crecer en el amor genuino.

TODO ES TRANSITORIO, NADA ES PASAJERO

Nada en esta tierra es definitivo... apenas es una preparación para ir al encuentro de Dios Tierno...

Siempre he buscado el sentirme con una persona feliz, realizada en las cosas que yo hago... y me he dado cuenta que no es bueno estar solo, necesito a mi lado de una pareja, una compañía o mi complemento.

También me he dado cuenta que todo lo que tengo, todo lo que me sucede a lo largo de mi vida son sólo símbolos, signos, señales, anzuelos, para que sigas buscando la dicha de ser feliz.

Por ejemplo: los recién casados se sienten felices por la fiesta, por los regalos, por la ceremonia, por los amigos, y por la noche de bodas... pero increíblemente no es este acontecimiento lo más importante... el matrimonio es recién el inicio de un largo camino por recorrer...

Y en las relaciones sexuales... es verdad que realizar el acto del amor es maravilloso, es decirse en profundidad que se aman y transmitirlo en esa oración fecunda... pero ¿Por qué a veces queda la boca amarga, como si faltara más? ... algo más... yo esperaba más.

He descubierto no sentir lo mismo al tener una relación sexual, que es pura genitalidad, que al hacer el amor... eso es mucho más que sólo piel... es un proceso infinito, que no acaba en la cama.

Tener relaciones no es el fin, sino el medio de comunicarme por entero con mi pareja, para hacerle sentir lo mucho que la amo, que nuestro cuerpo sensible a las caricias y los besos es un regalo que nos dio Dios y que tenemos que saber disfrutar, cuidar, guardar y respetar...

Y cuando me descubro amando de verdad, me doy cuenta que mi sexualidad, mi genitalidad, mis sentimientos, mis deseos, se convierten en un concierto bello en el que está presente ese amigo incondicional que se sonríe, al verme buscarlo en el cuerpo de mi ser amado... porque esa es la recreación de mi Jesús, al enviarme a este embajador para que yo lo siga amando a través de él.
AMISTAD

Tengo la vocación de amar, de entregar y entregarme.

Recuerdo con mucho orgullo la primera vez que alguien me dijo: “Es mi amigo”, entonces comprendí el significado, entendí que un amigo es aquel con quién comparto mi vida, mis éxitos, mis fracasos, mis llantos, mis gozos más profundos.


Mi amigo es aquel que me llama, me visita sin poner condiciones, ni horarios, él nunca me exige que cambie, sin embargo me siento exigido para ser cada vez mejor. Él me conoce por mis gestos mucho más que por mis palabras, sabe por que callo, cual es mi tristeza, él llega a leer mis pensamientos sin necesidad de hablar.

Con mi amigo puedo pensar, sentir exactamente como lo quiero y lo creo; con él me equivoco, juego, grito, río, discuto y reniego; sin embargo con él soy como soy, porque él me da la confianza y me ayuda a destruir todas mis caretas por que él me ama, me cree, me acepta y me perdona.


En mi interioridad me doy cuenta que e Jesús es el más completo de mis amigos. Es el amigo por excelencia. Mi alma reposa confiada en él, pues él se entregó absolutamente por mí, hasta dar la vida. Él me enseñó que “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” y esto él lo cumplió por mí.

¡Que modelo! ¡Que amor! ¡Que entrega!

El mundo habla de amistad con mucha soltura y cuando yo confío puedo equivocarme, sufrir y quedar herido porque no he sabido discernir bien, pero sí quiero vivir intensamente este sentimiento debo jugarme por entero, como Jesús lo hizo. Este gozo está reservado para quienes saben abrirse con generosidad al otro.


Jesús quedó en el mundo, quedó en mí, sus reflejos me iluminan. En su Palabra, en la comunión, puedo aprender a vivir la amistad con él y con los demás. Sé que no soy perfecto, sé que me resulta difícil entregarme; mi egoísmo, mi comodidad son lazos que me atan fuertemente y que me impiden la alegría de vivir abierto a Dios, a mis amigos, pero no debo desalentarme. Todo cuesta, pero con la ayuda de Jesús puedo, puedo desatarme, mostrarme y ponerme a disposición de quienes como yo, añoran en su intimidad encontrar amigos solidarios con quienes poder vivir sinceramente, confiar y reclinar la cabeza.

“PREGUNTAS MAYÉUTICAS” son las que acompañan a cada “TEMA”en cuestión.
TE INDICO COMO SE HACEN;
+Se marcan las frases que te llaman mucho la atención.
+Se mejoran y se escriben después de cada tema; todas las que sean útiles

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