“Salud espiritual”
Más
allá de la salud corporal, pero como una extensión de la misma, Jesús apunta
hacia la salud espiritual. Esta
consiste, esencialmente, en la perfecta
libertad para amar a Dios, los otros, al propio yo, la naturaleza, el cosmos.
Mediante el amor total recibimos la gracia de
la unión perfecta con el Hijo y, por
él, con Dios Padre. Y a través de
esa unión nos sumergimos en la fuente misma de la “salud cumplida”.
“La
razón es porque la salud del alma es el amor de Dios, y así, cuando no tiene
cumplido amor, no tiene cumplida salud, y por eso está enferma, porque la
enfermedad no es otra cosa sino falta de
salud.
De
manera que, cuando ningún grado de amor tiene el alma, está muerta;
mas, cuando tiene algún grado de amor de Dios,
por mínimo que sea, ya está viva,
pero está muy debilitada y enferma por
el poco amor que tiene; pero, cuanto más amor se le fuere aumentando, más salud tendrá, y,
cuando tuviere perfecto amor, será su salud cumplida”
1) Enfoque mental,
2) Sub modalidades,
3) Preguntas,
4) Afirmaciones
5) Creencias,
6) Valores,
7) Reglas
positivas,
8) Fisiología,
9) Respiración,
10) Ejercicio
físico,
11) Alimentación
sana,
12) Música,
13) Meditación,
14) Servicio a los
pobres...
A
lo largo de la historia los grandes maestros espirituales coinciden en sostener
que las adicciones dañan nuestra salud espiritual e impiden su desarrollo. Según
Buda la causa del sufrimiento; es el apego.
Por ello, con el
cese del apego cesa el sufrimiento.
Jesús
va más allá de esa enseñanza. El personifica el desapego y la libertad. De ahí
que reclame perfecta libertad en sus seguidores:
“Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” Marcos
8,34
Necesitamos ser libres del pecado y del
egoísmo. Requerimos libertad para enfrentar el dolor y sobrellevar la cruz del
cambio y desarrollo constantes. Sobre todo, es indispensable que seamos libres
para amar a Jesús y a todos nuestros semejantes en unión con Él.
En
la vida real, sin embargo, los algunos JÓVENES cristianos encontramos gran
dificultad para renunciar a sí mismos. Estamos apegados al
propio yo, igual que nos apegamos al cigarrillo, alcohol, comida, dinero, etc. Es frecuente que sintamos
el deseo de liberarnos de éstas y otras posibles adicciones. De hecho pedimos
en la oración nuestra libertad. Decidimos acabar con nuestra
esclavitud.
Hacemos
nuestro mejor esfuerzo. Sin embargo, seguimos siendo dependientes.
¿Qué
sucede? ¿Es falta de fe? Podría ser ésta la razón, pero probablemente no. Con
frecuencia sucede que no sabemos cómo
usar nuestros recursos. Ellos son parte de la gracia de Dios. Así que su
respuesta a nuestra fe y esperanza expresadas en forma de oración ya está
dentro de nosotros. Dios nos ha concedido previamente todos los recursos que
necesitamos para vernos libres de toda adicción.
Uno de nuestros mejores
recursos a ese respecto lo tenemos en la capacidad de aprender y desarrollar la
libertad
emocional.
Si somos libres
emocionalmente, no tenemos necesidad de apegamos a nada ni de depender de nadie El placer y el goce que
buscamos a través de las adicciones, pueden ser creados interiormente por
quienes poseen libertad emocional. Si carecemos de ésta, entonces buscaremos el
bienestar y la excitación y el placer por medio de la comida, el alcohol, el
tabaco, la droga, el sexo, el trabajo desmedido, dinero, etc.
De
hecho las investigaciones demuestran que la cosa, persona u organización de que
somos dependientes o adictos, no es más que un medio para cambiar nuestro
estado emocional. Buscamos la eliminación del
dolor en cualquiera de sus formas (ansiedad,
miedo, desilusión, tristeza, etc.).
Simultáneamente perseguimos la experiencia del
placer y del goce.
El
punto de partida del ciclo característico de la adicción suele
ser el dolor.
Este puede aparecer en cualquiera de sus formas, desde la simple incomodidad
hasta el abatimiento, pasando por la soledad, el enojo y el cansancio.
Cierto,
hay muchas clases de adicción. Pero en todas ellas el adicto se vincula con un
objeto, situación, organización o persona tratada como objeto, para recabar las
sensaciones propias de un deseado estado emocional.
-
El
alcohólico experimenta el cambio de estado emocional cuando se toma unas
copas con los amigos.
-
El adicto a la comida cambia su ánimo mediante el abuso de la misma (bulimia) o el rechazo casi total del
alimento (anorexia).
- El adicto al
juego modifica sus emociones apostando a su equipo favorito y viendo enseguida
el partido televisado.
-
El ladrón de tiendas cambia sus sentimientos al robar, simple mente por sentir
la excitación propia del riesgo de ser sorprendido.
-
El
adicto al sexo se siente mejor al curiosear en una tienda de objetos
pornográficos o viendo una película erótica.
-
El adicto a las compras se
entusiasma y modifica su humor mediante la adquisición de objetos, a pesar de
que no los necesita.
-
El
adicto al trabajo cambia su estado de ánimo quedándose en la oficina para
concluir una tarea, a pesar de que lo necesitan en su casa.
Las personas
dependientes o adictas
-tal vez todos nosotros- fundamentan su vida y comportamiento en una lógica
emotiva. No se guían por lo que su razón les muestra como buenos o más
perfectos.
Tales
personas, por otro lado, se vuelven
incapaces de establecer relaciones interpersonales profundas. Tratan a los
demás como nietos objetos.
En este contexto,
podemos valorar aún más la libertad emocional. Gracias a ella podemos crear el
estilo de vida que realmente anhelamos. Si somos libres podemos crear lazos
afectivos y duraderos con nuestros semejantes.
En
otros términos, si no controlamos libremente nuestras emociones que consiste en
expresar el “un solo mandamiento les
doy, que nos amemos”, en concreto el placer y el dolor con sus hijos
correspondientes, nos convertiremos en esclavos
de nuestros estados emocionales. Y tarde o temprano seremos esclavos de alguna
adicción peligrosa.
A
continuación señalo algunos elementos esenciales del proceso de liberarnos de alguna adicción personal.
1-En primer lugar conviene perseguir corno meta inamovible la propia libertad emocional expresar no solo los pensamientos y
nuestros sentimientos que brotan de
nuestro intimo SER personal.
2-Segundo, el control amable del dolor y del placer nos garantiza el éxito de
nuestra liberación respecto a cualquier adicción.
Al
mismo tiempo podemos asociar enorme dolor con la adicción personal y placer
inmenso con la libertad personal.
3-Tercero, nos conviene usar la fuerza
humana más poderosa: el amor. A este respecto, san Juan de
la Cruz nos anima a liberarnos de nuestras adicciones por amor a Jesús. Este
Santo carmelita,
que comprendió la importancia de asociar dolor con los apegos y placer con la
libertad, advierte que las adicciones por
sí mismas son fuentes abundantes de dolor y sufrimiento. Pero al mismo tiempo
percibe que no es fácil dejarlas. Entonces nos impulsa a utilizar la fuerza del
amor.
“Porque,
para vencer todos los apetitos y negar los gustos de todas las cosas -con cuyo
amor y aflicción se suele inflamar la voluntad para gozar de ellas- era
menester otra inflamación mayor de otro amor mejor, que es
el de su Esposo (Cristo), para que, teniendo su gusto y fuerza en éste, tuviese
valor y constancia para fácilmente negar todos los otros. Y no solamente era menester
para vencer la fuerza de los apetitos sensitivos tener amor de su Esposo, sino
estar inflamada de amor y con ansias”
Con
gran realismo, el Santo nos recuerda que el enamorado es capaz de cualquier
esfuerzo o sacrificio por amor a su amada.
Así también la
inflamación de un amor mejor y con ansias respecto a Jesús, puede impulsarnos a
la conquista de la libertad.
Inflamados de amor, sí podemos renunciar a nuestras adicciones.
4-Cuarto,
la apertura a la gracia de Dios juega también un papel decisivo en este proceso
de liberación. Recordemos a los grupos de “Anónimos”
como AA, que apelan a la ayuda del
Poder Superior con el fin de abandonar el objeto de su adicción.
Quinto, el
amor a nuestros familiares y amigos,
en especial a los que más nos quieren, así como la vinculación a un grupo (comunidad
de trabajo, grupo de amigos, comunidad de recuperación, etc.), facilitan enormemente el éxito
de nuestra liberación personal.
6-Sexto, la fórmula del éxito, tal como
se enseña en “comunidades de Fe” nos
muestra los pasos concretos que podemos seguir:
1)
plantear la meta en términos positivos,
2) lanzarse a la acción en dirección de la
salud y la libertad emocional,
3) tener un procedimiento de evidencia
sensorial para saber si progresamos o no en relación con nuestra meta,
4) encontrarse con personas que ya han
conquistado la misma meta, para aprender de ellas el camino e imitarlas,
5)
flexibilidad en cuanto a los medios.
6)
reprogramar nuestra mente y corazón para gozar el proceso de aprender a ser
libres, felices y saludables mediante el empleo del “compartir de sentires
personales, de corazón a corazón
Amor y salud
Supongo
que es obvia mi insistencia en el amor.
No es simple obsesión. En modo alguno. Algunos médicos han investigado los
efectos saludables del amor. No sólo las dos primeras actitudes cristianas
fundamentales -fe y esperanza- generan salud,
sino también la tercera de ellas que es el amor.
El desempeña un papel decisivo en la salud
humana.
Hay
varias investigaciones acerca de la “solicitud tierna y amorosa” en relación
con la salud» En ellas se nos ofrece una evidencia concreta acerca del poder
curativo del amor.
Los
investigadores exhibieron un documental sobre el trabajo de la MaríaTeresa de
Calcuta a un grupo de estudiantes. Después que los estudiantes vieron las
escenas de ternura y atracción afectiva del documental, fueron sometidos a una
prueba de sangre. Esta reveló que el sistema
inmunológico de los estudiantes tenía un aumento ligero de inmunoglobulina.
El
efecto fue transitorio, sólo duró una hora, pero fue real. Pero incluso las
películas románticas y de amor son capaces de aumentar los niveles de
inmunoglobulina.-
En
la saliva. Allí está presen te la primera línea de defensas contra los
resfriados y las enfermedades virales.
Los esposos que son
besados por su mujer al despedirse por la mañana, sufren menos accidentes
automovilísticos y tienen un promedio de vida cinco años mayor.
Soy consciente de
que el amor es un fin en si mismo y
no un medio. El amor hace que la vida valga la pena independientemente de su
duración. Pero al mismo tiempo incrementa la sanación y la longevidad. Y aunque
esto sea menos importante, no deja de ser un valor.
Hay
otros bienes que, desde la perspectiva cristiana podrían ser considerados como
frutos más apetecibles del amor. Me refiero a la
identificación y unión con Cristo que el amor nos procura.
En
concreto, el amor nos coloca en el camino de la contemplación.
Esta es “ciencia de amor, lo cual, como hemos dicho, es noticia infusa de Dios
amorosa, que juntamente va ilustrando y enamorando el alma, hasta subirla de
grado en grado hasta Dios, su Creador; porque sólo el amor es el que une y
junta al alma con Dios
En este proceso de
contemplación Dios se entrega a si mismo al creyente. Y esa presencia nueva de
Dios irradia gran abundancia de luz en el corazón del contemplativo.
Este
se queda deslumbrado por la abundante claridad de Dios. La mente y el corazón
humanos están inundados de luminosidad. Por lo que el cristiano se vuelve
incapaz de reflexionar acerca de Dios o de experimentar el placer de estar
cerca de Dios. El bocado es demasiado grande para poder disfrutarlo o
entenderlo. Así que el creyente se siente hundido en las tinieblas de una
‘noche oscura”.
Esta
“noche oscura” es la amorosa y tierna presencia de Dios que, por medio de su
Espíritu, ilumina y enamora a la criatura humana. Esta se halla en proceso de
sanación espiritual. Con ternura maternal Dios mismo cura a los seguidores de
su Hijo, y los cuida delicadamente durante la ‘noche oscura’.
Aunque ellos se sientan perdidos y crean
caminar por una senda equivocada, están realmente en las manos amorosas del
Padre.
“Pero
aquí hay otra más principal causa por qué aquí el alma a oscuras va segura, y
es de parte de la dicha luz o sabiduría oscura, porque de tal manera la absorbe
y embebe en sí esta oscura Noche de contemplación y la pone tan cerca de Dios,
que la ampara y libra de todo lo que no es Dios.
Porque,
como está puesta aquí en cura esta alma para que consiga su salud, que es el
mismo Dios, tiene la su Majestad en
dieta y abstinencia de todas las cosas, estragado el apetito para todas ellas;
bien así como, para que sane el enfermo que en su casa es estimado, le tienen
tan adentro guardado, que no le dejan tocar del aire ni aun gozar de la luz, ni
que sienta las pisadas, ni aun el rumor de los de casa y la comida muy delicada
y muy por tasa, de sustancia más que de sabor’ .
El
resultado de esta sanación divina es la total transformación de
la persona en amor.
Concretamente, se enamora por completo de Jesús, “el Amado”. ‘Aquí, en este
grado, tan solícita anda el alma, que en todas las cosas busca al Amado.
En todo cuanto piensa, luego piensa en el
Amado; en cuanto habla, en cuantos negocios se ofrecen, luego es hablar y
tratar del Amado; cuando come, cuando duerme, cuando vela, cuando hace
cualquier cosa, todo su cuidado es en el Amado
En
esta unión de amor con Cristo es normal que la persona experimente la ternura y
el amor del Padre.
El amor de Dios deja de ser una creencia para convertirse
en una experiencia.
“Comunicase Dios en esta
interior unión al alma con tantas veras de amor, que no hay afición de madre
que con tanta ternura acaricie a su hijo, ni amor de hermano ni amistad de
amigo que se le compare. Porque aún llega a tanto la ternura y verdad de amor
con que el inmenso Padre regala y engrandece a esta humilde y amorosa alma
-oh cosa maravillosa y digna de
todo pavor y admiración, que se sujeta a ella verdaderamente para la
engrandecer, como si El fuese su siervo y ella fuese su señor; y está tan
solícito en la regalar, como si El fuese su esclavo y ella fuese su Dios. Tan
profunda es la humildad y dulzura de Dios!
S.J.de CRUZ. “
Semejante
experiencia del amor de Dios, como puedes imaginar, tiene sabor de felicidad
eterna.
Así el cristiano comprueba que las palabras de
Jesús no eran falsas ni engañosas. En modo alguno. De verdad es posible
experimentar la alegría colmada que Cristo nos promete en el evangelio. Aquí en
la tierra podemos saborear la felicidad sin horizontes. “y así, estando esta
alma tan cerca de Dios, que está transformada en llama de amor, en que se le
comunica el Padre e Hijo y Espíritu Santo, ¿qué increíble cosa se dice que
guste un rastro de vida eterna, aunque no perfectamente, porque no lo lleva la
condición de esta vida?;
Más, es tan subido
el deleite que aquel llamear del Espíritu Santo hace en ella, que la hace saber
a qué sabe la vida eterna”
Con
esa experiencia de vida eterna y el anticipo de su felicidad, la muerte empieza
a cambiar su Significado y su aspecto. Mediante la transformación del creyente
en una llama viva (le amor, la muerte parece cambiar de rostro.
En
realidad nos Transparenta el Rostro que posee los rasgos de tres Personas
distintas en un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Además,
por haberse convertido en llama de amor, el seguidor de Jesús puede esperar que
su muerte sea como una explosión de ternura, amor y alegría. Esta es la “muerte
de amor”.
“Donde
es de saber, que la muerte natural de las almas que llegan a este estado,
aunque la condición de su muerte, en cuanto el natural, es semejante a las
demás, pero en la causa y en el modo de la muerte hay mucha diferencia, porque.
Si las otras mueren muerte causada por enfermedad o por longura de días, éstas,
aunque en enfermedad mueran o en cumplimiento de edad, no las arranca el alma
sino algún ímpetu y encuentro de amor mucho más subido que los pasados y más
poderoso y valeroso, pues pudo romper la tela de la vida y llevarse la joya del
alma.
y
así, la muerte de semejantes almas es muy suave y muy dulce, más que les fue la
vida espiritual toda su vida: pues que mueren con más subidos ímpetus y
encuentros sabrosos de amor, siendo ellas como el cisne, que canta más
suavemente cuando se muere”
CON SAN JUAN DE LA
CRUZ CON CARIÑO PARA TÍ
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