sábado, 26 de mayo de 2012


“Salud espiritual”
Más allá de la salud corporal, pero como una extensión de la misma, Jesús apunta hacia la salud espiritual. Esta consiste, esencialmente, en la perfecta libertad para amar a Dios, los otros, al propio yo, la naturaleza, el cosmos.
 Mediante el amor total recibimos la gracia de la unión perfecta con el Hijo y, por él, con Dios Padre. Y a través de esa unión nos sumergimos en la fuente misma de la “salud cumplida”.
“La razón es porque la salud del alma es el amor de Dios, y así, cuando no tiene cumplido amor, no tiene cumplida salud, y por eso está enferma, porque la enfermedad no es otra cosa sino falta de salud.
De manera que, cuando ningún grado de amor tiene el alma, está muerta;
 mas, cuando tiene algún grado de amor de Dios, por mínimo que sea, ya está viva, pero está muy debilitada y enferma por el poco amor que tiene; pero, cuanto más amor se le fuere aumentando, más salud tendrá, y, cuando tuviere perfecto amor, será su salud cumplida
1) Enfoque mental,
2) Sub modalidades,
3) Preguntas,
4) Afirmaciones
5) Creencias,
6) Valores,
7) Reglas positivas,
8) Fisiología,
9) Respiración,
10) Ejercicio físico,
11) Alimentación sana,
12) Música,
13) Meditación,
14) Servicio a los pobres...
A lo largo de la historia los grandes maestros espirituales coinciden en sostener que las adicciones dañan nuestra salud espiritual e impiden su desarrollo. Según Buda la causa del sufrimiento; es el apego.
Por ello, con el cese del apego cesa el sufrimiento.
Jesús va más allá de esa enseñanza. El personifica el desapego y la libertad. De ahí que reclame perfecta libertad en sus seguidores:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” Marcos 8,34
 Necesitamos ser libres del pecado y del egoísmo. Requerimos libertad para enfrentar el dolor y sobrellevar la cruz del cambio y desarrollo constantes. Sobre todo, es indispensable que seamos libres para amar a Jesús y a todos nuestros semejantes en unión con Él.
En la vida real, sin embargo, los  algunos JÓVENES cristianos encontramos gran dificultad para renunciar a sí mismos. Estamos apegados al propio yo, igual que nos apegamos al cigarrillo, alcohol, comida, dinero, etc. Es frecuente que sintamos el deseo de liberarnos de éstas y otras posibles adicciones. De hecho pedimos en la oración nuestra libertad. Decidimos acabar con nuestra esclavitud.
Hacemos nuestro mejor esfuerzo. Sin embargo, seguimos siendo dependientes.
¿Qué sucede? ¿Es falta de fe? Podría ser ésta la razón, pero probablemente no. Con frecuencia sucede que no sabemos cómo usar nuestros recursos. Ellos son parte de la gracia de Dios. Así que su respuesta a nuestra fe y esperanza expresadas en forma de oración ya está dentro de nosotros. Dios nos ha concedido previamente todos los recursos que necesitamos para vernos libres de toda adicción.
Uno de nuestros mejores recursos a ese respecto lo tenemos en la capacidad de aprender y desarrollar la libertad emocional.
Si somos libres emocionalmente, no tenemos necesidad de apegamos a nada ni de depender de nadie El placer y el goce que buscamos a través de las adicciones, pueden ser creados interiormente por quienes poseen libertad emocional. Si carecemos de ésta, entonces buscaremos el bienestar y la excitación y el placer por medio de la comida, el alcohol, el tabaco, la droga, el sexo, el trabajo desmedido, dinero, etc.
De hecho las investigaciones demuestran que la cosa, persona u organización de que somos dependientes o adictos, no es más que un medio para cambiar nuestro estado emocional. Buscamos la eliminación del dolor en cualquiera de sus formas (ansiedad, miedo, desilusión, tristeza, etc.).

 Simultáneamente perseguimos la experiencia del placer y del goce.
El punto de partida del ciclo característico de la adicción suele ser el dolor. Este puede aparecer en cualquiera de sus formas, desde la simple incomodidad hasta el abatimiento, pasando por la soledad, el enojo y el cansancio.
Cierto, hay muchas clases de adicción. Pero en todas ellas el adicto se vincula con un objeto, situación, organización o persona tratada como objeto, para recabar las sensaciones propias de un deseado estado emocional.
- El alcohólico experimenta el cambio de estado emocional cuando se toma unas copas con los amigos.
- El adicto a la comida cambia su ánimo mediante el abuso de la misma (bulimia) o el rechazo casi total del alimento (anorexia).
- El adicto al juego modifica sus emociones apostando a su equipo favorito y viendo enseguida el partido televisado.
- El ladrón de tiendas cambia sus sentimientos al robar, simple mente por sentir la excitación propia del riesgo de ser sorprendido.
- El adicto al sexo se siente mejor al curiosear en una tienda de objetos pornográficos o viendo una película erótica.
- El adicto a las compras se entusiasma y modifica su humor mediante la adquisición de objetos, a pesar de que no los necesita.
- El adicto al trabajo cambia su estado de ánimo quedándose en la oficina para concluir una tarea, a pesar de que lo necesitan en su casa.
Las personas dependientes o adictas -tal vez todos nosotros- fundamentan su vida y comportamiento en una lógica emotiva. No se guían por lo que su razón les muestra como buenos o más perfectos.
Tales personas, por otro lado, se vuelven incapaces de establecer relaciones interpersonales profundas. Tratan a los demás como nietos objetos.
En este contexto, podemos valorar aún más la libertad emocional. Gracias a ella podemos crear el estilo de vida que realmente anhelamos. Si somos libres podemos crear lazos afectivos y duraderos con nuestros semejantes.
En otros términos, si no controlamos libremente nuestras emociones que consiste en expresar el “un solo mandamiento les doy, que nos amemos”, en concreto el placer y el dolor con sus hijos correspondientes, nos convertiremos en esclavos de nuestros estados emocionales. Y tarde o temprano seremos esclavos de alguna adicción peligrosa.
A continuación señalo algunos elementos esenciales del proceso de liberarnos de alguna adicción personal.
1-En primer lugar conviene perseguir corno meta inamovible la propia libertad emocional expresar no solo los pensamientos y nuestros sentimientos  que brotan de nuestro intimo SER personal.
2-Segundo, el control amable del dolor y del placer nos garantiza el éxito de nuestra liberación respecto a cualquier adicción.
Al mismo tiempo podemos asociar enorme dolor con la adicción personal y placer inmenso con la libertad personal.
3-Tercero, nos conviene usar la fuerza humana más poderosa: el amor. A este respecto, san Juan de la Cruz nos anima a liberarnos de nuestras adicciones por amor a Jesús. Este Santo carmelita, que comprendió la importancia de asociar dolor con los apegos y placer con la libertad, advierte que las adicciones por sí mismas son fuentes abundantes de dolor y sufrimiento. Pero al mismo tiempo percibe que no es fácil dejarlas. Entonces nos impulsa a utilizar la fuerza del amor.
“Porque, para vencer todos los apetitos y negar los gustos de todas las cosas -con cuyo amor y aflicción se suele inflamar la voluntad para gozar de ellas- era menester otra inflamación mayor de otro amor mejor, que es el de su Esposo (Cristo), para que, teniendo su gusto y fuerza en éste, tuviese valor y constancia para fácilmente negar todos los otros. Y no solamente era menester para vencer la fuerza de los apetitos sensitivos tener amor de su Esposo, sino estar inflamada de amor y con ansias”
Con gran realismo, el Santo nos recuerda que el enamorado es capaz de cualquier esfuerzo o sacrificio por amor a su amada.
 Así también la inflamación de un amor mejor y con ansias respecto a Jesús, puede impulsarnos a la conquista de la libertad. Inflamados de amor, sí podemos renunciar a nuestras adicciones.
4-Cuarto, la apertura a la gracia de Dios juega también un papel decisivo en este proceso de liberación. Recordemos a los grupos de “Anónimos” como AA, que apelan a la ayuda del Poder Superior con el fin de abandonar el objeto de su adicción.
Quinto, el amor a nuestros familiares y amigos, en especial a los que más nos quieren, así como la vinculación a un grupo (comunidad de trabajo, grupo de amigos, comunidad de recuperación, etc.), facilitan enormemente el éxito de nuestra liberación personal.
6-Sexto, la fórmula del éxito, tal como se enseña en “comunidades  de Fe” nos muestra los pasos concretos que podemos seguir:
1) plantear la meta en términos positivos,
 2) lanzarse a la acción en dirección de la salud y la libertad emocional,
 3) tener un procedimiento de evidencia sensorial para saber si progresamos o no en relación con nuestra meta,
 4) encontrarse con personas que ya han conquistado la misma meta, para aprender de ellas el camino e imitarlas,
5) flexibilidad en cuanto a los medios.
6) reprogramar nuestra mente y corazón para gozar el proceso de aprender a ser libres, felices y saludables mediante el empleo del “compartir de sentires personales, de corazón a corazón

Amor y salud
Supongo que es obvia mi insistencia en el amor. No es simple obsesión. En modo alguno. Algunos médicos han investigado los efectos saludables del amor. No sólo las dos primeras actitudes cristianas fundamentales -fe y esperanza- generan salud, sino también la tercera de ellas que es el amor.
 El desempeña un papel decisivo en la salud humana.
Hay varias investigaciones acerca de la “solicitud tierna y amorosa” en relación con la salud» En ellas se nos ofrece una evidencia concreta acerca del poder curativo del amor.
Los investigadores exhibieron un documental sobre el trabajo de la MaríaTeresa de Calcuta a un grupo de estudiantes. Después que los estudiantes vieron las escenas de ternura y atracción afectiva del documental, fueron sometidos a una prueba de sangre. Esta reveló que el sistema inmunológico de los estudiantes tenía un aumento ligero de inmunoglobulina.
El efecto fue transitorio, sólo duró una hora, pero fue real. Pero incluso las películas románticas y de amor son capaces de aumentar los niveles de inmunoglobulina.-
En la saliva. Allí está presen te la primera línea de defensas contra los resfriados y las enfermedades virales.
Los esposos que son besados por su mujer al despedirse por la mañana, sufren menos accidentes automovilísticos y tienen un promedio de vida cinco años mayor.

 Soy consciente de que el amor es un fin en si mismo y no un medio. El amor hace que la vida valga la pena independientemente de su duración. Pero al mismo tiempo incrementa la sanación y la longevidad. Y aunque esto sea menos importante, no deja de ser un valor.
Hay otros bienes que, desde la perspectiva cristiana podrían ser considerados como frutos más apetecibles del amor. Me refiero a la identificación y unión con Cristo que el amor nos procura.
En concreto, el amor nos coloca en el camino de la contemplación. Esta es “ciencia de amor, lo cual, como hemos dicho, es noticia infusa de Dios amorosa, que juntamente va ilustrando y enamorando el alma, hasta subirla de grado en grado hasta Dios, su Creador; porque sólo el amor es el que une y junta al alma con Dios

En este proceso de contemplación Dios se entrega a si mismo al creyente. Y esa presencia nueva de Dios irradia gran abundancia de luz en el corazón del contemplativo.

Este se queda deslumbrado por la abundante claridad de Dios. La mente y el corazón humanos están inundados de luminosidad. Por lo que el cristiano se vuelve incapaz de reflexionar acerca de Dios o de experimentar el placer de estar cerca de Dios. El bocado es demasiado grande para poder disfrutarlo o entenderlo. Así que el creyente se siente hundido en las tinieblas de una ‘noche oscura”.

Esta “noche oscura” es la amorosa y tierna presencia de Dios que, por medio de su Espíritu, ilumina y enamora a la criatura humana. Esta se halla en proceso de sanación espiritual. Con ternura maternal Dios mismo cura a los seguidores de su Hijo, y los cuida delicadamente durante la ‘noche oscura’.
 Aunque ellos se sientan perdidos y crean caminar por una senda equivocada, están realmente en las manos amorosas del Padre.
“Pero aquí hay otra más principal causa por qué aquí el alma a oscuras va segura, y es de parte de la dicha luz o sabiduría oscura, porque de tal manera la absorbe y embebe en sí esta oscura Noche de contemplación y la pone tan cerca de Dios, que la ampara y libra de todo lo que no es Dios.
Porque, como está puesta aquí en cura esta alma para que consiga su salud, que es el mismo  Dios, tiene la su Majestad en dieta y abstinencia de todas las cosas, estragado el apetito para todas ellas; bien así como, para que sane el enfermo que en su casa es estimado, le tienen tan adentro guardado, que no le dejan tocar del aire ni aun gozar de la luz, ni que sienta las pisadas, ni aun el rumor de los de casa y la comida muy delicada y muy por tasa, de sustancia más que de sabor’ .
El resultado de esta sanación divina es la total transformación de la persona en amor. Concretamente, se enamora por completo de Jesús, “el Amado”. ‘Aquí, en este grado, tan solícita anda el alma, que en todas las cosas busca al Amado.
 En todo cuanto piensa, luego piensa en el Amado; en cuanto habla, en cuantos negocios se ofrecen, luego es hablar y tratar del Amado; cuando come, cuando duerme, cuando vela, cuando hace cualquier cosa, todo su cuidado es en el Amado
En esta unión de amor con Cristo es normal que la persona experimente la ternura y el amor del Padre.
 El amor de Dios deja de ser una creencia para convertirse en una experiencia.
“Comunicase Dios en esta interior unión al alma con tantas veras de amor, que no hay afición de madre que con tanta ternura acaricie a su hijo, ni amor de hermano ni amistad de amigo que se le compare. Porque aún llega a tanto la ternura y verdad de amor con que el inmenso Padre regala y engrandece a esta humilde y amorosa alma
-oh cosa maravillosa y digna de todo pavor y admiración, que se sujeta a ella verdaderamente para la engrandecer, como si El fuese su siervo y ella fuese su señor; y está tan solícito en la regalar, como si El fuese su esclavo y ella fuese su Dios. Tan profunda es la humildad y dulzura de Dios!
S.J.de CRUZ. “
Semejante experiencia del amor de Dios, como puedes imaginar, tiene sabor de felicidad eterna.
 Así el cristiano comprueba que las palabras de Jesús no eran falsas ni engañosas. En modo alguno. De verdad es posible experimentar la alegría colmada que Cristo nos promete en el evangelio. Aquí en la tierra podemos saborear la felicidad sin horizontes. “y así, estando esta alma tan cerca de Dios, que está transformada en llama de amor, en que se le comunica el Padre e Hijo y Espíritu Santo, ¿qué increíble cosa se dice que guste un rastro de vida eterna, aunque no perfectamente, porque no lo lleva la condición de esta vida?;
Más, es tan subido el deleite que aquel llamear del Espíritu Santo hace en ella, que la hace saber a qué sabe la vida eterna”
Con esa experiencia de vida eterna y el anticipo de su felicidad, la muerte empieza a cambiar su Significado y su aspecto. Mediante la transformación del creyente en una llama viva (le amor, la muerte parece cambiar de rostro.
En realidad nos Transparenta el Rostro que posee los rasgos de tres Personas distintas en un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Además, por haberse convertido en llama de amor, el seguidor de Jesús puede esperar que su muerte sea como una explosión de ternura, amor y alegría. Esta es la “muerte de amor”.
“Donde es de saber, que la muerte natural de las almas que llegan a este estado, aunque la condición de su muerte, en cuanto el natural, es semejante a las demás, pero en la causa y en el modo de la muerte hay mucha diferencia, porque. Si las otras mueren muerte causada por enfermedad o por longura de días, éstas, aunque en enfermedad mueran o en cumplimiento de edad, no las arranca el alma sino algún ímpetu y encuentro de amor mucho más subido que los pasados y más poderoso y valeroso, pues pudo romper la tela de la vida y llevarse la joya del alma.
y así, la muerte de semejantes almas es muy suave y muy dulce, más que les fue la vida espiritual toda su vida: pues que mueren con más subidos ímpetus y encuentros sabrosos de amor, siendo ellas como el cisne, que canta más suavemente cuando se muere”
CON SAN JUAN DE LA CRUZ  CON CARIÑO PARA TÍ

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