MAS ALLA DE LA PSICOLOGIA
INTRODUCCION
Teniendo así la seguridad de que no construiré un nuevo mo¬nólogo, emprendo la tarea de ofrecerte un ensayo de síntesis sobre las relaciones que existen o pueden existir entre la vida espiritual y algunas corrientes actuales de psicología y de psicoterapia.
Al mismo tiempo, pretendo mostrar la otra parte de esta mis¬ma realidad, Quiero decir que, si por un lado la psicología favorece la vida espiritual, también, a su vez, la vida espiritual estimulo y facilita el crecimiento humano de las personas y de los grupos.
Este es mi objetivo: que aprovechemos la psicología para unir¬nos con Dios Trino y que, al mismo tiempo, descubramos la ener¬gía humanista y humanizarte de las relaciones en fe, esperanza y amor, con cada una de las Personas Divinas.
Durante ocho años tuve la dicha de ser asesor de la pastoral de la Universidad de Chile de Santiago, de una comunidad de la Escuela de Psicología, en este servicio me di cuenta de la ausencia de lo Trascendente en esta disciplina del saber humano.
Quisiera aportar a mis hermanos psicólogos esta rica experien¬cia de 15 años, que ha sido exitosa gracias a la armonía lograda al trabajar conjuntamente con la psicología y la espiritualidad de la Iglesia de hoy. (Vaticano II, L. G.)
Me he dado cuenta que la persona es Una sola.
Dedico este trabajo al que fue mi maestro LUIS JORGE GONZALEZ.
Este trabajo está realizado en base a los apuntes tornados en sus clases, con algunas reflexiones personales.
Agradecido, quiero compartir este trabajo esforzado, con los jóvenes responsables de la Familia Encuentro. Encuentro de Niños en el Espíritu, Encuentro de Jóvenes en el Espíritu, Escoge, En¬cuentro de Parejas Responsables, Encuentro en le Fe, Encuentro de Cursos, Encuentro de Mamás, Encuentro Bíblico Juvenil.
Mi "espíritu" no significa una parte de mí, sino mí manera particular de existir. Está en todo mi ser y en mi”espíritu”que no morirá. El modo o manera de existir en mí es lo que se llama persona hombre o persona mujer.
De los seres de esta creación terrena "somos únicamente nosotros las personas que "existimos para siempre”.
Esto significa que podemos "estar fuera de",”trascender,” "romper las cadenas", "salir de nosotros mismos", ser capaces de negarnos a aceptar una realidad como definitiva.
Mi espíritu es lo que me hace diferente de los animales. Mi realidad de hoy ya no es la misma de mañana, y diferente es al resto de los días de mi vida terrena que me quedan.
Por esto yo me siento pertenecer al Reino de las personas.
LAS TRES PERSONAS DIVINAS;
Las personas incorpóreas creadas (ángeles) y las corpóreas creadas en gracia conforman. este cielo infi¬nito. Mi persona es mi yo íntimo, libre, con ansias, de amar y ser amado, ser útil y que lo reconozcan y hambre de eternidad.
Las personas hacemos lo posible por estar más “acá" a lo infinitamente posible. -Lo posible excede con creces de lo real. Estamos abiertos a millones de posibilidades. Un mundo maravilloso y pleno se abre ante nuestros ojos y a veces somos tan ciegos que no lo vemos y nos encerramos sólo en lo real, en lo que lograrnos per¬cibir a través de nuestros sentidos.
La futurología está abierta a nosotros, no deberíamos abarcar sólo lo real, sino más allá. Poseemos la facultad de la fantasía que los animales no tienen. Muchas veces podemos agregar cosas nuevas a lo real, no aceptamos (no deberíamos aceptar) detenernos, siempre estamos en búsqueda. Detenerse significa morir, no existir.
Estamos orientados al más allá. Ser persona abierta, además de tener una excelente comunicación cálida, significa trascender a la simple factibilidad de lo real.
Con palabras más simples: yo existo como persona en la medi¬da que salgo de mí en la medida que me doy a los demás y me en¬cuentro con El, en un abrazo de amor infinito.
Esta es la Psicología divina de la cual nos damos cuenta los que buscamos y sentimos.
Si todos los papás usan una Psicología para resolver los pro-blemas, dificultades con sus hijos, con mayor razón mi Padre Dios tiene la suya con cada uno de nosotros.
El respeta mi libertad, me hace crecer hasta que me de cuenta que El siempre me ha curado y me espera.
T Q M PEPE FORBES sdb.
LA VIDA ESPIRITUAL
Para empezar iré repasando algunos de los significados que sue¬len ser atribuidos tanto al adjetivo "espiritual" o al sustantivo "espi¬ritualidad" como a la expresión "vida espiritual".
En términos generales, "llamase espiritual a todo ser que no depende de la materia ni en su existencia ni en sus operaciones" Y así, se enumera entre los seres espirituales a Dios, al alma humana, etc.
Para algunos otros, lo espiritual es referido a ciertas actividades más propiamente humanas o humanizantes, como puede ser el arte, la ciencia, la filosofía, ETC.
La espiritualidad escoge como objeto lo más central, lo más puro y lo más vivo de la religión: las relaciones íntimas del hombre con Dios.
Restringiendo aún más el sentido de lo espiritual, podemos colocarlo en el marco del Cristianismo. Y, a la luz de la Biblia, un hombre es "espiritual" cuando todo él y todas sus acciones están marcados por el modo de ser del Espíritu Santo.
Por el Espíritu que es "amor, alegría y paz". Por el Espíritu que configuró e impulsó a Jesucristo. Por el Espíritu que une al Padre -y al Hijo;; y que con Ellos constituye el único Dios verdadero.
A la luz de la historia de Cristo, resulta evidente que la "vida espiritual" equivale a vida cristiana. 0, más exactamente, "el cristia¬nismo aparece como una forma de "vida espiritual" en la que nuestra relación más personal, más íntima, con un Dios, también lo más personal en su realidad trascendente, está plenamente reconocida y formalmente cultivada".
PSICOLOGIA
Ya antes aludí a que "ahora, la palabra 'psicología' es usada generalmente para referirse a la ciencia de la conducta y de la expe¬riencia humana"
Aparte de este concepto ya aceptado, es útil pensar en algunas de las divisiones fundamentales de la psicología.
Ante todo se distingue la psicología humana de la psicología animal. Dentro de la humana, encontramos la "general", "evo¬lutiva", "diferencial", "social" y "anormal".
La psicología general "estudia la conducta humana en general, tal y como puede ser la de un hombre maduro y normal"
La psicología evolutiva se ocupa del desarrollo del comporta-, miento humano de acuerdo a cada una de las etapas del crecimiento. Es decir, explica la aparición y evolución de las diferentes conductas descritas por la psicología general. Por ejemplo, el pensamiento, las emociones, el aspecto corporal, la percepción, la fantasía, ETC.
La psicología diferencial, va a fijarse, específicamente, en el in¬dividuo concreto en cuanto que es único e irrepetible en la manera de realizar las conductas humanas. Los europeos, hace algúntiempo, preferían hablar de caracterología, mientras que los america-s nos han acuñado el término "personalidad" para referirse a lo característico de un sujeto'.
En cambio, es más amplia la palabra "diferen¬cial", puesto que insiste en otros aspectos como el social, el sexual, ETC.
La psicología social estudia al hombre en cuanto que está integrado a un pequeño grupo donde la "interacción" es fácil y di¬recta. Al mismo tiempo se ve a la persona como parte de la sociedad en que desempeña determinadas funciones
dentro del sistema de papeles propios de la colectividad. Por último, también se toma en cuenta el influjo de la estructura cultural que marca tanto a la so¬ciedad como a los individuos.
La psicología anormal estudia los desajustes de la personalidad
o el mal funcionamiento de las conductas de un sujeto determinado. Los autores de hace algunos años hablaban de "enfermedades mentales". Pero actualmente se rechaza el modelo médico. En lugar de hablar de "paciente", "enfermo", "curación", etc., se habla de "crecimiento personal", "dificultades en el crecimiento", "actualiza¬ción del Yo", etc.
CONCEPTO DE PERSONA JOVEN
Para los intereses que persigo, me resulta imprescindible pre-cisar, aunque sea brevemente los rasgos y la naturaleza propia del hombre joven.
Con este fin repasaré lo que al respecto nos dice la Biblia. la filosofía y la psicología.
LA PERSONA EN LA SAGRADA BIBLIA.
Ante todo, el hombre bíblico es obra de Dios, fue creado por Dios. Y hay dos narraciones diferentes que nos describen la creación de la persona hombre.
En la primera narración el hombre es presentado como "imagen de Dios". Y este hecho constituye el centro "de la antropo¬logía del Antiguo Testamento".
Pues supone que la persona hombre puede auto poseerse, dominar el mundo o servidor de Dios adorán¬dolo.
Esta misma narración entraña un juicio sobre la igualdad de la “personas” hombre y mujer. Ambos fueron creados por Dios y a imagen de Dios.
La segunda narración parece insistir más en el aspecto terrenal y ecológico del hombre. Pues Dios, visto con mentalidad antropo¬mórfica, es captado como un artesano o alfarero que hace al hombre de. barro, De ahí que, por su misma índole, el hombre es parte de la naturaleza humana forma un todo vital con ella.
Se habla de "carne" cuando el hombre es considerado como "débil" ó de acuerdo a su apariencia externa.
Con la palabra "alma" se designa al hombre integral, dotado de cuerpo, pero en cuanto que es "viviente", "el ser viviente" o "el Yo vivo", es decir, "lo que hay de más profundo en mí" mi espíritu creado por ÉL.
Al hablar de "espíritu se piensa en el todo lo vivo que es el hom¬bre. Sin embargo, la atención está enfocada a la fuerza que anima al hombre y le da el poder para la acción.
Y también, por ser espíritu, el ser humano puede relacionarse con Dios que es "ESPÍRITU TOTAL".
En realidad, es Dios quien da el "Espíritu" que vivifica y fortalece a la persona hombre.
Y así, el espíritu es el punto de contacto entre Dios y el ser humano.
En la Biblia también suele hablarse del corazón humano para señalar la base del entender, del amar, de la conciencia, de la creatividad, etc. Especialmente designa el centro, lo más profundo e íntimo de la persona humana. Tanto, que sólo Dios puede conocerla y amarla cabalmente como persona. Hija humana.
Estos conceptos que designan a la persona como totalidad, nos sugieren que el interior del hombre está integrado a base de re¬laciones. Y este tema de las relaciones se repite frecuentemente, aunque implícitamente, a lo largo de la Biblia.
Es por ello que persona hombre necesita de los demás para poder llevar una existencia digna de tal nombre. Para empezar a vivir necesita de los padres, de los hermanos, de los amigos, de la esposa, etc.
Muy en especial, el hombre del Antiguo Testamento necesita pertenecer al "pueblo escogido" para poder relacionarse con Dios.
Por otro lado, el hombre es visto por la Biblia como persona. Esto quiere decir que es un individuo libre y responsable.
En suma, puede afirmarse que el Antiguo Testamento tiene un concepto optimista y positivo del hombre, no obstante que sea res¬ponsable de sus pecados
Jesús considera a todos los hombres como pecadores. Pero ofrece su vida y su amor, precisamente, para redimirlos y libe-rarlos. Con su petición de perdón, muerte y resurrección, adelantadas en la última cena, Cristo celebra una alianza nueva que abre la posibilidad de nuevas relaciones entre Dios y los hombres.
Se trata de la "nueva alianza" prevista por los profetas y que transforma al hombre desde su interior, pues le da la fuerza suficien¬te para que pueda cumplir los preceptos que Dios le ha dado para su felicidad.
La transformación viene porque Dios cambia el "corazón"; mientras que la fuerza para seguir las orientaciones del amor divino nace del mismo Espíritu de Dios, que es dado al hombre me¬diante el bautismo, gratuitamente porque nos ama como nadie.
De esta forma, el hombre es liberado para que pueda amar, para que goce la alegría de Cristo, para que pueda producir muchos frutos al actualizar los "talentos" recibidos.
Todo esto supone que el hombre abandona el pecado convir¬tiéndose y creyendo al "anuncio de felicidad" predicado por Jesús; Y es por el camino de la fe y del amor al prójimo como el ,hombre se va acercando a Jesucristo, cuya imagen tuvo pre-sente el Padre cuando creó al ser humano.
El hombre del Nuevo Testamento aparece como un proceso humano -espiritual que, liberándose del pecado, camina por la fe la esperanza y el amor, hacia la comunicación ontológico-personal con Dios Padre, por medio de Cristo y en el dinamismo del Espíritu Santo.
Al mismo tiempo, esta triple relación empuja al hombre a la unión cordial y realista con el prójimo que es su hermano. Y, por otro lado, el cristiano sabe bien que este mundo pasajero también participará de la gloria de los hijos de Dios y que, por lo tanto, tiene que cuidarlo y transformarlo para preparar el día que será transforma¬do en una "tierra nueva".
Así, el "hombre nuevo" creado en Cristo, es persona, es dina-mismo, es relación, es capacidad de cambio, es alegría, es talento creativo es amor transformante, es paz ordenadora, es poseedor del Espíritu de Cristo y del Padre. La pena es que el hombre no se convierte y no se transforma en lo que puede llegar a ser.
EL CONCEPTO SICOLOJICO DE PERSONA HOMBRE
Ahora bien, quiero destacar que entre los más recientes filóso¬fos, y partiendo desde muy distintos marcos conceptuales, hay una clara coincidencia en cuanto al tomar a la persona hombre como una totalidad También ha habido un movimiento muy fuerte para considerar al otro como persona concreta, al que estoy tratando con el mayor respeto ahora.
Persona es una mismidad y totalidad que está dispuesta a morir por lo que ama, que fue creada y conservada por Dios Padre, que tiene valores como la creatividad, libertad, justi¬cia, responsabilidad, que comparte como persona , que vive por mi-llones de años, inviolable, sagrada.
En este último sentido, se acentúa mucho el aspecto de relación con el tú. Es decir, el hombre se va volviendo persona mediante las relaciones profundas consigo mismo y con sus pares.
Por otro lado, el hombre es también ,un ser aislado, separado y se realiza como mismidad. Es por este doble aspecto de apertura y mismidad que "el concepto de persona es discutido en su significado por la actual antropología filosófica...
El hombre se experimenta originariamente a sí mismo en su apertura al mundo y en su comuni¬cación con el prójimo, pero, a la vez también en su diferencia frente al otro. En la apertura al prójimo y al mundo radica a la vez la aper¬tura para algo superior. La cuestión sobre la manera en que el hom¬bre realiza esta referencia como religión es un problema que pertene¬ce a la antropología filosófica y apunta simultáneamente más allá de la misma".
EL MODELO DE PERSONA EN PSICOLOGIA
Apropósito del psicoanálisis, recordaré algunas de las ideas básicas de su fundador: S. FREUD.
Aunque FREUD. copio algunos de sus contemporáneos, era positivista, no cayó en el reduccionismo. Por lo mismo, no redujo los fenómenos del comportamiento humano a meros procesos de la ma¬teria orgánica. Por el contrario, reconoció que la vida psíquica no es un continuo de la energía física sino un derivado de ella, por lo cual no puede ser percibida y estudiada con los métodos de la ciencias naturales".
Sin embargo, FREUD no puede dejar de ser un producto de su tiempo. Y no se escapa de cierto determinismo biológico. Aunque reconoce el influjo del medio ambiente.
A nivel de teoría de la personalidad, FREUD hizo primero una descripción topográfica del Hombre. consciente, subconsciente e inconsciente.
Después completó este modelo al considerar la personalidad en forma más dinámica. Entonces, habló de tres instancias o resortes como componentes del aparato psíquico: Yo, SUPER-YO y Ello.
En el Ello reside la fuerza del individuo en forma 'de instintos PULSIONES:
Se suele considerar a J. B . WATSON como el fundador del . conductismo ("BEHAVIORISM"). Este autor considera al hombre como puro organismo y, por consiguiente, lo coloca en el mismo plano de los demás animales. El resultado es un hombre mecanicista, cuyas conductas son el efecto de los condicionamientos adquiridos por las respuestas a los estímulos ambientales.
Se comprende que esta corriente tiene un gran parentesco con las teorías reflexológicas de PAVLOV y sus sucesores. Dentro del conductismo han ido apareciendo enfoques dife¬rentes. Todos ellos, sin embargo, coinciden en'' cuanto, a lo esencial.
Entre los conductistas descuella notablemente B. F . SKINNER. El es el descubridor del "condicionamiento operante". considera al hombre cómo el resultado de los condicionamientos producidos por el ambiente. Es por ello que simpatiza con la idea de que "el hombre es una máquina".
La psicología humanista aborrece que el otro sea tratado como cosa o como "organismo". Y aunque reconoce las "virtudes" de la "psicología científica" o conductismo, no puede olvidar sus defectos. Uno de estos defectos "es el conato por excluir del campo de la psicología la experiencia o conciencia, y definirla como el estudio científico de la conducta exclusivamente".
La psicología humanista también tiene sus defectos, no trasciende y tiene la virtud fundamental de tomar al hombre como persona que crece
J. F. T. BUGENTAL, ex-presidente de la Asociación de la Psico-logía Humanística, señala las siguientes características de esta corriente:
1) La persona es el centro de la psicología. Los psicólogos huma¬nistas se oponen a que los datos obtenidos en ratas, monos y palomas sean usados como si fueran equivalentes para estudiar al hombre mismo.
2) La persona es más que el total de sus partes y debe ser estudia¬do como una unidad orgánica trascendente.
3) La Psicología Humanística concede un altísimo valora la liber¬tad individual. Quiere ayudar al individuo a que él mismo prediga y controle mejor su propia vida.
4) BUGENTAL contras¬ta esto con el conductismo qué con mucha frecuencia ha sido empleado para "servir a aquellos qué tratan de predecirla con¬ducta de otras personas y controlarlas".
5) Los criterios humanísticos para determinar el valor de los descubrimientos en la investigación, subrayan la importancia de los objetivos, humanos más que la de los no humanos.. . Y se incluyen afirmaciones como las siguientes: "el hombre es consciente, el hombre puede elegir el hombre es responsable, "el potencial del hombre es mucho mayor de lo que hasta ahora hay actualizado"
Creo que es posible afirmar que la psicología humanística con¬sidera al hombre como persona. Y este concepto supone, funda¬mentalmente, que el hombre es. 1) único, 2) con libertad herida, 3) ama, 4) responsable, 5) trascendente.
Profundo toda aquella Psicología que admita actividades dinámicas, psíquicas, incons¬cientes".
No obstante los límites que se le reconocen a la postura de Freud, como el reducir su visión del hombre al archivo de sus impul¬sos en el inconsciente mediante la represión, sin integrarlos en un sistema, de vida más amplio, por lo que todo se reduce a un determi¬nismo, es preciso reconocer y hay pruebas de ello, que el inconscien¬te existe y que tiene una influencia en el ser humano, más aún, el inconsciente es parte del ser humano:
"No se puede negar que, por medio del estudio psicológico del subconsciente, nuestros conocimien¬tos del hombre y nuestros medios para curarlo han sido ampliamente mejorados"
Es precisamente a partir de su descubrimiento y que su influen¬cia dinámica en la vida psíquica que toma cuerpo la Psicología de lo Profundo. El mérito de este descubrimiento pertenece a Freud. Es preciso recordar que el inconsciente no sólo entra a formar parte activa en la formación de patologías manifiestas o latentes, sino que también interviene en la formación y manutención de las así llama¬das Inconscientes.
Las investigaciones de P. RULLA constatan que en el 60 - 80% de las personas están presentes dichas inconsistencias.
Las inconsistencias ponen a la persona en un estado de tensión interna. cuyo origen es desconocido para ella. Se puede decir que en¬tra en juego la autenticidad del estilo de vida.
"Se entiende por autenticidad la coincidencia entre los motivos conscientes y racionalmente evocados y las motivaciones o impulsos inconscientes que se esconden. Si hay acuerdo entre los dos niveles, la perso¬na se siente unificada y esta unidad tonificante se expresa a vez con comportamientos que inspiran confianza.
Si por el contrario, hay desarmonía entre los dos estratos... la persona se siente en manos de fuerzas que escapan a su control, la autenticidad que resulta no es querida por la persona en el plano moral: la persona se acusa de no ser verdadera o de falta de simplicidad y sinceridad”.
Desde luego renuncio a presentar alguna definición. Creo, con G. MARCEL, que el hombre es un misterio. Esto quiere decir que la persona es inabarcable e indescriptible. Por tanto, sólo señalo algunas características que retengo útiles para los objetivos del presente ensayo.
Ante todo me interesa subrayar que el hombre es un todo, una totalidad organizada. Pero no sólo en sí mismo sino también en sus relaciones con el ambiente. También forma un todo con su realidad ambiental. Es por ello que aunque se refiera a la persona como ser aparte, en el fondo, lo quisiera describir como ser-diferente-en relación de comunión y trascendencia.
También quiero recalcar que el hombre es proceso o devenir. Igual que todos los vivientes, está sujeto a la ley biológica del creci¬miento. Es por ello que naturalmente lleva en sí la fuerza que lo impulsa a cambiar, a desarrollarse, a madurar.
Por otro lado, me doy cuenta que el hombre se sitúa más allá de la capacidad de actualización. Quiero decir que no puede limitar¬se a desarrollar o a llevar a plenitud sus potencialidades, como si el ambiente fuera un simple medio para que el individuo se realice. Y porque el hombre es capaz de traspasar sus propios intereses para tratar a los demás como un fin valioso por sí mismo, resulta entonces un ser espiritual.
"Pues espíritu significa, en el hombre, compartir de persona a persona y trascendencia y posibilidad de participar en lo que se halla más allá del individuo y su interés inmediato".
Justamente esta capacidad de autrascendencia es lo que hace del hombre una persona. El hombre no es tal sino en el encuentro con el tú personal. Pero si esto es válido. en las relaciones con el tú humano, lo es, sobre todo, en la comunicación personal con el Tú eterno. Y, en realidad, el hombre no llega a descubrir su plena talla como "persona", más que en la relación de tú a tú con Dios. Gracias a los dones del Espíritu Santo.
El hombre joven es tan grande (a imagen de Dios fue creado…) que no calza en una definición estática, es un misterio (esto es una maravilla que es inmortal).
LAS PERSONA JOVEN CON FE DIVINA.
Este capítulo tiene el objeto de recoger datos acerca del hecho religioso que sólo se da en el ser humano. Desde luego que no será posible recopilar exclusivamente datos observables o mensurables.
Como el título lo indica, me interesa señalar sólo los linea-mientos globales que se permiten presentar el fenómeno religioso como un hecho real.
LA HISTORIA DE LAS DISTINTAS FE
Para no pecar de superficial prefiero adoptar una descripción.
Simpatizo con quienes describen la religión como un: hecho que implica la vida de toda de la persona. Su afectividad, su inteligencia; su cuerpo, su relación e integración social, su actividad, ETC. Con¬cretamente, al hablar de religión, me estaré refiriendo a todas las conductas y experiencias con que el hombre integral se relaciona con el Absoluto.(FE)REGALADA
Al hablar de "experiencias" me refiero a todas las manifesta-ciones de lo Sagrado que YO COMO PERSONA he descubierto en el mundo. Y me valgo del término "conducta" para indicar todo aquello que yo siento, me doy cuenta y hace por el Absoluto.
"La tendencia actual es "volver a sentir"; registrar, en mi originalidad y con su complejidad, los sis¬temas religiosos(fe) que han sido o son practicados en el mundo".
Los datos que la historia recopila pueden ser divididos en dos grupos: las hierofantas (manifestaciones de lo Sagrado) y las activi¬dades religiosas del hombre (mitos, ritos, cultos, símbolos, experiencias místicas, etc.)
La historia ha tenido que enfrentarse, entre otras cosas, con la experiencia ambivalente de lo Sagrado. El hombre siente atrac¬ción y repulsión ante lo Absoluto. Este hecho produce una serie de mixtiones: de lo sagrado y lo cósmico, de lo sagrado y lo erótico, de lo sagrado y lo demoníaco, del tabú en sí mismo.
SOCIOLOGIA DE LA FE
Psicología religiosa considera imprescindible la aportación .. la sociología. Porque la religión no se realiza plenamente a nivel INDIVIDUAL, sino que requiere el elemento interpersonal y social.
La sociología considera el comportamiento religioso como cualquier otra actuación social. "Por ello se dice que es una actua¬ción con sentido, cuya comprensión únicamente es posible a partir de las vivencias, representaciones y finalidades subjetivas del indivi¬duo".
Esto significa que la conducta religiosamente motivada, igual que las demás conductas sociales, es "intra mundana". "Con lo cual el carácter sobrenatural y trascendente de la religión queda asocia¬do al acto por el que el hombre da sentido y se lo considera como dado con la existencia del hombre en cuanto ser actuante. Definiti¬vamente desaparece el problema de la esencia (trascendente) de la Fe.
Por estos caminos la sociología nos ayuda a tomar la religión como realidades humanas que tiene lugar en el tiempo y en espacios mundanos. En este sentido la sociología se aprovecha de la historia, pues ésta demuestra "que la religión ha tenido, a lo largo de la his¬toria de la humanidad, una influencia clara y marcada sobre la so¬ciedad".
LA FILOSOFIA Y LA RELIGION
Desde hace siglos y, muy en especial en la cultura griega, se ha considerado a la filosofía como un camino para acercarse al Abso¬luto .
"La filosofía lo busca por el camino del pensamiento, median¬te conceptos y deducciones que se refieren a la existencia y a la na¬turaleza del mundo. Apela siempre el “LUMEN NATURALE”, a la luz natural
de la razón y del pensamiento, busca lo absoluto por el camino de la reflexión pensante".
Con el tiempo, las deducciones del pensamiento que llevaron a algunos filósofos a la conclusión de la existencia de Dios, se convir¬tieron en "pruebas de la existencia de Dios". Lo cual no impli¬caba ya el proceso de búsqueda personal y
la convicción subsiguiente de haber tocado, con las manos de la razón, al ser maravilloso y tremendo.
En la teodicea, se distinguían tres partes:
1) La existencia de Dios.
2) La naturaleza de Dios.
3) Dios y el mundo.
En la primera parte se trataba el asunto de la necesidad y posi¬bilidad de la demostración de la existencia de Dios. Luego venían las pruebas de que Dios sí existe: las pruebas metafísicas y las morales.
La segunda parte se ocupaba de los atributos divinos: en gene¬ral, los entitativos y las operativos.
Con la última parte eran abordados los temas de la distinción de Dios y del mundo, así como también el de la creación y la provi¬dencia. En conclusión, es posible afirmar que la filosofía y, concreta¬mente la filosofía de la religión, tiene todavía mucho quehacer en nuestros días. Y su labor parece encaminarse por las sendas de la promoción negativa (críticas) y positiva clarificaciones de una reli¬giosidad más madura y más recia.
Los datos de la historia y de la sociología abonan la idea de que la religión es un hecho profundamente humano. Sin embargo, la filosofía de la religión nos obliga a dejar ciertas posturas excesiva¬mente seguras acerca de la naturaleza religiosa del hombre. Si bien el proceso de la religión había apoyado. a la historia, sociología, sin embargo, las críticas más recientes nos empujan a la humildad de revisar nuestras posiciones para fundamentarlas mejor aprovecharlas más en el “compartir” con el mundo ateo y secularizado de nuestros días.
LA SICOLOGÍA DE LA FE
Los temas que voy a tocar, tratando de recoger los datos que la psicología nos ofrece acerca de la religiosidad del ser humano, son éstos: las raíces psicológicas de la religión, el proceso humanó que va de la experiencia a la actitud religiosa, las etapas de la evolución religiosa, la experiencia cristiana y, por último, el psicoanálisis y el cristianismo.
LAS RAICES PSICOLOGICAS DE LA FE
Nuestro trabajo parte de la Evidencia, de la presencia del Señor Resucitado, de su palabra viva, de su realidad visible, su cuer¬po místico, su iglesia.
Hay muchos que rechazan toda posibilidad de acercamiento psicológico a la religión. Porque, dicen ellos, la esfera de Dios no puede ser abordada por los métodos y técnicas de la psicología.
Nos toca, ahora, tratar un tema de más raigambre psicológica: el de las motivaciones.
Ellos tienen razón cuando quieren prevenirnos en contra del psicologuismo. Pues podemos caer en el doble extremo, de reducir la religión a meros procesos psíquicos carentes de un objeto real (Dios), o de querer llegar a Dios por medio de actividades puramente psicológicas. Los encuentros llegaron a Dios por la palabra, su igle¬sia, FE.
Para mí existen el reino animal, vegetal, mineral y el de las per¬sonas, en las que están incluidas las personas corpóreas e incorpóreas. Las Personas Divinas, por supuesto, son el centro, principio y eje de todo. YO SOY DEL REINO DE LAS PERSONAS.
MI CUERPO, Símbolo de mi Yo Personal. (Símbolo es algo visible que trasmite algo invisible).
En todo caso, yo no quiero olvidarme del cuerpo. Pero, me permito volver a aclarar, que no pienso en él como si fuera una mitad, una parte autónoma de la persona. El cuerpo es la persona considerada desde el ángulo de la apariencia externa o, mejor, de la composición ANÁTOMO-FISIOLÓGICA. Lo que ocurre, pues, en el cuerpo, afecta a la persona integral.
"Nos has hecho para Ti y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Ti".
Cuando tenía 18 años al darme cuenta que nada me satisfacía plenamente, descubrí dentro de mí esta pulsión a lo infinito.
Después de este largo paréntesis, vuelvo al tema del cuerpo. Y comienzo mis consideraciones recordando un hecho fundamental: fuimos creados a imagen de Dios y esto también en cuanto cuerpo. Además, Dios se hizo cuerpo por nosotros en Jesucristo.
Esto parece ocurrir ante ciertos acontecimientos que implican el cuerpo de una manera intensa. Me refiero a dos hechos íntima¬mente relacionados con la vida: la sexualidad y el dolor.
Entre los pueblos primitivos es fácil encontrar el tabú sexual que estaba relacionado con lo sagrado o. por lo menos, con lo mági¬co. Quizá en nuestro tiempo, debido al secularismo. el cuerpo es difícilmente captado como "símbolo" de lo sagrado o como posible lugar de encuentro o como principio de "deseo" del Absoluto.
Por otra parte, justamente al tocar este tema, pretendo invitarte a ti lector a un revaloración religiosa de su cuerpo. Tanto más si el lector es cristiano. Para llegar a esta revaloración es muy importante el doble contacto. con el propio cuerpo hasta sentirse cuerpo animado y también, con Dios, hasta percibir por la fe que El está reflejado en la semejanza e imagen suya que es el cuerpo Anima¬do u hombre.
Veamos de qué forma la percepción, un acto psíquico, puede servir de puente para captar a Dios en el mundo.
Ciencia + espiritualidad + cosmo = hombre.
Para los pueblos primitivos era fácil percibir, por diversas razo¬nes, que la naturaleza y el mundo eran una "HIEROFANÍA". Ellos eran capaces de captar el inundo como huella o símbolo de Dios.
Esto no ocurre, sin embargo, con el hombre contemporáneo. Al menos, es el caso de la gente de ciudad, en especial de los ACADÉMICOS. Los resultados de las encuestas cambian en el caso de los campesinos y de los estudiantes de literatura.
La Biblia nos presenta el mundo como lugar de encuen¬tro con Dios.
La psicología humana, a nivel de percepción de la realidad, se muestra igual que el cuerpo, como un puente para captar la renace Dios en el mundo.
Es por eso que ciertas corrientes de psicología que nos entre¬ en el uso vivo de la percepción, resultan de gran ayuda para reaprender a entrar en contacto con la naturaleza y con el mundo en general. Éste es el caso de la "terapia Gestalt".
Tal vez, los cristianos podríamos combinar las enseñanzas de la actual psicología con las prácticas de los místicos para mejorar al mundo. De esa forma, podríamos gozarlos más al contem-plarlo como obra de Dios. Más adelante volveremos a tratar este tema. Por ahora, bástenos reconocer que sin la percepción no es po¬sible recibir los mensajes que Dios nos envía. Pues Dios siempre se vale de signos y símbolos para hablarnos. Usa como signos a la natu¬raleza, a los acontecimientos, a las palabras y, en particular, a su Palabra, encarnada en Jesucristo.¿Qué me esta diciendo Él con esto?
De este hecho deduzco que el cuerpo en sí encierra un paren-tesco, una cierta similitud con Dios. Por lo mismo, contiene un cierto germen de plenitud que no puede lograr por sí mismo. Es entonces cuando el hombre, especialmente el de otras épocas, puede apetecer al Todopoderoso.
¿ EL PARA QUÉ DE MI VIDA?
La motivación religiosa
Se prefiere la conducta motivada en lugar del de "instinto", porque en los hombres la actividad instintiva, que tienen en común con los animales, es bien limitada. En cambio, cuentan con ciertos impulsos que sólo son semejantes a los instintos, mientras que las diferencias son muchas. Por ejemplo el instinto, es determinado ge¬néticamente, no tiene que ser aprendido, es inconsciente,, no desapa¬rece ante la ausencia de estímulos, ETC.
Los motivos o pulsiones del hombre implican: necesidad, di-rección hacia el futuro, marcha hacia un fin. Este fin es, ordi-nariamente, un valor.
Por otra parte, no descarto que sea posible hablar de un moti¬vo religioso.
El tema de la motivación religiosa es muy amplio. De alguna manera interviene la totalidad de la persona y, por lo tanto, es posi¬ble que en las conductas religiosas intervengan tendencia o necesi¬dades que, de por sí, poco o nada tienen que ver con lo religioso.
A la luz de lo dicho, creo poder distinguir dos grupos de moti¬vos religiosos:
1) Los naturalmente no religiosos, y
2) El propiamente religioso.
Según esta teoría de la motivación religiosa estricta, "la esencia de la auténtica religiosidad y de los verdaderos sentimientos religio¬sos no se halla satisfecha cuando el hombre llama a Dios por temor ante el destino y por la preocupación de su propia conservación, sino sólo cuando, gracias a la veneración, sabe que su existencia está li¬gada a un PADRE Y SEÑOR superior, ilimitado y por tanto más allá de toda posibi¬lidad de comprensión".
Además, "el conocimiento religioso se basa en un conocimien¬to directo de Dios. La religión hace suyo un modo especial de conocimiento, la revelación que psicológicamente hablando, se halla enraizada en la esfera del "Ágape". No por ello debe ser SICOLÓGIZADO el conocimiento religioso, ya que es completamente lícito pensar que ciertas esferas de la realidad sólo son accesibles si previamente se desarrollan estados de conciencia determinados".
La utilización del término `valor", en el casó de la motivación religiosa nos permite ser más precisos. Porque, cuando el hombre busca un `valor" rompe los estrechos límites de Yo para reconocer que algo o alguien es valioso y digno de estima. Y esto es reconoci¬do independientemente de las necesidades y urgencias del propio individuo. Se supone, además, que si el joven se orienta hacia el valor, lo hace "libremente" y reconociendo que aquel valor es un fin en sí mismo.
Si la motivación o tendencia nos impulsa hacia un valor que está fuera de nosotros, el encuentro con el valor buscado produce en nuestro interior un eco afectivo: la emoción. En caso de no encontrar el valor o estímulo deseado, se opera en mecanismo de la frustración.
Así; el descubrimiento del Absoluto despierta en nosotros el correspondiente "sentimiento religioso".
El sentimiento religioso
Líneas atrás señalé que, de acuerdo a algunas teorías, la emo¬ción acompaña al proceso de la motivación. Según eso, ante la pre¬sencia de un estímulo o valor o por razón de una estimulación inter¬na, se despierta la tendencia o motivación. Hay luego un impulso hacia el valor en cuestión. Al encontrarse con el valor aparece una emoción. Esta emoción, gracias al impacto que produce en la corteza cerebral, es captada por el pensamiento. Entra luego en juego la vo¬luntad que delibera y toma una decisión. A partir de allí surge la conducta o acción.
Se supone que alguna vez, a impulsos de alguna tendencia no estrictamente religiosa, se llega a percibir la insuficiencia y limita¬ción de este mundo, 0 el sujeto tiene que enfrentarse con el conflicto vida-muerte. O se descubre que la ciencia es limitada y no revela el sentido de la existencia, 0 se sufre una frustración radical, a pesar del progreso científico.
Entonces puede despertarse en el fondo del ser la gana de algo o alguien que nos coloque más allá de la limitación del espacio y del tiempo. Se desea un Absoluto que pueda ayudarnos a superar "la relatividad y fugacidad del yo indivi¬dual y le sustraiga a ella...
El concepto de absoluto contiene ya el factor de la supra temporalidad. Lo absoluto no está aquí y ahora, no se halla sometido a la ley de la temporalidad, de la variabilidad y de la fugacidad, sino que es supra temporal, eterno".
En cambio, feliz el que se ha encontrado con Dios. El senti-miento de plenitud que aparece en la conciencia de la persona es incomparable. "Por esto se comprende el hecho, importante desde 'el punto de vida caracterológico, de que el hombre religioso muestre una especial actitud, una confianza en el sentido del mundo y del destino, una inalterabilidad frente a todas la tribulaciones y peligros".
Más allá del pensamiento y voluntad
Para muchos de los seguidores, menos agudos, de Santo TO¬MAS, la religión era cuestión de la inteligencia o de la razón. Para empezar, se podía descubrir la existencia de Dios por medio de razonamientos lógicos. Por este camino se podía llegar al extremo de decir que "la religión es, absolutamente, conocimiento verdadero" y "la región de la verdad eterna".
Sin llegar a estos extremos unilaterales, tenemos que admitir que la inteligencia juega un papel decisivo en la religión.
OTTO, el gran defensor del "sentimiento religioso", en un gesto de honor a la , verdad, declara:
"Para toda idea de Dios, pero muy singularmente para la cris¬tiana, es esencial que la divinidad sea concebida y designada con rigurosa precisión por predicados tales como espíritu, razón, volun¬tad, voluntad inteligente, buena voluntad, inteligencia, esencia divina y omnipoten¬cia, unidad de sustancia, sabiduría y otros semejantes; es decir, por predicados que corresponden a los elementos personales y racionales que el hombre posee en sí mismo, aunque en forma más limitada y restringida".
En el cristianismo, Dios revela su Ser a través de la palabra que emerge de mi hemiferio derecho donde se anida el “AMOR”. Así, el hombre tiene una ayuda para relacionarse con El. Pues el hombre necesita la palabra para situarse en el mundo, para llegar a ser él mismo e, incluso para relacionarse con Dios en la ora¬ción.
Por desgracia a nivel mundial trasmitimos la fe “cerebralmente”que es ni tibia ni caliente,” un solo mandamiento”les doy; que nos amemos todos.
Pero a pesar de reconocer la importancia religiosa de la pala¬bra con la cual trabaja el pensamiento, debemos reconocer también sus limitaciones.
Límites a nivel humano y sobre todo, a nivel religioso. Por eso,"hay que salir al peso de, un equívoco que puede conducir a una visión parcial e incorrecta, y en la idea de que los predicados racionales los indicados y otros semejantes¬ paran y agotan la esencia de la divinidad. Pueden dar ocasión a este equívoco el estilo y el caudal de conceptos que usa el lenguaje religioso y místico, el tono pedagógico de pláticas y sermones, y aun las mismas Sagradas Escrituras". Esta es una realidad que duele mucho.
Este equívoco ha tenido consecuencias fatales en el Occidente pues, tal parece que muchos nos contentamos con ser cristianos de nombre y de pensamiento. Y en consecuencia, abandonamos las conductas, la acción y el compromiso social con el prójimo. Esto luce ya antes, en el "gnosticismo', Actualmente, con la palabra "voluntad", se designa "el proce¬so anímico humano por el cual se determina qué impulso debe ser realizado y que además alcanza de este modo la meta fijada contra todas las resistencias que se oponen a su realización".
También, en nuestra época, la voluntad es vista preferentemen-te como una forma de conducta. Aunque también puede implicar conductas internas. Según esto, la voluntad es vista como un proceso que, reco¬giendo la fuerza de la motivación y guiada por la luz del pensamien¬to, permite que la persona se entregue a la persecución de una meta.
Cuando los psicólogos de la corriente humanista hablan de libertad y responsabilidad, hay que pensar en la voluntad. En una voluntad que se ha desarrollado hasta convertirse en aptitud. Será, por lo tanto, el proceso dinámico que dé a la persona la capacidad de escoger, por lo menos, la actitud con que va a afrontar sus límites sociales, morales, psíquicos y biológicos.
Este tema de la libertad es capital en la vida religiosa. Pues ya dijimos que la motivación religiosa no se presenta como una necesi¬dad instintiva que obligue a la persona a la adopción de determinadas conductas. Por el contrario, la motivación propiamente religiosa su¬pone que el individuo escoge libremente el relacionarse con el Abso¬luto. Esto nos lleva a concluir que una religiosidad madura, es prác¬ticamente imposible sin una voluntad adulta.
PROCESO DE MI EXPERIENCIA A MI ACTITUD RELIGIOSA
La experiencia es un concepto más difícil, de describir. Al emplear tal vocablo solemos referirnos a una relación contacto directo con una cosa determinada. Que, si bien implica los sentidos u otro órgano de contacto, supone también la intervención del pen¬samiento que interpreta los datos obtenidos.
Descomponiendo la estructura de la experiencia, se llega a di¬ferentes opiniones acerca de su contenido conceptual. Para algunos es la serie de "datos de la mente o de la conciencia". Otros hablan de la observación directa de la experiencia fenoménica". Por último, se ha llegado a equiparar la experiencia con el mundo de lo puramente psíquico o de la conciencia o de los "suce¬sos mentales".
Desde luego que estas mutilaciones engendran mayor o menor confusión. Por eso se impone la necesidad de adoptar un concepto que englobe todos los aspectos que integran el término "experien¬cia".
Al usar, pues, el término en causa, entiendo "el hecho de sentir alguna cosa, en tanto este hecho se considera, no solamente como un fenómeno transitorio, sino como la prolongación y la invasión del pensamiento".
Finalmente, tomo la siguiente definición de actitud: "Es un estado psíquico - espiritual y neurológico de disponibilidades que ha nacido de la experiencia y ejerce un influjo rector o dinámico sobre las reacciones individuales frente a todos los objetos y situaciones con las que se halla en relación".
A las tendencias vitales corresponden valores vitales. A las ten¬dencias del Yo individual corresponden valores de significado. Y a las transitivas les convienen los valores de sentido.
Todos estos valores son vistos como cualidades estructurales del mundo exterior y por lo mismo, con un contenido objetivo. Los valores vitales favorecen la vida en general que está pre¬sente en el individuo. Los valores de significado son valiosos sólo en cuanto que resultan útiles para el individuo en cuanto que tiene un Yo autónomo.
Y los valores de sentido aparecen dotados de dignidad por sí mismos y no por la utilidad que pudieran prestarle al indivi¬duo. Por consiguiente, son fines en sí mismos. Y cuando el hombre los estima, los acoge y los promueve, entonces "tiende a realizar su existencia con plenitud de sentido ligándose al mundo como un miembro dependiente de un todo".
Entre los valores que, valiosos por sí mismos, pueden dar sentido a la existencia, se encuentran el amor, el otro como persona, el sacrificio, la verdad, la creatividad, la moral como respeto del otro, el arte, la religión, la Fe, etc.
Al hablar ahora de experiencia de los valores, me refiero a que una persona haya experimentado la relación con cualquiera de los valores de sentido. Excluyo, por el momento, la experiencia religiosa que también sería una experiencia de valor, si hablamos con propie¬dad.
Me doy cuenta que el haber gozado del arte, del amor, del trabajo creativo, del sufrimiento asumido, etc., supone la experiencia del rompimiento voluntario de los estrechos límites del Yo. Implica un proceso por el cual mi persona se entrega, se da cuenta, se comu¬nica comparte.
Esto es importante en la perspectiva de mi experiencia religiosa. Pues ésta supone mi plena entrega y la donación de mi mismo. Si alguien ha aprendido a tratar a los otros como fin que merece atención, respeto, estima y amor, entonces sabrá hacerlo también con el Tú eterno.
Hay tanta verdad en esto, que algunas de estas experiencias tienen la propiedad de transparentarnos al Tú eterno. Eso ocurre, especialmente, a través del amor.
El encuentro con los valores de sentido puede alcanzar altos grados de plenitud. Es entonces cuando se habla de "experiencia cimera".(…cumbre)
La experiencia cumbre
La experiencia en sí es valiosa. Y al atenerla se descubre con más intensidad pudiera prestar.
La relación con el objeto es vivida en la alegría, la admiración, y el asombro, con un don activamente conseguido. Pero al mismo tiempo, se le recibe con respeto y humildad, como un don gratuito. que está más allá de todo mérito personal.
Su efecto, es el de calmar la ansiedad, la reducción de meca¬nismos de_ defensa, de las inhibiciones y del control. Por otro lado, suscita un estado de simpatía que facilita la capacidad de acogida y de perdón.
Yo pienso que aunque no merezca el calificativo de "religio-sa", la experiencia cumbre puede ser considerada como pre-religiosa. En el sentido de que saca al hombre de sí mismo y lo hace emigrar hacia un objeto vivido como plenitud, como goce ilimitado, como un sentido para la existencia. No puede ser esto una especie de presentimiento del Ser Absoluto que hace bueno y beatificante al objeto de la experiencia cumbre.
La experiencia de lo Sagrado.
En realidad, él no pretende describir la estructura del senti-miento religioso. Sabe bien que su objeto, "lo numinoso" no puede ser definido. •Ni siquiera "puede enseñarse en el sentido estricto de la palabra: sólo puede suscitarse, sugerirse, despertarse, como en definitiva ocurre con cuanto procede del espíritu".
"El hombre se hunde y derrite en su propia nada, en su pequeñez. Cuando más clara y pura se le aparece la grandeza de Dios, tanto más reconoce su pequeñez y ,calidad de hijo".
Juntamente con lo tremendo, lo infinitamente magnético, surge el sentimiento de lo fascinante.. El Ser Absoluto atrae, fascina, embarga. Ante él, se experimenta el profundo deseo de entrar en contacto. Se presiente la presencia de la incomparablemente delei¬table, del abismo de delicias, de lo infinitamente hermoso.
S. PABLO, citando el Antiguo Testamento, nos sugiere el aspecto fascinante de Dios, cuando dice: "lo que ojo nunca vio, ni- oreja oyó, ni hombre alguno ha imaginado.. .".
Es tan bello, tan deleitable, tan enorme, "lo que Dios ha preparado para los que lo aman", que no es posible describirlo. Nadie lo ha imagi¬nado jamás. Nunca se ha visto cosa igual. La experiencia religiosa
Lo específico de esta experiencia, en relación con la anterior, es la superación de lo que puede ser descrito como puramente afectivo. Si la experiencia de lo sagrado es un sentimiento, en el mejor sentido de la palabra, la experiencia religiosa es un acto, una conducta, en el sentido más técnico del término.
Es una conducta que contiene una doble dinámica: de interio¬rización y de exteriorización. Lo primero corresponde al aspecto '`integrador" del sentimiento de lo sagrado. La dimensión exteriorizante supone la aceptación (o rechazo) de Dios con el consiguiente esfuerzo por realizar las conductas que El sugiere a persona.
En esta perspectiva, para que se mantenga el equilibrio entre el acto interior y el exterior, se presentan tres exigencias.
La experiencia religiosa demanda un movimiento de adoración. Lo cual supone un profundo respeto para el que es "totalmente Otro". Y, el respetarlo exige que el hombre no se forme imágenes falsas de El; ni se construya ídolos. Por tanto, necesita purificar siempre sus relaciones con Dios, así como también con la realidad, ya que El me ama sin límites.
En segundo lugar, la experiencia religiosa pide un movimiento de humildad. Este nace de la conciencia de indignidad delante del que es infinitamente perfecto. Es por ello que la persona tiene que luchar contra la magia que implica un control de la divinidad a tra¬vés de ciertos ritos.
Finalmente, mi experiencia religiosa exige un movimiento de invocación. Aquí encontramos un deseo de participación en la "sal¬vación". Esta invocación se organiza dentro de los "tiempos sagra¬dos" en los cuales el individuo se encuentra con sus congéneres y también con la divinidad. Claro está que, al mismo tiempo, sigue sintiendo la nostalgia de un encuentro más directo con la divinidad "fascinante" e infinita.
En los últimos años la experiencia religiosa parece tener dos exigencias más: una revaloración del universo. y un compromiso serio con el hombre a nivel de la Ciencia de la Alta Política (un mandamiento nuevo les doy AMENSE…). Aunque parezca redundan¬cia, debo señalar que la experiencia religiosa tiene una gran variedad de formas.
A la luz de lo anteriormente dicho, asumo la siguiente defini-ción de experiencia religiosa: "es el acto (o conjunto de actos) por el cual la persona acepta una relación con lo Divino y se esfuerza por conformar a El sus conductas", que la vida merece vivirse. Además, posee la categoría de fin y no de medio. El objeto que proporciona la experiencia es percibido como algo absoluto y como una totalidad digna de veneración, indepen-dientemente de la utilidad que La actitud de la persona
La actitud. Por el contrario, representa "un estado", una ad-quisición, una adquisición ,una capacidad. Desde luego, no se trata de algo "estático", sino de un dinamismo, capaz de influir en las reacciones de la persona
ante las situaciones que vive.
Desde el punto de esta religioso la "actitud" implica la capaci¬dad de adecuar todas las conductas a las exigencias de Dios. Más en concreto podemos delinear los elementos que integran la estructura de la actitud religiosa El, me ama sin límites …¿Y yo me dejo amar por Él?
Ante todo nos encontramos con la integración del pasado que permite que se tenga una orientación positiva hacia el futuro. De lo contrario, la presencia de los errores, sufrimientos y resentimientos. obscurecerán el porvenir.
Es respecto, que la conversión "se presen¬ta como siempre como una -relación religiosa del pasado, que, reconocido en su verdad permite al nombre religioso descifrar los signos de un futuro positivo.
Es entonces cuando la religiosidad madura de la "actitud", va deslindando los campos. Se reconoce, con el VATICANO II, que la realidad se rige por sus propias leyes y principios. Esto significa que se acepta la autonomía de las realidades terrenas.
Lo cual, sin embargo, no implica necesariamente, un rompimiento con Dios. Simple¬mente, se llega a lo que las narraciones de la creación nos insinúan: que Dios es libre y autónomo ante la creación, igual que la creación y el hombre han sido creados en estado de autonomía delante de Dios. Y es a partir de esta doble autonomía que la alianza, -como encuentro amoroso de dos libertados, se hace posible.
Esta doble autonomía debe ser aceptada para lograr una sínte¬sis como la que sugiere el VATICANO II. Según dicho Concilio, es tan grave el error de los que descuidan "las tareas temporales", como el de los que "piensan que pueden entregarse totalmente a los asun¬tos temporales, como si estos fuesen ajenos del todo a la vida religio¬sa". Por eso, siguiendo el ejemplo de Cristo, quien ejerció el artesa¬nado, alégrense los cristianos de poder ejercer todas sus actividades temporales haciendo una síntesis vital del esfuerzo humano, familiar, profesional, científico o técnico, con los valores religiosos, bajo cuya altísima jerarquía todo coopera a la gloria de Dios".
Esta síntesis requiere lucha, conflictos y errores. Pero a medida que la religiosidad madura, se va volviendo una realidad.
Otro elemento que integra la actitud religiosa es el proceso de identificación. Los estudios psicológicos más recientes. demues¬tran que la actitud religiosa se logra mediante la identificación.
Claro está que la identificación tiene presentes a las figuras notables de la comunidad religiosa. En el cristianismo, por ejemplo, Cristo es el modelo primario. Aparte, están los santos y otros mode¬los vivos.
En San Juan Bosco la integración era de tal manera que se puede decir que en el mismo tiempo era:
o alegre y austero
o abierto y respetuoso
o exacto y libre de espíritu
o humilde y magnánimo
o tenaz y flexible
o tradicional y moderno
o optimista y previsor
o diplomático y sincero
o pobre y generoso
o amigo y sin "preferencias"
o rápido en las concesiones y prudente en la ejecución
o ama las cosas bien hechas pero no es perfeccionista
o visionario y genio de lo real y concreto
o audaz hasta la temeridad y avanza con prudencia
o sabe ganarse al adversario y no abdica de sus principios
o dinámico y no extravertido, no manipula
o educa previniendo y previene educando
o corajudo pero no temerario
o ordena todo a sus valores pero no chantajea
o metido en el mundo (a la vanguardia del progreso) pero no es del mundo
Infancia
La sicología evolutiva revela una gran disponibilidad religiosa en el niño. Esto no quiere decir que la psicología demuestre la naturaleza religiosa del niño. Más bien debemos aceptar la interac¬ción de varios factores: familiares, sociales, culturales, etc.
Las observaciones de la sociología religiosa nos hacen notar la importancia de la familia en la evolución religiosa. La razón fundamental hay que buscarla a nivel de imitación. Los padres son un modelo también en cuanto al comportamiento religioso.
En cuanto a la experiencia religiosa no es posible señalarla, con toda precisión en el niño. Si podemos hablar, en cambio, de un progreso que avanza con la edad. Poco a poco el niño se va abriendo al doble sentimiento de pavor y confianza respecto a Dios. En este sentido, el pavor no se considera como anormal. Justamente porque convive con la confianza.
Juntamente con la gestación de la experiencia religiosa, se va formando el concepto de Dios. Y parece que a los tres años el niño empieza a sentir el temor y el deseo ante lo sagrado. Al mismo tiempo, se supone que la imagen dé Dios empieza a perfilarse.
Quizá lo más característico de la imagen infantil de Dios, es la relación que guarda con las imágenes parentales. Sobre todo parece influir la imagen del padre.
Esto es fácilmente explicable. La primera experiencia interper¬sonal del niño son los papás. A estos los considera omniscientes y omnipotentes. Luego, considerará a Dios como dotado de los mismos atributos. Igualmente, la dependencia, seguridad y confianza experimentados en el hogar, son transferidos a Dios. Claro que quie¬nes han tenido una experiencia negativa en el ambiente familiar, tendrán, -muchas veces-, una imagen negativa de Dios.
Aún en el caso de una experiencia familiar positiva hay que enfrentarse con la crisis religiosa incluso en la infancia. La causa reside en la transferencia de las cualidades parentales a Dios. Hacia los seis o siete años, el niño descubre las limitaciones de sus padres. Ve que no son perfectos, omniscientes ni omnipotentes. Luego piensa que Dios es igualmente falible, tanto más cuanto que muchas de sus peticiones egocéntricas no son escuchadas.
En otras ocasiones los padres deforman la imagen de Dios al atribuirle una actitud de vigilante, de juez y de verdugo. La mamá, para controlar al niño, le dice: "si haces tal cosa, Dios te castiga".
Otro rasgo de la imagen de Dios en el niño, es el antropomor-fismo. El niño se imagina a Dios como una figura humana, casi lo ve y lo oye.
Por otro lado, este hecho supone en el niño un fuerte realismo religioso, un gran sentido de lo concreto. Evidentemente que este realismo tendrá que conjugarse con la trascendencia y espiritua¬lidad de Dios.
El niño también es dado al ritualismo, al verbalismo irreflexi¬vo, a la imitación e, incluso a cierta espontaneidad en sus conductas religiosas.
El niño, igual que en otras áreas de su comportamiento, está marcado por un egocentrismo natural. Como él ha nacido en situa¬ción de dependencia, se ha acostumbrado a recibir y a pedir. Por lo mismo, también Dios será visto por el niño como su servidor de su egocentrismo.
Más o menos en esta misma perspectiva se sitúan los rasgos mágicos de la religiosidad infantil. Coopera para esto el sentimiento de la justicia inmanente que el niño posee. Por este sentimiento, el niño cree que el castigo surge espontáneamente de las mismas fuerzas naturales del universo Si le pega a su hermanito, se ve a res¬balar porque el piso se encarga de castigarlo.
También los ritos y el culto religioso alimentan la mentalidad mágica del niño. Pues entonces parece evidente, como se cree en la magia, que es posible "captar la fuerza divina de una manera auto¬mática, abstracción hecha de todo acto de "sumisión auténtica" a Dios.
Para concluir, podemos decir que la religiosidad infantil es la base para una religiosidad madura. Pero esto no significa que deba¬mos arrancar esas formas todavía imperfectas de religiosidad. Hay que aprovecharlas para que el niño llegue a un justo equilibrio en sus relaciones con Dios y con el grupo religioso al que pertenece.
La crisis de la adolescencia ofrece una oportunidad para dar un paso firme hacia la madurez religiosa.
Hay 4 factores que van preparando un cambio del egocentris¬mo infantil hacia la apertura inicial del adolescente (lolo):
1) La experiencia de contacto con los demás, que lo empuja a salir de sí mismo, a juntarse.
2) La experiencia de las realidades materiales, que le descubrirá la causalidad física, el funcionamiento de las cosas, deseo de ser útil.
3) La experiencia de las limitaciones humanas, pues así ya no es¬perará que sus padres sean dioses ni que Dios sea como ellos.
4) El gustito a Dios que supera todos los otros placeres.
Adolescencia
La adolescencia está determinada por los cambios de la puber¬tad, cuando aparece la madurez sexual. La adolescencia suele ser situada entre los 14 y 18 años. Pero varía mucho de acuerdo al país, raza, sexo, condición social, etc.
Es el momento de la transición de la niñez a la edad adulta. Los cambios
corporales, afectivos, mentales, etc. están a la orden del día. Surgen choques con los adultos, con la familia y consigo mismo. Son típicas la ambigüedad, emocionabidad, inestabilidad, proble¬mática, incongruencia, etc.
En este aspecto religioso hay características muy peculiares. En cuanto al concepto de Dios, podemos señalar la siguiente evolu¬ción.
Entre los nueve y diez años el niño se fija en los atributos de Dios:
a) objetivos (grandeza omnisciencia, ETC),
b) subjetivos (cuali¬dades morales: bondad, justicia, ETC), c) afectivos (belleza, fuerza amorosa, etc.)
Hacia los doce y trece años, el preadolescente entra en el proceso de la, personalización de Dios.
Entre los quince y dieciséis, el adolescente entra en la fase de la interiorización. Lo objetivo y lo personal del concepto de Dios, se transforma en amor, amistad, oración, obediencia, compartir, culpa y temor. De esta forma, "los temas de personalización que constitu¬yen el vínculo cronológico entre la atributividad y la interiorización, unen igualmente el Dios interior con el Dios objetivo, tal como es conocido gracias a los atributos objetivos".
He tocado el tema de la amistad al mencionar los rasgos de la interiorización de Dios: en la vida del adolescente. Y es que el ado¬lescente es particularmente sensible a la amistad. Porque muchas veces se siente víctima de la incomprensión, se refugia en la soledad y entonces experimenta un fuerte impulso hacia la intimidad de la rela¬ción amistosa.
Esta misma tendencia está presente en el trato con Dios. Dios es buscado, ante todo, como amigo. Los rasgos de Dios más aprecia¬dos por el adolescente, en esta perspectiva, son los de la compren¬sión, la cercanía, la fidelidad, lo incondicional de su amor, etc.
Al mismo tiempo que la religiosidad se vuelve más personal y personalizante, el adolescente padece una fuerte crisis religiosa. Evidentemente, esta crisis no es sino el efecto del estado crítico que el adolescente atraviesa.
Esta crisis es producto, a su vez, de diferentes factores: la búsqueda de identidad, el despertar del pensamiento personal, el afán de independencia, el impulso sexual, etc.
Por otro lado, la religiosidad arranca de muy variados motivos: la búsqueda de amistad, el deseo de lo sagrado, la culpabilidad y las preocupaciones morales, el darse cuenta que las personas fallan.
La culpabilidad nace, muchas veces, del conflicto entre la perfección moral y la imperiosa inclinación sexual. El adolescente se siente irresistiblemente impulsado hacia las prácticas sexuales y, al mismo tiempo, siente la urgencia del ideal ético.
Este conflicto suele terminar, en algunos casos, con el abando¬no de la religión. Piensan, tales adolescentes, que de esa forma se liberan del peso de la culpa.
Otro renglón más que se añade a la crisis religiosa, es la apari¬ción de las dudas. El adolescente ha llegado a mayoría de edad en cuanto al desarrollo intelectual. Esto lo induce a una especie de ra¬cionalismo. Consiguientemente, se interroga sobre la verdad y senti¬do de sus creencias, la bondad de su orientador espiritual disipa dudas.
Este ejercicio de la duda podría ser muy sano y productivo. A condición de que el adolescente cuenta con vías eficaces para re¬solver sus incertidumbres. Puede ser un buen orientador espiritual, los padres, el ministro o sacerdote, etc.
Pero si los pobres han empleado la religión como un medio de control y, en consecuencia, el adolescente asocia religión y auto¬ritarismo, entonces la- solución de las dudas puede consistir en el rechazo de la religión también es habitual en el adolescente el abandono de las - prácticas religiosas como la oración, la liturgia, etc.
Sin embargo, de esta crisis multifacético puede venir una reli¬giosidad más auténtica que la infantil. Se buscará la oración pero no para satisfacer el egocentrismo, la asistencia al tiempo será por convicción propia, los ataques antirreligiosos por parte de los profe¬sores o amigos serán superados, disminuirá el moralismo rígido con sus efectos CULPABILIZANTES, se abrirán nuevos horizontes humanos, se caminará hacia un mayor compromiso con la sociedad, etc.
En fin, no hay que olvidar que cada caso es único e irrepetible. Es por ello que en el campo de la acción pastoral o de la orientación, se requiere una adaptación a la persona concreta.
Se supone, por último, que la madurez religiosa se va logrando en las etapas siguientes. Claro que hay notables excepciones.
Edad Madura
Es con el advenimiento de esta etapa. que el individuo puede disponer de los medios personales necesarios para adquirir una acti¬tud religiosa. Es decir, que sería el momento, visto el ángulo huma¬no, para irse introduciendo en la madurez religiosa.
Claro que muchas veces el haber llegado, cronológicamente, a la edad madura, no implica ni la madurez humana ni la religiosa. Muchos jóvenes adultos conservan rasgos propios de la infancia o de la adolescencia.
La literatura dedicada a este tema es más bien escasa. Los estu¬dios sicométricos no han sido empleados igual que como se ha he¬cho con otras edades. Así que el material disponible fluctúa entre los datos recogidos sistemáticamente y los que son presentados de manera "informal".
En forma indirecta, W. JAMES nos presenta algunas propie-dades que él encontró en personas religiosamente maduras. Son las siguientes: , ,
1) La persona tiene el sentimiento de que toma parte en una vida mucho más amplia que la de este mundo. Al mismo tiempo, tiene la certeza de que existe un "Poder Ideal", que, ordinaria¬ mente, es identificado con Dios.
2) También se posee la sensación de continuidad o comunicación de ese poder amigo con la propia vida, con la sumisión a El por parte del hombre.
3) Como resultado de la sumisión, nace un sentimiento de inmen¬sa alegría y libertad.
4) Hay un desplazamiento del centro emocional hacia el amor y los sentimientos de armonía y afecto para los demás seres hu¬manos, en el compartir.
Según JAMES, en el caso de los santos nos encontraremos, sobre todo, con las dos últimas características.
ALLPORT, pensando más bien en el "deber ser", nos hace la siguiente lista de rasgos:
1) El sentimiento religioso maduro es autocrítica. Por tanto, la persona tiene
capacidad de "insight" respecto a sí misma, en materia religiosa. Consiguientemente, sabe diferenciar lo esen¬cial de lo secundario, lo aceptable y lo inaceptable de la propia institución religiosa.
2) La autonomía el sentimiento religioso en el sentido pequeño entran en juego otras motivaciones menos específicas. Por tanto, Dios es buscado por sí mismo, independientemente de otros intereses.
3) La congruencia entre las creencias y el comportamiento,
4) espe¬cialmente en su aspecto moral. Hay un compromiso vital. Dios en sí mismo no se ve afectado directamen¬te por el pecado.
En esta perspectiva, el pecado aparece como el antidiálogo. El hombre desobedece la voluntad amorosa y humanista de Dios y así deja de compartir con El. Y, al dañar a los demás o a sí mismo pierde la comunicación con los otros y consigo mismo, no comparte.
Por eso, la conversión es una reapertura del compartir que nace de la iniciativa divina. Y entonces aparece en escena el aspecto positi¬vo y principal de la conversión: la entrada en el mundo de las rela¬ciones auténticas con Cristo y por El y en el Espíritu Santo, con el Padre.
Este aspecto de relaciones interpersonales con Dios Trino está delineado a través de las parábolas de Jesús y, en forma especial, me¬diante la fórmula: "Convertíos y creed la buena noticia... ya llega el reinado de Dios". Pues donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, Allí, Yo estoy
Hay que notarlo fuertemente: hay que enmendarse de la vida pecaminosa, para abrirse a la felicidad (buena noticia), que consiste en el reinado de Dios. Es un reinado actual, con un clima bien concreto como "la honradez, la paz y la alegría que da el Espíritu Santo", aquí y ahora.
Es evidente que la conversión se presenta ante nuestros ojos como el camino para acceder ala experiencia cristiana. Los apóstoles JUAN y PABLO no utilizan. el término conversión, pero lo suponen como contenido en el proceso existencial de la fe con que se respon¬de a Cristo y se la acepta.
Sin embargo, la opción por Cristo se basa en el llamado que Dios Padre dirige al hombre en forma gratuita y amorosa.
"El contenido del llamamiento (que no puede separarse del hecho mismo de producirse) 'es invitación (que obliga y facilita¬ su seguimiento) a admitir a Dios, que se comunica a sí mismo, libera .con ello la existencia de los `ídolos' esclavizas antes (principados y potestades) y da el valor para esperar la redención y libertad defini¬tivas en la "posesión' inmediata de Dios como nuestro futuro absolu¬to".
La respuesta a este llamamiento es un Don Divino. Y su¬pone un ejercicio de fe en cuanto que supone una relación con Dios que afecta a la existencia entera. También la esperanza (capacidad de lucha) entra en juego en la conversión pues se pone el futuro al abrigo de la misericordia de Dios. El amor, como oposición al peca¬do, también participa, pues inclina a la búsqueda del bien de los demás y de sí mismo; al mismo tiempo que induce al esfuerzo por agradar a Dios en todo.
La psicología también distingue la conversión intelectual, mo¬ral, social y religiosa. Y considera la conversión como una mo-dificación de conductas extrañamente poderosa. Esto vale todavía más para lo que algunos denominan la "conversión mística".
Psicológicamente hablando, la conversión produce cambios fisiológicos, afectivos, volitivos y sociales, se nota en su mirar, en su rostro.
La psicología religiosa distingue varios casos de conversión propiamente religiosa. Recordemos algunos de ellos.
1) Conversión por los movimientos de despertar religioso. Pertenecen, más o menos, a este tipo de movimientos los "Cur¬sillos de Cristiandad", "Familia de Encuentros", "Renovación Carismática", etc. La dinámica de conversión que se produce en ellos es, más o menos como sigue.
a) predicación que acentúa la miseria moral de los presentes, (culpa sicológica).
b) en estos se producen sentimientos "depresivos", culpabili¬dad, humildad, impotencia, miseria absoluta y desespera¬ción,
c) el predicador mueve a sus interlocutores a una auto superación por el acercamiento a Dios para reencontrar la paz; entonces brotan sentimientos de estimulación como la confianza, la seguridad, la alegría, el amor, el sentimiento de novedad, la claridad, el sentido de la vida, el cambio y el optimismo. La insatisfacción, y vacío.
2) Conversión como solución de un problema humano. Puede ser que un acontecimiento notable estimula el recurso a lo reli¬gioso. También puede suceder que se vea en la religión la solu¬ción de un conflicto. Por ejemplo, el adolescente acosado por la sexualidad puede buscar un escape en la religión. Se, dice que las vocaciones religiosas que nacen de este tipo de conversión, no aguantan las crisis posteriores de vocación.
3) Conversión progresiva. Como fruto de estímulos diferentes, se va operando un cambio interior. Quizá en estos casos se podría aplicar la teoría de JAMES de la "incubación subcons¬ciente".
4) Conversión a causa de una experiencia dramática.
5) Conversión mediante una experiencia religiosa. En estos casos la presencia de Dios se vuelve manifiesta y se vivencia su luz, su amor, su alegría, su perdón, su hermosura. Es el caso de los "Encuentros".
Es común que en el ambiente cristiano, la conversión esté polarizada por la figura de Cristo. Y, por la importancia que El re-presenta para los cristianos, le dedicaré unas líneas aparte.
Es evidente que en los ya nacidos dentro del cristianismo se operen verdaderas conversiones. Más aún, la conversión aparece en este tipo de cristianos como una verdadera necesidad. Pues habiendo sido bautizados desde pequeños, no han recorrido el proceso vital e interoerna1 de compromiso con Cristo.
No faltan ocasiones que la "gracia de Dios" aprovecha para inducir la conversión de los cristianos por tradición. Puede ser la asistencia a Cursillos de Cristiandad, a una reunión de renovación, a un Encuentro.
Es a partir del descubrimiento de Cristo, cuando el cristiano empieza a recorrer un largo camino de amistad y unión con El.
En nuestro continente latinoamericano, es probable que Cristo se haga presente a través de las situaciones de injusticia o, más vivamente, en la persona del prójimo que sufre miserable e inhu¬manamente:
No importa cual haya sido la ocasión que Cristo aprovechó para hacérsenos encontradizo, lo importante es lograr, con nuestro esfuerzo y con la ayuda del Espíritu, que nuestra experiencia de Cris¬to se vaya transformando en una
"actitud cristiana". De esta forma nos iremos "identificando" con El, hasta llegar a tener los mismos sentimientos de Cristo. De esta forma, lograremos "reproducir sus rasgos" con nuestras conductas, y sólo así conseguiremos "hacer presente y como visible" a Jesucristo, delante del hombre materialista de nuestros días.
Pero Cristo, hombre del compartir personal, quiere conducir¬nos a una relación filial con su mismo Padre, con la ayuda del Espí¬ritu Santo. Por eso, la experiencia cristiana es una "experiencia trinitaria".
Relaciones personales con Dios Trino
La espiritualidad bíblica nos hace notar que el centro de las preocupaciones de Cristo es la persona. Ante todo la persona del Padre que lo envió, y luego la persona humana
Y en su afán insuperablemente humanista, quiere llevar a los lolos a una relación interpersonal y específica con el Padre. Concre¬tamente, haciéndose partícipes de su condición de Hijo, nos ofrece la posibilidad de ser hijos del mismo Padre.
A su vez, el Padre nos toma como verdaderos hijos suyos, ha¬ciéndonos participar de su "naturaleza divina Para conseguir-lo, el Padre nos asocia a la vida de Cristo, especialmente al misterio de su muerte y resurrección. Lo cual tiene lugar en el momen¬to del bautismo que nos hace nacer a una vida nueva. Este renacimiento previsto por Cristo, es fruto de la obra "engen-dradora" del mismo Padre junto a su a Hijo, al Espíritu
Se comprende, a la luz de lo dicho, que PABLO afirma que somos una "nueva creación", o una "nueva criatura", o un "hombre nuevo" que es "creado a imagen de Dios" o de Jesucristo, "imagen de Dios invisible, nacido antes que toda criatu¬ra”.
Pero, si es verdad que Cristo nos lleva al Padre que nos acoge y nos reengendra' también es cierto qué el Padre nos acerca a su Hijo. Y esto ocurre a dos niveles. Ontológicos, nos une con Cristo a nivel vital, puesto que tanto Cristo
como nosotros procede¬mos, aunque de manera diversa, del mismo Padre. Luego, en un plano más consciente y personal nos ofrece la gracia de encuentro teologal y existencialmente con Jesucristo, en el Amor divino. Con esto me refiero a la conversión, "interiorización"
"AMAR ES COMPARTIR"
Para muchas personas la palabra “COMPARTIR" es nueva y a menudo, confusa; lo era también para mí, hasta que descubrí que el “compartir" no es lo mismo que conversar y discutir. Aunque éstas sean formas muy valiosas de comunicación.
Cuando me inicié en el "compartir", com¬prendí que era algo bien rico; deseaba que los demás me conocieran tal corno soy: mis sufrimientos, luchas, alegrías y anhelos. Me hace sentir bien, cuando comparto con ella -él; lo hago con el corazón, sabiendo que quien está frente a mí es la persona amada, no una cosa. Que esa persona me re¬cibe también como persona; me escucha, así como yo debo y he aprendido a escuchar a los demás.
Muchas veces sé que es un riesgo, y experimento ciertas sensa¬ciones de peligro al hablar de mí y mostrarme como soy; pero lo hago y me siento libre, desahogado, por una decisión de amor y entrega; con confianza, sintiendo que esas personas que me escuchan son mi familia, mis hermanos, que se preocupan de mi y me ayudan a crecer, que es mi pareja.
En la medida que sé escucharlo en su com¬partir, me doy cuenta que sintonizamos en la misma frecuencia; dejo de ser yo para compenetrarme con ella y acogerla; si yo desconecto la sintonía, entonces- lo enjuicio, objeto, oprimo, aconsejo, consuelo igual que lo hago en mis "conversaciones y discusiones".
Es muy importante para mí no interrumpir lo que me está compartiendo, no hago comentarios, ni reacciono con lo que me está diciendo, escucho con un silencio sagrado para captar hasta lo último que ella me quiere regalar, ya que deseo enriquecerme como persona, porque es importante esa confianza que depositó en mí, me hace sentir que estamos más unidos.
Escuchándola a ella he aprendido más acerca de mí mismo, de quien soy.
Ahora me siento más libre, y soy capaz de conocer y amar a otras personas, con ese amor verda¬dero que sabe aceptarla como persona.
El compartir me permite acercarme a ella, basando mi comunicación en el amor y la confianza, y eso es algo muy hermoso, "estoy amando".
Esta es la fuerza de Dios.. .
El comparte todo con su Hijo, y es infinito el Amor, que comparten. . . Cuando com¬parto, estoy realmente en la presencia de El. Lo rico de esto es que se producen los ecos del silencio, donde sin querer estoy interior¬mente contemplando mi propio yo hecho por El... y me doy cuenta que es hermoso.
Compartir para mí, es hablar de todo aquello que realmente es importante: mis sentimientos, mis deseos, mis ideas, esperanzas.. Pero, al hablar de ello, no trato de convencerla, ni menos impresio¬narla, presentando una falsa imagen, No trato de engañarla, no trato de contentarla diciendo lo que creo que espera oír, inventan¬do "mentiras piadosas" que salven nuestra unión.
Es un tiempo para mirar dentro de mí y darme cuenta que valgo mucho, y sacar poco a poco lo que tengo dentro, sin temor a mostrarlo. Compartir me sirve para ordenar mi vida y mis sentimientos; compartir me hace sentir útil, grande y- amado, capaz de amar al otro con sus defectos y los míos.
Al escuchar el compartir de ella voy aprendiendo, sintién-dome más libre y abierto, más cerca de ella con mayores deseos de compartir y manifestar mis sentimientos, emociones...
Cuando estoy compartiendo, me doy cuenta que ella me mira a los ojos y no me molesta.
Veo simpatía, comprensión, alegría, cariño. Me siento bien, y no esquivo su vista.
Al estar compartiendo, no me impone, no me discute, no me corrige, no me aconseja, no me acompaña, no me exige y me da liber¬tad para hacer mi compartir, y esto es lo que debo hacer cuando ella me está compartien¬do. Es en el fondo, disfrutar aquí, ya el Rei¬no de los Cielos, porque llegamos a sintoni-zamos en forma única e igual a la que el Padre Amor nos regaló en si¡ Hijo.
Al compartir, me concentro en ella. No hablo. El silencio aquí es la mejor forma de comunicarnos... Miro con cariño a la per¬sona amada, me intereso por ella.
Compartir, en una palabra, es transparentar mi alma y darme cuenta que somos la mara¬villa más grande del mundo junto a todas las otras almas de mis semejantes.. .
Ahora me doy cuenta que el Reino de Dios está dentro de mí (Lc. 17,21; Jn. 14,26).
Compartir es una comunicación profunda en donde trato de poner todas las condiciones para un fluir cristiano y libre de lo que quie¬ro darle a ella y recibir con decisión y amor lo que ella desea darme.
En este "estado", mi capacidad de juzgar se pierde, y nace una aceptación hacia mi Polola, amor sano
Tal aceptación estrecha vínculos, y lo que es más rico, deja entre los dos un lazo de unión, gracias a la gran valoración que en mi interior ha habido hacia la otra persona.
Sucede, además, algo maravilloso, porque aquí, cada uno de nosotros deja de lado las diferencias, antagonismos, máscaras, ideo¬logías, complejos, heridas, creencias, nos fundimos en el mandato de "amarnos los unos a los otros".
Queda ese algo divino en cada uno, "fasci¬nación" que nos hace sentirnos amados, felices de verdad.
"Sí no te haces como un niño, no entrarás en el Reino de los Cielos".
El compartir es una hermosa llave que nos permite actuar y asemejarnos al compartir espontáneo (libre), cristalino, sin máscaras; propiedad (cualidad) sobresaliente y única de los niños. "Dejad que los niños vengan a Mí"; sin trabas, abiertos, como cuando nosotros éramos como tales y al compartir volvemos a ser "niños".
El Espíritu Santo, ciertamente, no puede estar ausente de este cuadro de relaciones interpersonales. Por una parte, el Espíritu es un regalo o "don" que el Padre y Cristo nos otorgaron. Por otro lado, el Espíritu nos revela que el Padre es Padre nuestro. Y para que vivamos realmente nuestra condición de "hijos", nos une con el Hijo, la "verdad" personificada. "Para que, hijos en el Hijo, clamemos en el Espíritu: Abba!, Padre!".
Aquí tenemos algunos de los datos con que el Nuevo Testa¬mento nos Revela el sentido de la experiencia cristiana. Allí, todo gira, en un dinamismo interpersonal, en torno a la STMA Trinidad. En consecuencia, la actitud cristiana será la disposición habi¬tual para tener una relación asidua y familiar con cada persona divina. El Concilio VATICANO II, no es extraño si tenemos en cuenta lo anterior, coloca la vida cristiana o espiritual en una pers¬pectiva de acercamiento al Padre por Cristo en el Espíritu Santo.
Así pues, quien se precie de cristiano, deberá colocar la mira de sus intereses en la figura del Dios Uno y Trino. Esto, en las primeras etapas de la vida espiritual, sólo es posible mediante la fe, el darse cuenta por todos los regalos que recibí desde que nací y doy gracias. Posteriormente, como regalo gratuito del Padre, la relación con cada Persona Divina, puede convertirse en una "expe¬riencia mística".
Antes de terminar, quiero subrayar el carácter trascendente del cristianismo. Quiero decir con esto, que el Dios cristiano irrumpe en nuestra historia haciéndose presente por ciertos eventos históricos, por medio de la palabra y, en especial, por medio de Cristo. Y así, resulta como un horizonte que supera las categoría humanas. Es un Dios amor que, en Jesucristo, se da al hombre como si el hombre fuera el Señor y Jesucristo su esclavo.
Este don que el Padre nos hace de sí mismo por medio de su hijo, es gratuito. Y si el hombre lo acepta, lo acepta libremente. Sin embargo, esta aceptación requiere un proceso de "reencuentros" Es decir, que hay que romper con las psicologías de la "auto actua¬lización", del "propio placer", del "deseo de poder", etc.
Consiguientemente, el cristiano se centra en el Otro trinitario y hace de El un principio de acción. Más adelante veremos que, según la experiencia de los místicos, Dios es el más profundo centro del hombre, por tanto, lejos de alienarse o despersonalizarse, el hombre se encuentra a sí mismo en su encuentro con Dios.
Por último, considero útil una aclaración más. Algún autor habla de la "experiencia espiritual". Y me parece advertir, después de las aclaraciones que ofrece, una identidad con lo que aquí llamamos "experiencia cristiana" Todavía más cuándo la experiencia cristiana es vista como relación personal con la Tri-nidad.
La experiencia de la gracia
También se puede hablar de experiencia de la gracia cuando el hombre se pone en contacto con los signos de lo divino; los sa¬cramentos con sus ritos, símbolos, etc., que son signos sensibles . de la acción de Dios, la Biblia (leída como texto humano, pero comprendida como palabra de Dios, la Iglesia sociedad humana que es aceptada como Pueblo de Dios, etc. Cuando yo estoy sensible para escuchar a Dios, lo descubro en todo lo creado que en ese momento somos símbolos que me expresan un mensaje.
El amor al prójimo
Al hablar del concepto bíblico de hombre, recordé que el
Ju¬deocristianismo es el autor del concepto de persona. Ahora quiero señalar que Cristo eleva a la persona a la categoría de "prójimo" Amar o tratar al otro como prójimo no se queda en la mera ayuda al necesitado. Supone tina actitud nueva respecto al otro. Es una actitud que supone a Dios como compañero de la rela¬ción con el otro. Es un amar al otro "en Dios" En esta pers-pectiva el amor al prójimo es "COEFUSIVO" y "constante". Porque su vínculo es Dios y durará para siempre en El.
Más exactamente el otro se convierte en signo vivo de Jesu-cristo. De tal suerte se ha unido el Hijo de Dios, ontológica y amorosamente con nuestra naturaleza y condición humana, que llega a sentirse plenamente identificado con cada uno de los seres humanos.
Por eso, en el examen final de nuestra vida, Cristo dará por descontado que tuvimos un encuentro con El cada vez que nos to¬pamos con alguna persona. Y en ese momento supremo afirmará.
"Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, fui extranjero y me recogiste, estuve desnudo y me vestiste, enfermo y me visitaste, estuve en la cárcel y fuiste a verme…
Entonces tú le replicarás:
- Señor, cuándo te vi con hambre y te dí de comer o con sed y te dí de beber?, cuándo llegaste como extranjero y te recogí o desnudo y te vestí?, cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fui a verte?
Y el Rey les contestará:
- Te lo aseguro: cada vez que lo hiciste con un hermano mío de esos más humildes, lo hiciste conmigo".
Estas afirmaciones transparentes no dejan lugar a dudas para un cristiano. el otro no sólo es persona, sino también prójimo. Es un signo sensible de la presencia de Cristo. El prójimo es también camino para acercarse al Dios cristiano: "Amigos míos, amémonos unos a otros, porque el amor viene de. Dios y todo el que ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no conoce a Dios porque Dios es amor".
Por regla general, la experiencia se da a través de signos y símbolos naturales y sobrenaturales. Y, muy especialmente, a través del prójimo. Y así, "el que diga `Yo amo a Dios', mientras odia a su hermano, es un embustero, porque quien no ama a su hermano, a quien está viendo, a Dios, a quien no ve, no puede amarlo. Y este es precisamente el mandamiento que recibimos de El: quien ama a Dios, ama también a su hermano".
Definitivamente, uno de los medios privilegiados para tener una experiencia cristiana es el joven, el joven en cuanto prójimo. .
PSICOLOGIA Y CRECIMIENTO ESPIRITUAL
El Concilio VATICANO II dice que hay que intensificar "toda la acción pastoral en el fomento de las vocaciones, aprove-chando para ello todos los recursos útiles que ofrezcan las modernas doctrinas psicológicas y sociológicas".
Este es precisamente el objetivo de los dos capítulos siguientes: aprovechar los recursos útiles que nos ofrecen la psicología y la so¬ciología contemporáneas.
"ENCUENTRO JOVEN CON EL MUNDO"
(Valores de creatividad)
Se escuchan voces de alarma acerca de la pérdida de contacto con la vida. El hombre se ha ido mecanizando, mercantilizado, deshumanizando. Así, ha perdido su "original unidad con la naturaleza".
"Al vivir hoy día en un mundo mecanizado y sometido a la técnica, y al esfumarse cada vez más nuestros lazos de unión con el ritmo vital de la Naturaleza, se ha llegado al punto culminante de un camino que fue iniciado desde el advenimiento del hombre.
Es propio de la historia del hombre, que él, un hijo de la Naturaleza, se aparte de su inmediata conexión con ella para ponérsele enfrente y dominarla. Cuanto más crecen sus conquistas en este terreno, va perdiendo ciertamente algo muy esencial, el sentimiento de estar sumergido en la vida de la naturaleza y de participar de su ritmo.
El hombre se ha vuelto un ser excéntrico a la naturaleza y a su propia vida, y ha perdido en gran medida su unidad simbiótica con el mun¬do. Esta pérdida es la causante de la angustia existencial, de la angus¬tia mundana... La angustia mundana es el sentimiento estacionario del desaraizamiento, de la pérdida del apoyo y del desamparo en una Naturaleza que ha dejado de serle hospitalaria y familiar".
Teniendo en cuenta la necesidad que el hombre tiene del con¬tacto vital de la naturaleza, la juventud que yo conozco se propone mejorar este acercamiento.
Evidentemente, el organismo tiene sus límites de contacto como el cuerpo, el Yo, los valores personales, la capacidad de expre¬sión, lo familiar, etc. Esto significa que una persona no hará más contacto que el permitido con ,estos límites o fronteras. Si algo va contra los propios valores, entonces es rechazado.
Entre los principales vehículos del contacto se encuentran el mirar, escuchar, tocar, hablar, moverse, oler y gustar.
Todo lo anterior, como medio de contacto, esta supeditado a la percepción consciente ("AWARENESS") darse cuenta que.
A través del "AWARESS" o "percepción consciente" se hace posible vivir "aquí y ahora" en contacto con el ritmo vital de la naturaleza.
En forma más ordenada podemos recordar los requisitos para lograr un buen contacto:
Valoración de lo actual:
o temporal (presente vs. pasado o futu¬ro).
o espacial (lo que aquí vs lo ausente de allá)
o sustancial (la acción vs. ideas).
1) Valoración de la "percepción consciente" y la aceptación de la experiencia.
Quien a través de esta triple valoración sabe vivir en contacto con la vida, será normalmente una persona sana. En cambio, quienes han perdido la capacidad de contacto habrán caído en algún desa¬juste de la personalidad, de acuerdo a la gravedad del caso.
Pues bien, cuando la psicología nos enseña el camino concreto para vibrar con el ritmo vital de la naturaleza y de la vida, nos está estimulando para que cumplamos el ideal de la persona previsto por la Biblia. Porque el hombre bíblico es un hijo también y no sólo el patrón-sustituto de la naturaleza.
Además, la naturaleza que fue hecha por la "propia mano de Dios, se convierte en símbolo de la belleza y vitalidad divinas. Así a través de ella, el hombre puede tener una experiencia no sólo religiosa, sino también "cristiana". Cristo quiere que vivamos el presente.
TRANSFORMACIÓN DEL MUNDO
Pero no basta con el contacto, también se requiere mejorar juntos el mundo.
Al hacerlo más humano nos unimos más con ÉL
Es una necesidad o una tendencia.
En realidad, esta tendencia intensa hacia la transformación del mundo está más cerca del impulso creador que del impulso a la actividad.
"Su temática consiste en la tendencia a poner, merced al pro¬pio esfuerzo, en el mundo del no-yo, con el que limita el yo indivi¬dual, algo que acrecienta su valor".
Y lo importante no es lo que se hace sino cómo se hace. No importa la clase de trabajo o profesión que se ejercita. "Lo esencial es el modo de hacerlo". Así, resulta fundamental que sea tomado como algo propio, que se sienta responsabilidad de aquello que se hace. También se requiere una plena conciencia (percepción cons¬ciente) en el momento del trabajo.
"Un hombre simple que realmente realiza las tareas concretas inherentes a su trabajo y a su familia, es, no obstante su pequeña vida, más grande y más alto, en la escala de los valores, que el gran estadista que puede decidir con un rasgo de pluma el destino de millones de personas, que sin embargo, no toma sus decisiones de manera concienzuda.
El trabajo realizado de esta manera creativa, personalizada, consciente, responsable y concienzuda, es capaz de darle un: sentido a la vida. Se convierte en un porqué vivir.
Si la psicología es capaz de llevar al hombre a una mejor comprensión de su trabajo, la Biblia y la espiritualidad cristiana lo llevan a profundidades más luminosas para siempre.
El autor sagrado hace pronunciar a Dios el mandato de "some¬ter" la tierra y de "dominar" a los animales, juntamente con el de cultivar y conservar la naturaleza. Evidentemente, se trata de una invitación divina para que el hombre conserve y mejore la creación con su trabajo.
Esto lleva a la persona a asemejarse a su Dios, pues el mismo Dios ha "trabajado" al realizar la obra de la creación. De he¬cho, cuando Cristo vino a la tierra no se excluyó de la ley del traba¬jo. En verdad, siendo Cristo la palabra del Padre, ya trabajaba desde la eternidad, pues„el Padre ha hecho la creación por Cristo y en Espíritu.
Pero, no sólo se asemeja a Dios el hombre trabajador, sino que está actuando con El. Cada persona divina es principio de la existen¬cia y de la acción, por tanto, el trabajo se convierte en ocasión de una experiencia cristiana.
El VATICANO II está convencido de que el trabajo es una ocasión de encuentro con Dios, que teme la eterna condenación para aquellos que libremente descuidan "sus obligaciones temporales". Y, en la situación contraria, recomienda:
"Aprenda, ante todo, el seglar a cumplir la misión de Cristo y de la Iglesia, viviendo de la fe en el misterio divino de la creación y de la redención, movido por el Espíritu Santo, que vivifica al Pueblo de Dios e impulsa a todos los hombres a amar a Dios padre y el mundo y a los hombres en El".
Pero hay ocasiones en que el hombre se ve obligado a abando¬nar el trabajo porque lo ha visitado el dolor o el sufrimiento.
VALORES DE ACTITUDES FRENTE AL DOLOR
A.- Reflexiones sobre la moral de los Valores.
Me doy cuenta que la Moral pareciera ser el mundo de los No.
La Moral Cristiana es una unidad integral de contenido y sen¬timiento.
La Moral Cristiana consiste para mí en sentir como Cristo, plantearme sus mismos sentimientos en mis ideales y valores.
"TENED LOS MISMOS SENTIMIENTOS DE CRISTO" -
"Sentir con la Iglesia" - Iglesia.
La Moral tiene dos fronteras:
o Si el ser humano se considera sólo un animal y actúa por pulsión (Instinto), no hay Moral.
o Si el ser humano se considera sólo un robot y actúa por auto¬matización, por programación, no hay moral. Entonces, ¿qué es la moral?
La Moral es mi capacidad de tener un comportamiento con-ciente y libre en torno a un valor que es Jesucristo.
Claro que a veces me dejo llevar por el "reptil" que tengo dentro y "caigo" en las fronteras.
El contorno social no debe afectarse;
yo soy yo y mis circuns¬tancias" (Valores).
A pesar de todo sé que debo ser más consciente y más libre, es una tarea ética de cada hombre.
En mi vida debe existir una meta a la que llegaré por mi comportamiento consciente y mí libertad.
Mi meta puede alcanzar dentro de los sistemas éticos a:
INMANENTES: TRASCENDENTES:
Yo me miro dentro de mi mismo. Mi meta está fuera de mi mismo.
Estas pueden ser: Yo actúo respetando el orden cósmi¬co del Creador.
o Satisfacer mis necesidades materiales (Consumo)
o Realizar la justicia social para todos.
o Actuar racionalmente.
La ética inmanente me lleva a una Moral Autónoma (Auto abastecedora): Mi ideal es sólo descubierto por mi mismo, creado por mi mismo.
La ética trascendente me lleva a una Moral Ateroma. Las cosas son buenas porque están mandadas y las cosas son malas porque son prohibidas.
Frente a esto la Moral Cristiana produce la unidad entre lo inmanente y lo trascendente.
El elemento central de la Moral Cristiana es la encarnación de Jesucristo.
Sólo en la medida en que Dios se hace hombre yo puedo salvar la contradicción entre la Autonomía y la Heteronimia.
Dios al hacerse hombre une lo trascendente con lo inmanente. La Moral Cristiana en el camino ético consiste en seguir a Jesucristo en lo que Hizo y Dijo, en el mismo orden.
Que Hizo - Que Dijo = Definen sus sentimientos.
Hay varios ejemplos que grafican la Moral Cristiana:
1. La Moral es una moral que nace para el hombre y del hombre para la ley. "El Sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el Sábado". Es una moral de la persona más que de la ley.
2. Es una moral que privilegia al pobre, al desposeído, a los des¬preciados. A las Prostitutas, publícanos, convertidos, es una moral que "descoloca". Es para los que deseen salvarse estando en el pantano que estén.
3. Es una moral de lo pequeño, de lo humilde. Lo que mancha al hombre, es lo que sale de dentro de su corazón. "Cambia mi corazón de piedra por uno de carne".
4. Es una Moral de Opciones Globales a través de normas concretas, en un momento histórico (época de Cristo) orientado a todas la épocas, converge profunda¬mente hacia donde va el ser, humano y la humanidad.
B.- Hay que reconocer que la mayoría de las corrientes psicoló-gicas parecen no entender el sentido del dolor. Ordinariamen¬te se le ve como una oposición o negación de la vida.
En cambio FRANKL, sí está pensando en el sufrimiento que no buscamos directamente. Son aquellas situaciones de las que no podemos desembarazarnos. Pues bien, estos casos también encierran un valor, un valor de sentido. Claro que para convertirse en un valor, el sufrimiento tiene que ser asumido con una actitud positiva. Por tanto, lo valioso es la actitud personal que puede ser despertada por la visita del sufrimiento.
Realmente, "el sufrimiento no representa simplemente una posibilidad cualquiera, sino la posibilidad de actualizar el supremo valor, la ocasión para conferir plenitud al sentido más profundo de la vida. Cuando más allá de la voluntad de placer y de la voluntad de poder, encontramos la voluntad de sentido, entonces se nos pre¬senta como algo que va más allá del sentido de la creatividad y el sentido del amor, el sentido del sufrimiento".
El sufrimiento me ofrece la ocasión de aprender a escoger con que actitud voy a afrontarlo. Puedo elegir una actitud de desespera¬ción o de esperanza, de aflicción de calma, de nihilismo o de buen humor, de optimismo o pesimismo, de amor o de odio.
Evidentemente, los valores de actitud no se despiertan sólo ante el sufrimiento. En verdad están presentes en cualquier situa-ción de la vida en que el hombre opta por una determinada actitud. Pero, también es cierto que delante del sufrimiento el hombre se ve más urgido que nunca a tomar una actitud.
Casi todos los días tenemos que enfrentarnos con la enfer-medad, el dolor, el fracaso, el luto, el arrepentimiento, etc. Y la tendencia ordinaria del hombre común es la huida. Se opta por el. uso de calmantes, analgésicos, alcohol, narcóticos, etc. Incluso la psicoterapia es empleada con tal propósito.
El lolo maduro es capaz de trabajar, gozar, sufrir.
A este respecto afirma FRANKL:
"Hemos superado", y con mucho, el estudio de la psicoterapia clásica; ya no consideramos como única tarea de psicoterapia la de volver al hombre capaz de trabajar y, tal vez mejor, de gozar: pues al menos en la misma medida la psicoterapia debe estar en grado de volverlo capaz de asumir el sufrimiento, aunque persista el dolor
Dentro de su negatividad, el sufrimiento contiene verdaderos valores positivos. Entre ellos podemos señalar, con FRANKL, los si¬guientes:
1) El ejemplo. Quienes asumen positivamente su dolor y no se contentan con vegetar, nos hacen un bien enorme al damos ejemplo de cómo debemos afrontar el sufrimiento que algún día nos asaltará.
2) El crecimiento. A través de la actitud adoptada ante el sufri¬miento, se va adquiriendo mayor fuerza para superar las dificultades de la vida. Lo cual, ciertamente, nos permite crecer.
3) La madurez, puesto que mediante el sufrimiento "el hombre alcanza una libertad interior, no obstante la dependencia externa".
"En el modo como se toma sobre sí el dolor impuesto, en el cómo se sufre, está la respuesta al por qué del sufrimiento. Todo depende de la posición, de la actitud: hacia el dolor, naturalmente hacia el dolor necesario, •predestinado y, precisamente por eso, capaz de ser inundado de sentido y de la realización de los valores de actitud, la cual (realización) es posible gracias al dolor":
No hay amor más grande que el dar la vida por el amigo.
FRANKL tiene "una última palabra, no para el hombre que sufre, sino para el hombre que se acerca al que sufre y sufre con él: igual que el dolor, tiene sentido el vivir juntos, el sufrir juntos; pero también eso es significativo y silencioso; el confortar tiene límites y donde todas las palabras serían poca cosa, allí toda pala¬bra está de más".
Me imagino que el lector habrá comprendido que las consi-deraciones anteriores nos acercan al misterio de la cruz. De la cruz que el Hijo de Dios se cargó libremente. Y no en forma obliga¬da y cruel para desahogar el afán vindicativo del Padre, sino por amor al Padre y al género humano.
A partir de entonces, el dolor ha quedado penetrado por la energía del amor con que Cristo lo contagió. Así, todos los sufri-mientos que se nos imponen tienen un nuevo sentido. La Cruz, con todos los sufrimientos que encierra, es un vehículo de amor. De Dios para el hombre y del hombre para Dios y para su prójimo.
El cristiano encuentra en el amor la luz necesaria para captar el sentido del misterio del sufrimiento. Es un misterio porque desborda nuestra capacidad de comprensión. Más aún, porque siendo Dios omnipotente y bueno, no lo desterró de este mundo. Por el contrario, Dios mismo hizo suyo nuestro sufrimiento ( en la per¬sona de Cristo..
Por tanto, el hombre puede sufrir en compañía de Dios igual que Dios ha sufrido en compañía de nosotros. En compañía de Dios es posible sufrir con alegría. Porque "el Espíritu de la Gloria, que es el de Dios, reposa sobre vosotros".
El INOCENTE pidió perdón para lograr la reconciliación universal por el amor. . . dándonos ese mismo poder... (MT 18, 18) del pueblo sacerdotal. Familia de Fe
RESPONSABILIDAD ANTE LA ECOLOGIA
Los científicos que comprenden la importancia y gravedad de los problemas ecológicos están seriamente alarmados. Pues el hombre parece estar perdiendo el control de sus propios inventos, adelantos técnicos y progresos científicos. En consecuencia, la naturaleza se ve seriamente amenazada en su equilibrio. Incluso se ve amenazada por el peligro de la destrucción total.
Bástenos pensar en el potencial destructor de los instrumentos bélicos a partir de la construcción de la bomba atómica.
En términos más concretos, estamos asistiendo al asesinato de la naturaleza por la contaminación del aire, tierra y agua lo cual es, el resultado del: desperdicio de carburantes, energéticos, etc.
Evidentemente,, estos crímenes contra la vida natural repercu¬ten inevitablemente en la salud y en la vida de las personas.
Y todo esto contraría los planes de Dios. El quería que la tierra fuera habitable y acogedora para el hombre. Por otro lado quiere que las personas le ayude a conservarla y mejorarla. (Génesis 1.28).
El cristianismo no puede desentenderse de los problemas ecológicos. Por amor a sí mismo y a Dios Trino, creador de la na-turaleza, debe experimentar la urgencia de detener el asesinato de la vida natural y de los hombres que habitan en ambientes corrom¬pidos.
Hemos visto algunos detalles sobre la ayuda que la psicología y algunas otras ciencias nos ofrecen para acercarnos a la naturaleza y al mundo en general. Esto coincide con lo que una vida espiritual nos aconseja de acuerdo a los planes de Dios. Algo que le interesa más a Dios es el amor al prójimo: Pero el amor al prójimo es imposi¬ble sin una buena relación interpersonal. Veamos, pues, lo que la psicología nos dice al respecto.
RELACIONES INTERPERSONALES
La psicología contemporánea, especialmente en las corrientes existencial y humanística, tiene plena conciencia de la importancia de las relaciones interpersonales auténticas. Sabe muy bien que el camino para el cambio hacia la madurez personal es una buena relación humana.
La persona no logra crecer como tal; en base a ideas, propó¬sitos o proyectos. Necesita del otro, de un tú, visto como "tú" y no como "ello" u objeto.
La evidencia de esta realidad, todas las corrientes terapéuticas van valorando, más y más, el valor de la relación personal cálida e incondicional.
Para compartir de persona a persona yo necesito estas aptitu¬des:
A) Autenticidad ("Congruencia")
Esto significa que la persona que desea lograr una buena rela¬ción debe-ser genuina en sus manifestaciones. Es decir tiene que qui¬tarse las máscaras y mostrarse como realmente es.
Evidentemente, para poder tomar esta. actitud, la persona necesita ser "consciente" de lo que realmente es. Y comunicará su ser en la medida que resulte conveniente u oportuno en relación con el interlocutor.
Pero, no basta con saber lo que se sienta, se piensa, se expe¬rimenta y se es. También es necesario aceptarse tal cual. Entonces sí será posible mostrarse auténticamente a los demás de acuerdo con la conveniencia del momento.
Lo mismo vale cuando la persona experimenta sentimientos de luz o sombra. Unos y otros pueden resultar amenazadores o pe¬ligrosos para el otro. Es entonces cuando hay que calibrar y medir el alcance de nuestras manifestaciones.
Se comprenderá que no es posible saltarnos de la INAUTENTICIDAD a la que nos ha acostumbrado la sociedad, a la autentici¬dad libre y cristalina. Es inevitable que pasemos antes por gestos impropios o exhibicionistas. Además, no confundamos la in autenticidad con la hipocresía. En esta hay intención de engañar y en la primera se quisiera ser lo que no se es. Por ejemplo, yo quisiera sentir tristeza ante la muerte de un desconocido pero no la siento. Y me pongo la máscara de gestos tristes tratando de acercarme a sus familiares
B) Empatía (es sentirse dentro del otro), Amor a la presencia del Creador (en alguna forma) en lo íntimo de mí. Juan 14,23.
La etimología de esta palabra nos sugiere una dinámica espe¬cial que nos permite "sentir" "en ' o "dentro" del otro.
Más técnicamente la empatía designa la capacidad para lograr una cuidadosa comprensión del mundo privado del otro, Implica la habilidad para percibir el mundo del tú desde el marco de referen¬cia que el tú está adoptando en un momento concreto.
De esta manera, cuando el mundo riel otro es claro para la persona, existe la posibilidad de ayudar al otro a captar con claridad detalles que para él mismo son poco claros. Desde luego, la compren¬sión enfática difiere enormemente de los juicios críticos que ordina¬riamente recibimos de los demás. Y la clave está en que la empatía se presenta como la impresión o reacción que la persona experimenta ante los datos ofrecidos por las conductas del otro. Por tanto, no cabe la posibilidad de afirmaciones tajantes acerca del interlocutor. Más bien se prefirieren las afirmaciones, —hipotéticas—. "me parece", "yo creo", "yo siento", "me imagino", —lo que percibo", "mi impre¬sión es" etc. O sea, que la persona se responsabiliza de lo que ella capta del otro, sin pretender dogmatizar acerca de lo que el otro es.
Para que sea posible mantenerse en esta actitud respetuosa y sincera a la vez, se requiere una aceptación plena de los demás.
C) Aceptación incondicional
De niños nos topamos con gentes que nos aceptaban pero sólo en forma condicionada. Al menos eso nos daban a entender. Si no eres travieso, si estudias, si no te sales a la calle, si no frecuentas tal amigo.... Y como al mismo tiempo experimentábamos gran necesi¬dad de afecto, aprendimos a ceder, Acabamos por adaptarnos al pun¬to de visto ajeno con tal de recibir cariño.
Esto nos hace perder confianza en nosotros mismos. Nos tornamos dependientes .Olvidamos los puntos vista mío, para recibir una pizca de cariño.
Más concretamente, la aceptación incondicional lleva una fuerte dosis de afecto, cariño, calor y apertura para el otro, indepen¬dientemente de las conductas que pueda estar realizando. en un determinado momento. Y a todo esto en forma tal, que no excluya la posesión afectiva del otro. Al mismo tiempo que se acepta exacta¬mente lo que el otro está experimentando: amor, odio, rebelión, pasividad, desesperación, ira, etc.
"Eso significa una forma de amor para la persona tal y como es, aclarando que nosotros entendemos la palabra amor como equi¬valente al término teológicos: ágape".
Por último, habría una cuarta condición: que el otro capte con claridad mis actitudes de autenticidad, empatía y aceptación incondicional.
La Realidad presenta un carácter masivo: vacío, soledad. mie¬do, ansiedad, agresividad sin objetivos, en una palabra, insatisfacción generalizada. El vacío nace del sentimiento de impotencia de que es poco lo que podemos cambiar en nuestra propia vida y en la socie¬dad, y, finalmente, de que nada es importante. La soledad expresa la pérdida de contacto con la naturaleza y con los otros, en términos de amistad y ternura: falta de coraje para el compromiso, el miedo es fruto de las amenazas objetivas a la vida, al trabajo, a la sobre vivencia colectiva del género humano.
La ansiedad tiene su origen en el miedo imaginado, la ignorancia acerca de lo que conviene hacer, en quien creer y qué esperar; cuando la ansiedad se posesiona de toda una cultura significa que toda ella se siente amenazada y pre¬siente su fin próximo. La agresividad sin objetivos, revela la ruptura con las normas de contención sin las cuales una sociedad no se cons-truye ni, se defiende; pone de manifiesto la anomia y la pérdida de Sí mismo.
Frente a esta realidad el "ágape" se hace presente con todos sus derechos.
Las formulaciones abstractas, aunque sean correctas, no conmueven a nadie, puesto que a través de ellas sólo es solicitada la inteligencia. Como ya lo decíamos recordando las observaciones de Pascal y de SAINT-EXUPERY: "Es el corazón el que siente a Dios no la razón"
y "sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisi¬ble para los ojos".
La encarnación es, un misterio de simpatía y empatía divinas, como decían los Padres griegos. Dios se siente atraído apasionadamente al interior de la naturaleza humana. En¬tonces, decir Dios encarnado es decir Dios niño que llora. que es amamantado, que sonríe. Es representarse concretamente la vida de Jesús en los cansinos polvorientos de Palestina. sus diatribas entre los fariseos, su convivencia con los apóstoles, su hambre, su sed, su amor por María y Lázaro, su angustia en el huerto de, los olivos, su abandono en la cruz.
"Un tierno sentimiento de compasión lo transformaba en Aquel que quiso ser crucificado".
Por la compasión se busca la identificación con el dolor del otro; es sentirse junto a, sufrir en comunión.
El corazón siente, canta, alaba, vibra, llora, se compadece. El corazón siente el latido de otro corazón. En todo se percibe esta fuerza volcánica del corazón, domesticada, sin embargo, por la penitencia y la cruz.
Pide dos gracias, el dolor y el amor: "Señor mío Jesucristo, dos gracias te pido que me concedas antes de mi muerte: la prime¬ra que yo experimente en mi vida, en el alma y en el cuerpo aquel dolor que tú soportaste en la hora de tu acerbísima Pasión; la se¬gunda que yo experimente en mi corazón, en la medida posible, aquel amor sin medida en que tú, Hijo de Dios, ardías cuando te ofreciste a sufrir tantos padecimientos por nosotros pecadores".
ACTITUDES BASICAS Y AMOR CRISTIANO
En realidad, el amor cristiano, amor de aceptación, supone las tres actitudes básicas: autenticidad, empatía y aceptación incon¬dicional.
Si el amor supone un "don de sí al otro", entonces requiere autenticidad por parte del que ama. De otra forma no será un "don de sí", sino de lo que se quiere ser. La moneda que se en¬trega al otro será falsa.
A decir verdad, la dinámica del amor estimula naturalmente la autenticidad. Quien ama de verdad no tiene secretos para el otro. Por tanto, las máscaras y las "fachadas" están de más. De por sí, amor e in autenticidad no suelen ir de la mano.
Aparte de la autenticidad, el amor necesita la capacidad de comprender empáticamente a los demás. Incluso se puede afirmar que, psicológicamente hablando, el amor penetra más profundamen¬te en el mundo del otro que la empatía.
Igual que en la empatía, "en el amar abandonamos la quietud y asiento dentro de nosotros, y emigramos virtualmente hacia (la persona) u objeto.
Y ese constante estar emigrando es estar amando"'
Pero el amor no se contenta con percibir el mundo del otro como él lo contempla. Va mucho más allá. Y "amor es el único camino para tocar el más profundo centro de la personalidad del otro ser humano. Ninguno puede estar plenamente consciente de la verdadera esencia del otro ser humano a menos que lo ame.
Por el acto espiritual del amor él está capacitado para mirar los rasgos y facciones esenciales de la persona amada; más todavía, él descubre lo que es potencial en ella, que todavía no está actualizado pero que ya debe ser actualizado. Más aún, con su amor, la persona amante hace capaz a la persona amada de actualizar esas potencialidades. Haciéndola consciente de lo que puede ser y de aquello que puede lograr, consigue que esas potencialidades sean un hecho".
Si nos fijamos bien, el amor supone la empatía y la supera con mucho. No sólo capta lo que el otro es o vive, sino también lo que puede llegar a ser.
En cuanto a la aceptación incondicional no hay mucho que decir. Pues en el "amor materno" podemos apreciar la aceptación no condicionada. La madre ama a su hijo por el simple hecho de serlo. Aunque hay otras formas de amor que no conllevan naturalmente lo incondicional, recordemos que el amor cristiano sí. Es por ello que puede extenderse, a pesar de la repug¬nancia de FREUD, a los enemigos.
Creo que resulta obvio que el aprendizaje de las actitudes básicas facilita el ejercicio del amor. Más todavía, si alguien no logra adoptar tales actitudes, difícilmente será capaz de amar al otro como prójimo.
Por otro lado, el aprendizaje de las actitudes básicas es pre-sentada en términos de acción tan concretos, que evita el riesgo del idealismo sentimental. Incluso existen escalas para medir los avan¬ces logrados.
Finalmente, cuando ROGERS se preguntó cuáles eran "las condiciones necesarias y suficientes para el cambio terapéutico de la personalidad", respondió que eran, precisamente, la relación interpersonal y la satisfacción de las necesidades psicológicas junto a su motor que son los dones del Espíritu Santo. Pues bien, esta es la coincidencia más radical con el amor. Pues el amor no es algo que existe como cosa, sino algo que se produce en la relación Yo-Tú. Además, la propiedad más valiosa del amor es que crea al amado, lo hace ser él mismo.
“Por último, puedo decir que el amor-ser, en un sentido pro-fundo pero demostrable, crea al amado. Le da una imagen de sí mismo, le da auto aceptación, un sentimiento de ser merecedor de amor y respeto, todo lo cual le permite crecer. Es una pregunta justificada la de si el desarrollo completo de un ser humano es posi¬ble sin él".
Creo que esto último coincide con el ejemplo y la doctrina de Cristo. Por eso concluyo que la psicología, enseñándose a vivir las actitudes básicas, nos introduce a la vida espiritual o cristiana, que integra todo.
REDESCUBRIMIENTO DEL PROPIO YO
Considero que el hombre tiene tres clases de mundo. el am-biental o el circundante "el social o el de las personas y el mundo propio.
El mundo interior, presupone autoconciencia, autor relación, y sólo está presente en los seres humanos. Pero no es solamente una experiencia interna y subjetiva; es mas bien la base sobre la cual nosotros vemos el mundo real en su verdadera perspectiva, la base a partir de la cual nosotros nos relacionamos. El es la captación de las cosas del mundo -este ramo-de flores, esta otra persona- con su significado para mí".
Esto quiere decir que sólo a partir de mi Yo puedo relacionar¬
me realmente con la naturaleza y con las personas. "Cosa extraña: para ver el paisaje es necesario vivir dentro de uno mismo. En reali¬dad, sólo vemos en su inmensa plenitud la naturaleza que nos rodea.
cuando somos capaces de percibirlo, mirándola, allá en lo hondo del yo, como reflejada en el agua profunda y tranquila de un pozo
Creo que sin caer en un idealismo craso se puede reconocer que el propio mundo interior de un "decididos de realidades". Por lo mismo, un hombre superficial difícilmente vibra con la realidad, sea natural que social. Sin mundo interior donde resue¬nen los estímulos, casi no hay mundo exterior.
MI MUNDO INTERIOR
Por mundo interior podemos entender todo lo que ocurre en el seno de la persona misma: respuestas a los estímulos, emociones, sentimientos, motivos, pensamientos, decisiones, etc. Para algunos habría que pensar en, tratándose del mundo interno, en el "sí mismo personal" (Self)
Nótese que no se considera al mundo interior como algo estático o como una cosa. Al contrario, es una serie de procesos. Es una manera dinámica de reaccionar ante los estímulos ambienta¬les u orgánicos.
De acuerdo a esto, el "si mismo personal" es visto como algo meramente dinámico. Como el encuentro armónico de las dis-tintas funciones del ser humano.
Así tenemos que "sólo la temática de las vivencias endotími-cas proporciona a la persona humana su riqueza y concreción de contenido. Es en la medida en que esta temática se integra con las funciones del yo, lo cual se logra permitiendo acceder al pensamien¬to lo que pulsa en la vida endotímica y enfrentándolo con la volun¬tad, como se constituye el "sí mismo personal" como el centro propio de la persona humana. En tanto el hombre vive sólo a merced de sus impulsos ENDOTÍRRÚCOS, todavía no representa un "si mismo personal", tampoco si sólo vive según las órdenes abstractas de la voluntad y de las reglas del pensamiento. Sólo cuando ambas capas se abren recíprocamente y cooperan íntegramente se realiza el "sí mismo personal".
Resulta patente que la vida en este mundo interior es mera-mente psicológica. Así que tener "vida interior" no es algo religioso. Sin embargo, aparece como un paso que puede acercar al "fondo del alma" donde los místicos han descubierto y "experimentado" a Dios.
Cuando la psicología nos estimula para que seamos conscientes de lo que ocurre en nosotros, de lo que experimentamos, de los sentimientos que vivimos, etc., nos está preparando el camino hacia el "centro" de la personalidad, allá donde la Trinidad habita. Desde luego que ese centro hay que seguir tomándolo en forma dinámica.)
Según algunos, la auténtica relación interpersonal se produce cuando hay un encuentro de lo interior a lo exterior de los interlocutores. Lo cual significa que el contacto con la propia reali¬dad personal tiene mucho que ver con el amor al prójimo.
Una forma muy práctica de entrar en el propio mundo inte-rior es la percepción consciente (DARSE CUENTA) de la propia experiencia.
MI EXPERIENCIA PERSONAL
Ya antes hablé de la "experiencia". Sin embargo, ahora abor¬daré algunos puntos más prácticos.
Un camino para viajar al mundo interior es, justamente, el percibir conscientemente la propia experiencia, "darse cuenta".
La mayoría de las gentes suele estar cerrada a la experiencia. Cuando recibe información del ambiente o de su propio ser, procesa tal información de manera tal que no logra percibir realmente lo que sucede. Por ejemplo, si yo empiezo a sentir enojo o ternura ante una persona, es fácil que lo niegue si preveo cierto riesgo. A esto le llama ROGERS una "defensa" o falta de apertura a la expe¬riencia.
La apertura a la experiencia supone, por el contrario, la capa¬cidad de vivir "aquí y ahora". Implica también la captación de cada estímulo con total exactitud aunque, tal vez, no se pueda verbalizar.
La experiencia denota "la porción de estímulos presentes e incluye la totalidad de la estimulación psicológica, sensaciones, sen¬timientos y conocimientos que se originan por las fuentes tanto ex¬ternas como internas".
Por tanto, vuelve a ser evidente que se trata de un proceso.
Es evidente que la forma de procesar la información recibida o la forma de experimentarla determina el contenido de la experiencia. Un mismo hecho puede ser "EXPERIENCIADO" como malo o como ,bueno de acuerdo al punto de vista que la persona adopte. Desde luego estoy pensando en hechos moralmente neutros.
Al hablar de la "forma de procesar la información" podemos pensar en lo que llamábamos "asimilación".
GENDLIN nos propone un método para entrar en contacto con la propia experiencia. Le llama "afocar". En breve, contiene los siguientes pasos: tome aire, retenga, exhale, en una frecuencia de 7 segundos. Esto en cada paso que a continuación señalamos.
1) Silencio. Relájese, Pregúntese: ¿"Cómo me siento? ¿Cómo estoy ahora? ¿Cuál es la cosa principal para mí ahora?" (30 segundos).
2) Trate de sentir todos los problemas o asuntos, no los piense (10 seg.)
3) Fíjese en cual sentimiento sobresale. Concéntrese en él (1 minuto).
4) Persiga con la atención ese sentimiento y deje que de él broten palabras o imágenes. (1 minuto).
5) Si ese sentimiento cambia o se mueve, déjelo. Pero, sígalo con la atención o dondequiera que vaya. (1 minuto).
6) Ahora tome lo que es nuevo o más vivo del sentimiento en este preciso momento. Trate de encontrar nuevas palabras o imágenes para describirlo con frescura y novedad. (1 minuto)
7) Si las palabras o imágenes nuevas producen alguna diferencia, trate de verla.. Deje que las palabras o imágenes cambien hasta que puedan vibrar exactamente con lo que son sus sentimien¬tos. (1 minuto).
En otro de sus métodos, este autor recomienda a la persona que se escuche a sí misma. Para ello le recomienda guardar silencio, no solo vocalmente sirio también mentalmente. Porque cuando pensamos estamos hablando con nosotros mismos. Esto se hace hasta que aparezca algún sentimiento o asunto o palabra.
Yo encuentro gran parecido entre estas técnicas y las que se emplean en la meditación. Sólo que en este caso se intenta escuchar no sólo "la pequeña voz", sino la palabra de Dios que habita en el interior del hombre. (que lo invita cada día a crecer como persona.
Me imagino que quien logre estar en contacto con su experien¬cia está mejor "dispuesto",naturalmente hablando, para cap¬tar por la fe, a las Personas Divinas que siempre lo acompañan amoro¬samente.
Evidentemente que para encontrarse con Dios Trino hace falta la gracia divina. Pero, Dios no niega el sentimiento de su presencia a quienes se "disponen" adecuadamente tomando una actitud teologal.
Además, cuando el hombre intenta unirse con Dios, se dirige a lo más íntimo y personal de su propio ser, lo cual, psicológicamen¬te, es fuente de integración de la personalidad.
EL CENTRO DE LA PERSONALIDAD
La Biblia, según vimos antes, utiliza la palabra corazón para referirse a lo más íntimo y central del hombre.
Posteriormente, los santos y los místicos sintieron necesidad de situar dentro de si un núcleo vivo y vivificante. Según ellos, es allí donde Dios habita.) Más todavía, las relaciones personales del hombre con la Trinidad, ocurren en ese "centro muy interior del alma, que debe ser a donde está el mismo Dios". Aún más, en su experiencia de Dios, el místico percibe que Dios es “el fondo del alma”, o que el “centro del alma es Dios”. “Lo más intimo de la intimidad”.
La psicología contemporánea tiene gusto en mantener 1 noción de "corazón", para seguir indicando el centro de 1 personalidad. Lo cual, aparte de señalar el punto más pro fundo del ser humano, indica también aquello que de cohesión a 1 personalidad de modo que resulte como un todo orgánico (Gestalt;
Las nuevas "terapias corporales" defienden la necesidad d que la persona descubra en sí misma "un sistema central del y que se extiende a lo largo del cuerpo, especialmente entre la cabeza y la región pélvica y abraza tanto la mitad del frente como la mitad trasera de dorso".
Sólo cuando se localiza este centro, equivalente corporal de la noción de "Self" (sí mismo personal), el hombre puede aprovecha "la sabiduría del cuerpo".
Ahora bien, este centro no es exclusivamente corporal. Se refiere a la totalidad del ser humano. Se localiza, "la región central del ser y del funcionamiento, dentro de las profundidades del cuerpo así como de la psique".
Tenemos, pues, que la psicoterapia nos lleva a "centrarnos" y la vida espiritual nos empuja hacia el "centro del hombre" que es Dios Trino. Creo que el ensamble de ambas resulta exacto. En realidad, la espiritualidad pretende alcanzar "el más profundo centro" del hombre. Con lo cual se da a entender que sus alcances huma¬nos son mucho mayores que los de la psicología y la psicoterapia.
El punto siguiente nos permitirá precisar un poco más los pasos que conducen hacia "el más profundo centro" de la personali¬dad.
ENCUENTRO CON DIOS EN LA ORACION
Se dice que la oración, es "la más espontánea y la más perso¬nal expresión de la religión". Y si bien "la oración no es la re-ligión entera... sí constituye, empero, su centro".
La psicología integrada la considera como un camino para encontrarse consigo mismo y, en consecuencia, con el mundo y con los demás.
Y cuando el psicólogo tiene en tal el concepto de la oración no puede dejar al abandono la oración. Alguien escribe:
"Con el colapso de la Cristiandad como fuente de experien¬cia individual y espiritual, la oración se ha visto ampliamente aban¬donada. La oración silenciosa y contemplativa parece haber sido la única forma más ampliamente usada y culturalmente aprobada en el ORIENTE Y Occidente. Así, con la pérdida de la oración, el Occidente ha per¬dido los importantes beneficios de la meditación que tienen poco que ver con el credo religioso. La meditación es un medio para lograr equilibrio psíquico y para desarrollar el contacto con la experiencia interna y con los recursos más profundos". Es un derecho divino.
Efectivamente, los estudios experimentales, fisiológicos y sicométricos realizados en personas que hacen "meditación tras-cendental", comprueban con creces el anterior punto de vista.
Como la psicología no puede ir más allá de la constatación de los efectos benéficos de la oración, voy a valerme de la teología espiritual para señalar algunos de los elementos que componen la estructura de la oración.
Pasos útiles para Experienciar mi oración.
1) Relacionarse con El.
2) Compartir con el E.S. mis alegrías y penas.
3) Dar gracias siempre.
4) Hacer silencio interior.
5) Decidirme a orar siempre.
6) Introducir, redescubrir esta potencialidad divina regalada en el Bautismo
7) De simple presencia, de silencio
8) El corazón de la Oración es escucharlo a El
9) Orar con todo mi ser
10) Tiempo, lugar, momento adecuado
11) Orar en el nombre de Jesús.
Oración del Principiante
o no comprende su valor
o el que se aburre
o el que se pierde si no le leen
o es una de tantas actividades y no la más importante
o lo hacen porque están mandados y no como una necesidad para creer.
ESTRUCTURA DINAMICA DE LA RELACION
La oración puede tener distintas formas (litúrgicas, personal, mental, vocal, ETC Contenidos (petición, alabanza, acción de gracias, etc.), motivaciones (angustia, búsqueda de paz, obliga-ción, costumbre, amor, etc.), métodos (discursivos, afectivos, contemplativos, etc.),
Pero en cualquiera de estos casos se mantiene una estructura básica: Dios que llama y espera, el hombre que acepta la invitación, y la relación que se produce entre ambos.
Esta estructura dinámica aparece claramente desde el Antiguo Testamento. Con la venida de Cristo la relación del hombre con Dios tiene un matiz más personalista como veíamos al hablar de la experiencia cristiana.
En el contexto cristiano la oración es "ser o, vivir", por una relación amorosa, nuestra realidad de hijos del Padre, por medio de nuestro hermano Jesucristo, en el amor del Espíritu Santo
Por tanto, la oración se presenta como la respuesta que La persona da al Dios tripersonal Más concretamente, . es la respuesta al Dios de la revelación. Una respuesta de fe a Dios Padre que se nos revela por Jesucristo y en el Espíritu Santo.
Al hablar de la respuesta a Dios, se nos plantea la cuestión del dinamismo que hace posible el encuentro con Dios. Ese dinamis¬mo está constituido por las llamadas "virtudes teologales": fe, espe¬ranza y amor.
La teología actual nos explica que ese dinamismo parte de Dios mismo. En parte, Dios es fe y esperanza y amor. Dios, en cuan¬to que se revela, es el contenido de la fe. En cuanto que ofrece su apoyo y alegría, es esperanza-. Y en cuanto que brinda su amor, es la caridad.
Esto significa que la dinámica teologal, fe-esperanza-amor, no existe, sino que se produce. Se produce entre Dios y el hombre. Existe cuando una persona acoge al Dios Trino que se revela, cuando se apoya en El y cuando lo ama. Esto es lo que lleva a decir que la oración no existe, lo que hay es el orante; yo digo que tampo¬co hay orante, lo que existe es la relación interpersonal-teologal del hombre con Dios
Esta dinámica teologal es lo que hace posible lo que llamába¬mos "descentrarse" al permitir que Dios Trino irrumpa con su novedad sobrehumana en nuestras vidas. Porque la ve, después de ponerse en relación personal con Cristo, me hace creer en cosas que no veo ni entiendo: el mundo está amparado por la providencia del Padre, los hombres son mis hermanos y Cristo está en ellos, Dios Trino habita en mí y me ama las veinticuatro horas del día.
La esperanza me hace rasgar el futuro lanzándome hacia un panorama abierto donde realizará, con el apoyo de Dios y con el ejercicio de mi libertad, mi propio destino. Y esto a pesar de lo ne¬gativo y oscuro de la situación actual del mundo y de la sociedad en que vivo.. Sólo porque cuento con la Promesa del Padre, pronun¬ciado por Cristo, y resonada en mi interior por el Espíritu.
Finalmente, apoyándome en la, fe, lucho y me esfuerzo por amar a los demás corro prójimo aunque los demás me parezcan más un anticristo y no Jesucristo.
Pues bien, la oración realizada teologalmente, me hace romper mis categorías, mis tendencias y sentimientos, para meterme en el horizonte nuevo e ilimitado de Dios. Es por eso que oración y egoísmo no van de la mano. La oración me hace "existir" cristiana¬mente rompiendo los límites dei Yo. Y consigue la autotrascenden¬cia al trasladarse a la intimidad misma de Dios Trino.
PROCESO DE LA INTIMIDAD INTERPERSONAL
El acercamiento a la intimidad de Dios que habita en lo más íntimo de mi intimidad está sujeto a la ley biológica del crecimiento. Esto por cuanto respecta al hombre, porque Dios se une con el hombre en el mismo instante en que encuentra una abertura en el corazón de la persona.
Pero, el hombre está sujeto al tiempo. Así cono en la amistad humana que tiene que ir recorriendo un largo camino de intimidad compartida, de igual forma en relación personal con las Perso¬nas Divinas, tiene que someterse a un lento proceso de amor y amis¬tad.
Y si Dios constituye el más profundo centro de la persona, entonces, la amistad con El conlleva un proceso de acercamiento a sí mismo. Para aclarar esta afirmación me permitiré recordar alguna de las teorías de ROGERS.
Según este autor, el proceso de convertirse en persona supone, entre otras cosas, que la persona se abre más a su propia experiencia interior y, a partir de sí misma, escoge la dirección de su existencia.
En otro lugar del mismo libro, ROGERS distingue siete etapas del proceso personalizante. Allí señala distintos elementos que entran en cada etapa: sentimientos, percepción de la propia expe¬riencia, grados e incongruencia, comunicación del Yo-mismo, tipo de experiencia, relación con los problemas y manera de relacionarse con los demás, en el compartir.
Yo voy a tomar cuino ejemplo el caso de los sentimien¬tos con el darse cuenta. Pienso que puede captarse en ellos el proceso de interiorización o de integración con el propio centro personal, preparándose para que la semilla divina bautismal se desarrolle en santidad.
Cuando me "dí cuenta" que Dios me invitaba a crecer sin límites me decidía ello.
Aquí están mis etapas.
1ª. Etapa: La persona no es consciente de sus sentimientos, no los describe y no hay evidencia de que sean aceptados de alguna manera. Aunque se muestran, no son reconocidos como tales por el sujeto.
2ª. Etapa: Los sentimientos son descritos, algunas veces, como obje¬tos pasados, externos al yo y noo como algo propio.
3ª. Etapa: Hay más descripción de sentimientos y "significados" personales, pero no del presente. Además, son vistos como ma¬los, inaceptables o anormales. Pero, cuando se muestran clara¬mente, el individuo puede reconocerlos como sentimientos.
4ª. Etapa: Los sentimientos y significados personales son descritos cómo parte del yo. Hay bastante aceptación de estos senti¬mientos que se conocen y describen. A veces son descritos en el presente pero esto ocurre como si fuera contra los deseos de la persona.
5ª. Etapa: Muchos sentimientos son libremente expresados en el momento en que ocurren y, por tanto, son experimentados en el aquí y ahora. Estos sentimientos son vistos como algo propio y son aceptados. Los sentimientos que antes eran negados, tienden a emerger a la conciencia, aunque hay miedo y desconfianza en su aparición.
6ª. Etapa: Sentimientos anteriormente negados a la percepción cons¬ciente, son ahora experimentados con timidez y aceptación. Esta experiencia es algo que es, no algo que es negado, temido o contra lo cual se lucha. Los sentimientos son expresados en el momento inmediato, con creciente libertad y una sensa¬ción más profunda de ser algo propio.
7ª. Etapa: Los sentimientos son experimentados con toda su inme¬diatez y riqueza. Rara vez los sentimientos son negados a la conciencia. El individuo es capaz de vivir sus propios senti¬mientos y significados personales, y puede expresarlos como algo propio y como un aspecto de sí mismo que acepta, sobre todo los sentimientos religiosos.
Ella conecta el mundo interior de la persona al castillo de cristal. En el centro, rodeado de otras seis moradas, habita Cristo, el rey del lugar.
La puerta del castillo interior es la oración, no importa la forma que sea utilizada.
Sin embargo, ella advierte que estas siete etapas o moradas no deben tomarse como algo fijamente ordenado. Pues, hay la posibili¬dad, cuando Dios lo concede, de que la persona visite otras habita¬ciones distintas de la que le corresponde.
Ahora voy a señalar algunos detalles, referentes a nuestro tema de lo que ocurre en cada morada.
1ª. Morada: El individuo anda forcejeando para dejar las cosas del mundo exterior que le atraen y le impiden viajar hacia dentro en busca del amigo que lo aguarda.
2ª. Morada: La persona pone en juego su capacidad de meditar con el fin de entrar en contacto con Cristo. Y aunque no es cons¬tante en la oración, el esfuerzo que hace le permite un mayor "conocimiento de sí misma".
3ª. Morada: Aquí la persona tiene "sus horas de recogimiento" (cosa que redunda en un mejor contacto consigo mismo. Al mismo tiempo se va consiguiendo un mejor contacto con Cristo, a través de lo que la Santa llama "oración de recogi¬miento".
4ª. Morada. Después de una grave crisis que le permita al hombre conocerse mejor, hay una intensificación de fe y amor. De esta forma, el individuo se une más con Cristo, con la ayuda del Espíritu Santo. Y en la nueva forma de rela¬cionarse con Cristo, llamada "oración de quietud", el pensamiento, la voluntad y las representaciones de la memoria y la fantasía se ven afectadas positivamente. Quiero decir que tales funciones ayudan en el trato con Cristo.
5ª. Morada: La persona se une tan íntimamente con Cristo, que su cuerpo percibe el efecto, los sentimientos de paz y gozo afloran y las conductas diarias se adecuan a la voluntad de Dios.
6ª. Morada: Aquí suele ocurrir una crisis horrendas. (Pero luego se producen, en relación con Cristo, verdaderas "experiencias cumbres" La persona se vuelve capaz de reconocer sus más mínimos defectos. Su amor a Dios es total.
7ª. Morada: El compromiso con Cristo es completo. Resulta seme¬jante a un "matrimonio espiritual" que ocurre en "el centro muy interior del alma". Y "queda el alma, digo el espíritu, unida a Dios". Pero con el Dios cristiano: "Se le muestra la Santísima Trinidad, todas tres Personas... Entiendo con grandísima verdad ser todas tres Personas una sustancia y un poder y un saber y un solo Dios... Notoriamente ve que están en lo interior de su alma, en lo muy interior".
No quiero exagerar el paralelismo entre el proceso de amistad con Dios y el de irse convirtiendo en persona. Sólo hago notar que en ambos casos hay un centrarse en El y esto me permite abrirme, Señor, más y mejor a los demás, teniendo en cuenta que esto con lle¬va ruptura dolorosa pero que logra la Resurrección. En uno y otro caso la persona se integra, se posee y se interioriza. La diferencia está en el motivo, en la meta y objeto.
La motivación del que se somete a psicoterapia puede reducir¬se a lo que la Biblia llama "amor a sí mismo". En cambio el orante busca al otro, quiere "amar a Dios".
La meta del primero puede quedarse-en el Yo o en el centro del Yo. El otro, en cambio, se sale del Yo pero a través de su centro, descubriendo en sí mismo un centro más profundo, que es Dios.
Pero el hombre actual, víctima de la alienación, se ha vuelto extranjero a sí mismo. Por ello tiene que desarrollar su capacidad de elegir, para optar por lo que lo reintegró a su centro más profundo, su ESENCIA.
LA LIBERACION PERSONAL
Ya antes recordamos que uno de los atributos de la persona es la libertad. Pero una libertad que se va ganando y por la cual hay que luchar cada día. Si el hombre no se decide a ser un guerrero que conquista constantemente la libertad, entonces se convertirá en víctima de su ambiente y de su circunstancias.
Ya de por sí, el margen de libertad que puede conquistar el hombre tiene grandes limitaciones biológicas, psicológicas y sociales. Por tanto, si pierde ese pequeño margen, queda reducido a cosa, a objeto manejado por otros.
Así pues, el proceso de liberación se impone a todos los seres humanos. No sólo a los del tercer mundo, -que parecemos más urgi¬dos- sino a los de todos los continentes. Veamos algunos aspectos de la liberación que nos son sugeridos por la psicología actual.
LIMITACIONES DEL ORGANISMO HUMANO
El número de estímulos que el organismo puede asimilar está determinado por los límites del Yo, del cuerpo, de los propios va-lores, de los hábitos personales, de la auto expresión y de la AUTORRE¬VELACIÓN.
Claro que estos límites pueden estar demasiado cerrados e incluso, bloqueados. Pero, la realidad es que en el momento concreto no puede asimilar más que aquellos estímulos que se adecuan a su apertura.
Y resulta que nuestro mundo contemporáneo arroja sobre el organismo bombardeos incesantes de estímulos. Y de allí provienen muchos malestares físicos y psíquicos.
Consiguientemente, el movimiento de salud mental trata de enseñar al individuo a que él mismo controle los estímulos ambienta¬les y acepte sólo aquellos que puede asimilar y tolerar. Esto implica que la persona reduzca sus idas al cine, sus lecturas, sus miradas, sus conversaciones, sus comidas, sus compras, ETC
Evidentemente, no se trata de una libertad que simplemente excluye los estímulos adversos, Hay que dejar muchas cosas que no son perniciosas, aunque en sí sean realmente buenas.
Para que un hombre concreto pueda lograr lo anterior necesita adquirir la capacidad de autocontrol. Lo cual implica un aprendiza¬je o un entrenamiento.
Esto se acerca mucho al concepto de "ascética" que tenían los primeros pensadores griegos Para ellos la ascética implicaba ejercicio, entrenamiento, habilidad para el manejo de un arte, de una actividad atlética. etc.
Posteriormente se aludía, con esa palabra, al dominio de las pasiones. Y, finalmente, se relacionó con la religión. Por ejemplo, para FILON significa "lucha y renuncia". Renuncia o liberación de la sujeción al mundo y a las cosas materiales. El fin de esta libera-ción es el logro de una disposición abierta a Dios.
Tal vez hay exageración en esa postura ante el mundo. Y la psicología considera como inhumana la exclusión sistemática del goce humano.
En realidad, el cristianismo por lo menos, no excluye el goce. Cristo llegó a las aldeas de Palestina anunciando la Buena Nueva. o Evangelio. Y los místicos más radicales, como San JUAN DE LA CRUZ, aceptan de buen grado los gustos sensibles con tal de que sean un estímulo para unirse y gozar con Dios. Si no llegue ese momento habrá que renunciar al gusto que no agrada a Dios o no nos lleva directamente a El.
Concretando, pienso que la psicología actual, al invitarnos a limitar los estímulos, nos ayuda a recuperar la noción más original de "ascética". Por otro lado, la ascética cristiana no es antihumana. Sólo excluye los goces que alejan de Dios o nos unen con El.
Pero la psicología no se queda en este horizonte meramente espacial. También quiere llevarnos a trascender los límites del tiem¬po.
ELECCION DE POSIBILIDADES
La verdad es que los mismos límites del hombre imponen una selección de la información que el ambiente, los demás y el propio organismo nos ofrecen.
Sin embargo, una persona madura hace su selección de manera consciente y responsable. Discierne bien los datos o estímulos y .escoge los más convenientes o útiles o buenos.
Supuesto que la persona ha conseguido la habilidad de escoger tal cual estímulo, entonces surge un nuevo horizonte: elegir lo me¬jor. Entre las múltiples posibilidades que cada momento concreto nos ofrece, hay algunas más valiosas que otras. Yo como persona tengo la responsabilidad de tomar la mejor. Porque la seleccionada perdurará para siempre.
"Si nosotros fuéramos inmortales físicamente, podríamos programarlo todo. No importaría si nosotros hiciéramos una cosa hoy o mañana o pasado mañana o dentro de un año o dentro de diez años. Si no existe la amenaza de la muerte o del fin, si no hay una limitación de las posibilidades, no veremos ningún motivo para hacer una cosa ahora o para dedicarnos de inmediato a una obra: habría tiempo, tendríamos aún tiempo, un tiempo infinitamente enorme..."
Pero resulta que sí somos limitados, finitos y mortales física-mente. Por eso tenemos que elegir responsablemente entre las posi¬bilidades que la situación concreta nos presenta.
Además, lo escogido pasa de la mera posibilidad al hecho, de la potencialidad al acto. En este sentido durará para siempre, pues el pasado salvaguarda lo que ha sido hecho. Toda posibilidad realiza¬da, "una vez pasada, se convierte en pasado de una vez por todas y para toda la eternidad" Así se comprende bien la afirma¬ción de FRANKL: "haber-sido es la forma más segura de ser".
En esta perspectiva ya no se busca el silencio porque el ruido destroza al organismo, sino porque puede ser, en un momento dado, la posibilidad de encontrarse a sí mismo. Esto merece más la pena de ser conservado para siempre.
Vemos pues que la tarea del hombre, libre y responsable, es la de salvar en el pasado, en el mundo de los hechos, lo que es tran¬sitorio. Una posibilidad realizada, deja de ser transitoria.
Aparte, es evidente que "ser libre es poco, es nada sin un para qué cosa; pero ser responsable es todavía menos sin un de frente a qué cosa". Entonces responde FRANKL que la mayo¬ría de los hombres suele ser responsable frente a un Dios que es tratado corno Tú a través de la oración.
Pues "la oración hace a Dios actual”
En concreto, el cristiano se encuentran con un Dios Padre, Hermano y Amor que le sugiere lo que puede elegir. En el Antiguo Testamento se valió de los diez mandamientos. Allí se señalaba el camino a la felicidad. Felicidad que se encerraba o consis¬tía en el amor: a Dios y al prójimo como a sí mismo.
Pero el hombre, débil y poco libre, no pudo ser lo suficiente-mente maduro corno para escoger su propia felicidad. No cumplió los mandamientos. Así rompió su amistad o alianza con Dios. Consiguientemente, cayó en la desgracia y en la infelicidad.
Por eso, Cristo nos liberó para que pudiéramos escoger el amor Sólo que Cristo no se contenta con señalarnos el camino del amor. Aparte, nos da su Espíritu para que desde nuestro interior nos estimule a amarnos como El nos amó. Así, el Espíritu que es dinamismo y fuerza nos capacita para que realmente podamos escoger las posibilidades concretas que entrañen amor.
Pero el Espíritu no puede darnos su fuerza si nosotros no cooperamos libremente con El. Por eso necesitamos la libertad interior.
LA LIBERTAD INTERIOR
En una entrevista, se le hizo a FRANKL la siguiente pregunta: "El hombre, no es un ser causado? ¿no es un proceso de condiciona¬mientos en la vida?". El respondió: "Como clínico (neurólogo y psiquiatra) estoy plenamente convencido de que el hombre está determinado y condicionado. Lo que en cambio combato es lo que suelo llamar el pandeterminismo, es decir, el mirar al hombre como totalmente determinado y condicionado... Pues yo, como sobre¬viviente a cuatro campos de concentración alemanes, puedo afirmar que el hombre está sujeto a condicionamientos, por lo cual no se puede decir que él esté totalmente libre de ellos.
Más bien, la persona es libre para tomar una actitud ante cualquier situación con la cual puede ser enfrentado. Y en este tomar posición y precisamente en ese grado, el hombre es libre; es decir, se trata de la elección de la acti¬tud que va a tomar cada vez que es enfrentado con una situación que no puede ser cambiada".
C. R. ROGERS se solidariza plenamente con este concepto de libertad como un dinamismo interior de la persona.
Por otro lado, creo que el cristianismo llevado a la práctica no es posible sin la capacidad "para tomar una actitud ante cualquier situación"... "que no puede ser cambiada". Y aquí radica el último fundamento humano de la ascesis cristiana. Porque la ascesis más típicamente cristiana quiere llevarnos, justamente, al aprendizaje de las formas de respuesta que nos habiliten para tornar una actitud teologal ante cualquier situación de la vida.
Así, ante cualquier ser humano, no importa que se trate de un enemigo, yo debería "tomar una actitud" de fe, de esperanza y de amor.
La psicología, siempre interesada por lo concreto, nos dice que el camino para aprender a ser libres, libres para elegir una actitud, es la relación interpersonal. Relación enraizada en las tres actitudes básicas antes descritas. Las cuales, como veíamos, están ínti¬mamente relacionadas con el ejercicio del amor.
Por tanto, yo me voy volviendo libre para tomar una actitud de amor, mediante la práctica del amor. Al experimentar que el otro acepta y comprende mis sentimientos y actitudes, yo también las acepto, las tomo y empiezo a manejarlas en mi interior.
Aquí se comprueba el dicho del poeta.
"Adonde no hay amor, ponga amor, y sacaré amor...".
Dios, que es la fuente del amor, se convierte en el vehículo o la fuerza para que el hombre pueda amar. Por eso quiere y se viene a habitar "en el sagrario más íntimo" del hombre. El es el úni¬co maestro del arte de amar.
Se comprende, pues, que cuando Cristo nos hace libres es en el momento en que, junto con el Padre, derrama su Espíritu de amor en nuestros corazones. Se trata, consiguientemente, de una libertad real. La cual, requiere al mismo tiempo de nuestra apertura, aceptación y colaboración, Está en nosotros como posibilidad, de¬bemos hacerla acto mediante nuestra libre elección. Así, poco a poco, seremos capaces de adoptar una actitud de amor, supuestas la fe y la esperanza-, ante cualquier situación existencial.
Una vez más, vemos que la espiritualidad y la psicología se encuentran. Y si partimos desde el ángulo de la psicología, encon¬tramos en ella un poderoso estímulo para acercarnos al núcleo huma¬no de donde parte la actitud tripartita del cristiano. fe, esperanza y amor.
Acabamos de señalar que el aprendizaje de la libertad requiere al otro. Esto vale también para la libertad cristiana Por eso, vamos a tratar de considerar el marco sociológico en que se desarro¬lla la vida espiritual. Sentimos hambre de Dios. Todos los placeres de esta tierra pasan.
PSICOLOGIA SOCIAL Y COMUNIDAD ECLESIAL
Cristo, efectivamente, funda la iglesia al celebrar una nueva alianza entre los hombres y el Padre en el momento de morir en la cruz.
Posteriormente, la Iglesia se hizo manifiesta como tal, y se
abrió al conocimiento público, en el día de Pentecostés. Cuando el
Espíritu Santo fue derramado en plenitud sobre los Apóstoles.
Por último, la Iglesia "se consumará gloriosamente al final de
los tiempos. Entonces, como se lee en los Santos Padres, todos los
justos desde Adán, desde el justo Abel hasta el último elegido,
serán congregados en una Iglesia universal en la casa del Padre".
Por tanto, si la vida espiritual es un asunto social, grupal, comunitario, entonces la psicología social puede ayudarnos a vivir más profundamente la espiritualidad cristiana.
EL GRUPO, EL EQUIPO, FRATERNIDAD
Como veremos más adelante, el concepto de grupo tiene tantas acepciones y significados que me impulsan buscar otro térmi¬no -o expresión. Por eso, haré algunas alusiones a la naturaleza del grupo y luego mencionaré algunas de las distintas clases de grupos.
NATURALEZA DE L GRUPO
La sociología prefiere descartar el "PULSION SOCIAL" de que hablaban los filósofos. Sin embargo. reconoce que el hombre sólo puede existir, crecer y madurar en el seno del grupo o de la sociedad.
En esta perspectiva, el grupo o las relaciones interpersonales que supone, aparecen como una exigencia de la misma condición humana.
Es cierto ,que "el individuo en si no tiene la esencia de lo humano ni en sí como ser moral ni en sí como ser pensante. La esen¬cia del hombre sólo se halla contenida en la colectividad, en la unión del hombre con los hombres".
Así pues, el hombre sólo es tal en el grupo. Este, a su vez, está enmarcado en la estructura social. La cual, por su parte, se ve rodeada e influenciada por el horizonte más amplio de la cultura. Si formáramos una serie de círculos concéntricos, partiendo del más amplio tendríamos:
1) Ambiente cultural,
2) estructura social,
3) campo interpersonal y
4) la persona
Todo este conjunto integra la "estructura del campo social".
En las siguientes páginas voy a referirme, principalmente, al "campo interpersonal". Pues es allí donde mejor conviene el término " comunidad'.
Esto lo deduzco de las definiciones que existen acerca de lo que es un grupo. Veamos algunos ejemplos.
"Un grupo consiste en dos o más personas que respecto a determinadas cosas y cuestiones tiene normas comunes y cuyos pa¬peles sociales se hallan estrechamente relacionados entre sí".
Otro define al grupo como "una pluralidad de seres humanos en cuanto se hallan fundidos en un nosotros".
LERSCH sostiene que "el concepto de los grupos debe ser mantenido y utilizado en el sentido más general para todo conjunto de personas que en su vivencia y conducta se hallan directa o indirec¬tamente relacionadas y dependen unas de otras y no sólo aparecen como homogéneas y lo expresan en la conciencia del "nosotros"
Evidentemente que la Iglesia fundada por Cristo está totalmen¬te integrada en el campo social. Ha producido una cultura cristiana. Forma una sociedad bien estructurada. Cuenta, por último con gru¬pos donde la persona encuentra un campo de relaciones interperso¬nales.
En realidad, lo que acabo de decir vale para todas las religiones como recordamos al mencionar la sociología de la religión. Por otra parte, y cada vez con mayor claridad, existe una clara distinción entre la "Sociedad" y la "Sociedad religiosa Sin olvidar que existe una fuerte e inevitable interacción entre ambas. Por tanto, la Iglesia como sociedad, integrada o integradora de grupos, tiene una índole humana y, a la vez, divina, visible y espiritual a un tiempo.
La preocupación por lograr una adecuada integración humana puede resultar benéfica para cumplir con el mandamiento de Cristo de amarnos unos a otros como El nos amó. Pero nos quedamos en la parte humana y visible si no insistimos en el aspecto teológico.
De todas formas, esa es la parte que mejor podemos manejar a la luz de la psicología social.
Por razón de la organización, hay estos grupos:
Formal: para lograr-los objetivos, se atiende a que las cosa sean hechas en el momento preciso, por la persona adecuada; y del modo conveniente. Y ' todo ello de acuerdo a un plan estructural.
Informal. no tiene estructura, ni plan; ni objetivos.. Se habla de "la técnica de la no técnica" (terapia centrada en el cliente escuela activa, etc.).
Tomando en cuenta la apertura, distinguimos:
1) Abierto: con acceso fácil para nuevos miembros (PRI, Iglesia: etc.).
2) Cerrado: de difícil acceso para la gente (masonería, la Gran Fraternidad Universal, etc.).
Sin consideramos la duración del grupo, hablamos de grupo:
1) Estable: perdura (una aldea, club, congregación religiosa, etc.)
2) Provisional: su duración es corta (manifestantes, vacacionales
3)Comunidades de Encuentro en el Espíritu. EJE
Si como dice el Concilio, "la voluntad de Dios es el santificar y salvar a las personas, no aisladamente", entonces podemos suponer que ciertas clases de grupo no garantizan una auténtica vida espiri¬tual. Por ejemplo, no basta, para que exista una comunidad cristiana, que el grupo sea "secundario", "biológico", "jurídico" en forma exclusiva, de mera "pertenencia", etc. En cambio, debiera ser: "primario", "psicológico", "grande" y "pequeño", "estable", etc.
De hecho, existe en la Iglesia actual -una tendencia hacia la "Comunidad Eclesial de Base". los "Grupos de Oración", Encuentros Juveniles, y otros grupos que permitan el ambiente propio del grupo primario o comunidad. Incluso en el seno mismo de las que ya eran consideradas "comunidades", se forman "fraternidades" con el fin de autotificarse como tales.
Hemos visto que el elemento básico del grupo primario o comunidad está constituido por las relaciones interpersonales. Antes hablamos de las actitudes básicas que las facilitan. Ahora recordaré algunos presupuestos fundamentales incluidos en el tér¬mino "interacción' .
LA
INTERACCTON
El término interacción entraña un doble contenido: la comunicación y el intercambio de conductas. Esto último es lo que co mayor propiedad puede ser llamado "interacción". Pero, como esta supone a la comunicación, entonces se las reúne bajo el mismo término.
LA COMUNICACION
Esta consiste en "el recíproco dar y tomar conocimiento entre dos o más personas". Y esto puede acaecer tanto consciente mente, intencionalmente, como inconscientemente y sin intención Además, la comunicación requiere que lo comunicado sea realmente percibido por el otro u otros.
Cuando alguien quiere tener relaciones personales con otro buscó la manera de ponerse en comunicación con él. Así, para empezar, se convierte en "emisor". Paso seguido tratará de hacerle llega. un mensaje. Piénsese, por ejemplo, en Cristo que quiere manifestar el mensaje de la felicidad cristiana.
En seguida, el emisor utiliza un canal. Entre los principales canales están los sentidos. Así, vemos que Cristo utiliza la palabra las imágenes, casi visibles, de sus parábolas y, seguramente los gestos y movimientos de su cuerpo.
Pero, el canal puede ser obstaculizado por el "ruido". El cual puede consistir efectivamente en sonidos que no dejan oir con clari¬dad la voz del otro. O también cualquier otra interferencia: distrac¬ciones visuales, del tacto, de la fantasía, de las pasiones, de la ideolo¬gía, de las creencias, etc.
Por el contrario la comunicación del emi¬sor se ve estimulada o realimentada por las respuestas del receptor: la mirada, la postura del cuerpo, los movimientos de la cabeza en señal de asentamiento, etc.
Lo fundamental en la comunicación es la comprensión por parte del que recibe el mensaje. Si no logra captar el significado o contenido del mensaje, entonces es inútil que el emisor haya prepara¬do un discurso inmortal.
Es por ello que Cristo se esforzó por utilizar un lenguaje claro y sencillo que todas las gentes, incluso las más humildes, podían comprender. Y la gente que no entendió el Evangelio, aunque, oía las mismas palabras sencillas, no tuvo una verdadera comunica¬ción con Cristo. En este caso, el ruido u obstáculo de la dura sober¬bia, no permitió la comprensión del mensaje salvífico de Cristo.
Durante el proceso de comunicación hay un intercambio de los roles de emisor y receptor. El que utiliza los medios de comunica¬ción interpersonal, ése se convierte en emisor.
MEDIOS DE COMUNICACION PERSONAL
Los medios fundamentales para establecer una relación inter¬personal son dos: los semánticos y los expresivos. Los americanos prefieren llamar a los primeros "comunicación verbal" y a los otros, "comunicación no verbal".
La comunicación verbal es la que utiliza signos para manifestar su contenido. Pero no sólo emplea la palabra como signo, sino tam¬bién otros signos como las señales de brazo, la luz, las del Morse y las del tráfico. Sabemos que el signo tiene siempre un significado. Y en el caso de la comunicación verbal, nos estamos refiriendo, consciente o intencionadamente a ese significado previamente establecido por un acuerdo común. Por tanto, la captación de ese significado, por parte del receptor, exige un trabajo racional o mental. En este contexto se comprende la importancia de los signos o palabras que empleamos al relacionarnos con los demás..
Recordemos, en lo que respecta al aspecto religioso, que Dios utiliza signos para hacerse encontradizo: hechos históricos, palabras, milagros, etc.
La comunicación no verbal se logra a través de manifestaciones o expresiones que, de por sí, no son signos convencionales que hagan clara referencia a un contenido. Ordinariamente, esta comunicación se establece fuera o más allá de la intención del emisor.
Aquí, la comunicación es dada a través del espacio que media entre los interlocutores, el tiempo, los movimientos, la voz, la mira¬da, la postura, etc. El cuerpo proyecta una imagen. El modo de andar, de sentarse, de gesticular, etc., hablan o transmiten un mensaje.
"El término "comunicación" es frecuentemente mal interpre-tado, se asume que se aplica solamente al cambio recíproco y volun¬tariamente dirigido de señales. Sin embargo las señales de procesos que suceden en seres que no tienen la intención de comunicar absolutamente nada, también son una forma de comunicación"
Es por ello que para captar esta comunicación no verbal se requiere algo más que el conocimiento. Es preciso "captar", "perci¬bir", "intuir" el mensaje que el otro, sin querer, nos transmite.
Evidentemente, Dios se vale muchas veces de la comunicación no verbal: eventos, la Persona de Cristo y, sobre todo, su propia revelación. Sólo la fe nos permite captar los mensajes de Dios.
CLASES DE MENSAJES
Los mensajes de la comunicación pueden ser reducidos a dos: los personales y los objetivos.
El mensaje es objetivo cuando hace referencia a las realidades del mundo externo: personas, cosas, sucesos, su palabra viva etc.
Cuando el contenido de las manifestaciones se refiere al mun¬do interior del individuo, entonces se habla de mensaje personal o íntimo. En este caso la persona describe su estado de ánimo sus problemas, sus ideas, sus creencias, etc.
Es muy común que la persona transmita sus mensajes íntimos a través de la comunicación no verbal. El tono de voz, la mirada, la postura corporal, suelen hablar más intensamente de lo que ocurre en el interior de la persona. Es por ello que REICH recomendaba fijarse más en el cómo de la comunicación del individuo que asiste a la psicoterapia.
Cuando Cristo vino a la tierra se propuso hablarnos del mundo íntimo de Dios. Fue entonces cuando nos comunicó que su Padre nos ama, nos da su Espíritu, deja que su Hijo muera por amor a nosotros, y nos salva del pecado para que podamos amar a Dios y a los hombres sin distinción.
El mensaje de Cristo también es objetivo. Por ejemplo, cuando nos habla de que el otro ser humano es mi prójimo, que las flores de campo son obra de la providencia del Padre, etc.
Pero, sea cual sea el mensaje, el emisor debe guardar ciertas condiciones para que otro lo comprenda.
CONDICIONES PARA LA COMUNICACION
En primer lugar, al menos cuando se utiliza la comunicación, verbal, es indispensable que se haga referencia a un "código" o "sis¬tema de referencia" común, tanto para el emisor como para el re¬ceptor. Por ejemplo, cuando Cristo quiere inculcar la sencillez cris¬tiana, usa el término "niño" que, de acuerdo al "código" lingüístico de su nación, significaba comúnmente "niño".
Otra condición es la empatía o compenetración con el emisor. De por sí, los hombres sensibles logran empatizar o sentir desde el otro lo que el otro está experimentando. Por ejemplo, GOETHE de¬cía "que no existiría un delito del cual no sintiera en sí mismo la posibilidad". PLATON daba a entender "que los buenos serían aquéllos que sólo sueñan lo que los malos hacen".
Esta disposición a toda clase de conductas, incluso a las malas hace posible la comprensión de la comunicación ajena. Ayuda, en este compenetrarse con el otro, la fantasía psicológica. Pues ella permite entremezclar las propias vivencias pasadas con las del pró¬jimo.
Cuando se trata de entender Un mensaje íntimo o personal se requiere. un esfuerzo particular. Además, si no se trata de una co¬municación verbal, hay que echar mano de la reflexión intuitiva para captar los mensajes de la persona. En la comunicación verbal basta con asociar los signos empleados por el otro con el contenido culturalmente admitido.
Jesucristo tuvo una extraordinaria habilidad para comprender empáticamente a los demás. Capta lo que ocurre en el corazón de sus apóstoles. Percibe el cansancio de sus discípulos. Se da cuenta del dolor que embarga a la viuda cuyo único hijo va a ser enterrado.
Y, por lo visto, Cristo fue bueno, desde la perspectiva de su humanidad, porque en su naturaleza perfectamente humana razona¬da la fragilidad responsable de los pecados del resto de los hombres.
Pero no obstante el pecado de todos los hombres, Cristo mantuvo siempre una imagen positiva de ellos, como criaturas hechas a la imagen de Dios.
IMAGEN DEL OTRO EN LA COMUNICACION
Para lograr una buena comprensión del mensaje íntimo del otro no basta con el sistema común de referencia ni con la empatía, pues hay otros factores básicos. Concretamente, tenemos que hablar de la imagen que yo tengo o me hago del otro. Y en la elaboración de la imagen del Tú, influyen mis actitudes, proyecciones y prejui¬cios.
"Las actitudes dominan todo el compartir del ser humano con su ambiente. De ellas depende en parte decisivamente cómo percíbelo que llega a su mundo interno en el marco de su campo de percep¬ción, organizado según la importancia de las cosas y cómo se comporta respecto a ello".
Otra importante fuente de distorsión de las relaciones persona¬les brota de los prejuicios. Estos son juicios preconcebidos acerca del otro, sin que exista una experiencia previa que los pueda apoyar. Y ordinariamente proceden de la opinión que otros tienen. y expre¬san acerca de la persona en cuestión
PODER Y LIMITES DE LA COMUNICACION
En cuanto al poder de la comunicación basta decir que e'; hombre es el resultado de sus relaciones. Para vivir, para aprende¡ a hablar, a trabajar, a comportarse y conducirse, para madurar, necesita inevitablemente de la comunicación.
Pero esta libertad no es fácil de adquirir. Como ya antes hemos repetido, el cristianismo es una invitación a esa liberación que nos permite establecer verdaderas relaciones personales con el prójimo. Todo lo dicho acerca de la comunicación puede ser considerado como un prerrequisito para vivir la caridad fraterna y el amor a Dios Trino en la oración.
INTERCAMBIO DE CONDUCTAS
Lo importante de la comunicación es el efecto que produce a nivel de conductas. El mero dar conocimiento a través de la comu¬nicación suele implicar una modificación de conductas. Si alguien escucha un insulto responde con una observación ofensiva o se retira. Una chica cambia sus actitudes después de escuchar una declaración de amor. El que es agredido se defiende o huye.
Y por lo que se refiere a las relaciones interpersonales es el grupo o comunidad, debemos afirmar que la comunicación determi¬na, modifica y destruye.
A nivel de "motivación" personal podemos recordar que parece haber una tendencia, más o menos natural, hacia las relacio¬nes interpersonales. Sin embargo, el individuo necesita aco¬modarse con el grupo mediante la "adaptación", la "imitación" y la "identificación".
Con la ayuda de estos procesos se hace factible el "ser-con¬ otro" el "hacer-con-otro" y el "entenderse-con-otro", sin que haga falta una relación personal íntima
Aparte de estos casos, pueden surgir otros como el de la "sim¬patía", la "oblatividad" e incluso la "oposición" respecto al otro. Esto último puede acaecer como "ausencia de relación social", al alejamiento (antipatía), la oposición (se deja de hacer lo que el otro quiere o espera), y la agresión.
Jesucristo se mostró altamente preocupado o interesado por la modificación de conductas que debía corresponder a su mensaje de felicidad. Un día declaro:
"No basta decirme: "Señor, Señor!, para entrar en el reino de Dios; no, hay que poner por obra el designio de mi Padre del cielo".
Y Jesucristo obró siempre de acuerdo a la voluntad de su Pa¬dre: predica, escoge la pasión, acepta la muerte en la cruz, etc. Realmente, "pasó haciendo el bien".
Por otro lado, en su predicación utilizó todos los medios de comunicación que estaban a su alcance: palabras,- símbolos, imá¬genes, etc.
RETROALIMENTACION
El FEED-BACK: es compartir de persona a persona.
"FEED-BACK" es un término anglosajón, para definir un proceso muy importante en la vida del grupo. Se ha traducido' como retroali¬mentación, mecánico de rebote, eco, etc.
Aplicado a las relaciones interpersonales, es una forma de ayuda a otras personas o grupos al considerar la posibilidad de cambios en su conducta. Consiste en comunicar información verbal o no verbal a la otra persona o grupo sobre cómo nos está afectando su conducta, y así estimular cambios positivos en la misma, en sus sentimientos, actitudes y percepciones.
Criterios para ofrecer un feedback útil y efectivo.
1) Es descriptivo y no evaluativo.
Si yo describo mi reacción ante determinada ,conducta
2) Es específico más bien que general:
Decir: "Eres dominante", es diferente a expresar "me he visto forzado a aceptar tus argumentos, o de lo contrario, tendría que afrontar tu ataque". Cuando comparto me doy cuenta que no me corrigen, no me aconsejan, no me discuten, no me imponen.
3) El feedback puede ser destructivo cuando sólo responde a las propias necesidades del que lo ofrece, debe considerar las necesida¬des del que lo recibe y del que lo ofrece. Al escuchar el compartir de los demás voy aprendiendo de ellos, sintiéndome más libre y abierto.
4) El feedback está dirigido hacia aquél comportamiento que puede ser modificado Escuchando a los demás he aprendido más acerca de mí mismo, de quien soy.
5) Debe ser solicitado antes que impuesto. Es útil y efectivo cuando yo pido ser ayudado, pido que se comuniquen para ayudar¬me. Compartir es sentirse libre y ser capaz de conocer y amar a otras personas.
6) Debe ser ofrecido en el momento preciso. Es mucho más efec¬tivo si se ofrece inmediatamente después de ocurrir la conducta. Compartir es hablar de todo aquello que es realmente importante, es tiempo para mirar dentro de mí y darme cuenta que valgo mucho.
7) Debe ser comprobado para así asegurar una buena comunica¬ción, es decir lo oportuno, es pedir a tu receptor que repita con sus propias palabras el mensaje y así verificar su correspondencia con lo expresado.
"Feedback es una forma de ofrecer ayuda, es un mecanismo correctivo para el individuo que desea aprender cuanta afinidad exis¬te entre su conducta y sus intenciones".
Para todos nosotros que componemos la gran familia de En-cuentros la palabra "Compartir" tiene un significado muy especial: es hablar con el corazón, y que la persona o el grupo de personas que está frente a mí, me escucha, no me juzga, me mira a los ojos, me acoge, no me critica, no me aconseja, en otras palabras y como al¬guien ya lo dijo: "Es disfrutar aquí, el Reino de los Cielos".
En esta comunicación de dos personas, o una persona y un grupo, verbal o no verbal, se produce esa retroalimentación, ese FEEDBACK en el compartir.
"Ahora me doy cuenta que el Reino de los cielos está dentro de mí".
MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL
Bajo esta expresión se comprenden, fundamentalmente, la radio, la televisión, el cine y la prensa. Y se "puede definir a los medios de comunicación social, como un sistema de comunicación en el que un mensaje idéntico es originado por una organización institucional y enviado por medio de los canales públicos a un gran número de receptores".
Estos medios de comunicación utilizan el mismo proceso de comunicación antes descrito. Hay emisores que dan a luz la infor-mación. Esta información contiene mensajes muy variados: publi-cidad, política, arte, diversión, cultura, etc.
Los receptores de este tipo de comunicación son muchos millones. Y actualmente se sostiene que no son tan pasivos como se pretendía hace algunos años.
Algo que falta es la "realimentación" el compartir, pues los receptores no responden de inmediato a los mensajes. Sólo posterior¬mente se puede inferir la respuesta de los lectores o auditores.
Se comprende el poder de estos medios de comunicación si solo se piensa en el gran número de gentes que reciben sus mensa¬jes.
Evidentemente que estos medios plantean problemas muy serios. Especialmente cuando se trata de la publicidad y de la propaganda.
La propaganda es diferente. No pretende captar nuestro inte¬rés por tal o cual producto. Ella es un sistema de adoctrinamiento que, valiéndose de los medios de comunicación social, quiere cam¬biar el modo de pensar y de actuar de la población. Busca el "con¬trol" de los pueblos.
Con ese fin utiliza la sugestión, la alteración de la información, el condicionamiento, la presión psicológica, la persuasión clandestina, etc.
Vista desde este ángulo, la. propaganda no parece compatible con la predicación del Evangelio. Por la sencilla razón de que la par¬ticipación en la alegría de Dios tiene que ser acogida libre y desinte¬resadamente. Mientras que los métodos de la propaganda parecen manipular y forzar a la gente.
En realidad, se requiere un gran equilibrio. Pues la utilización plena de la propaganda para la promoción de la vida espiritual o cristiana, puede resultar contra producente y contradictoria. Y, por otro lado, su exclusión absoluta crea el "riesgo de inmovilizar el apostolado en métodos anacrónicos, de emplazar la Iglesia al margen del mundo y de hacerla absolutamente extraña a las masas, que experimentan actualmente una constante e incoercible necesidad de propaganda".
Después de esta ligera digresión acerca de los medios de co¬municación social, volvamos al tema de los grupos.
LA COMUNIDAD COMO PROCESO
Con este título se indica que La comunidad, igual que un organismo vivo, crece bajo el impulso de una sabiduría natural. Es por ello que se garantizan determinadas condiciones, la “comunidad” es natural¬mente terapéutica.
Las condiciones necesarias para que tal proceso se produzca son las mismas que se piden a un terapeuta centrado en la persona:
autenticidad,
aceptación incondicional y
comprensión empática.
Claro que en la comunidad, el asesor adopta las actitudes básicas ante todos los participantes. De esta forma me crea un clima corres¬pondiente en el interior del grupo. Se respira aceptación, autenticidad y comprensión, esto sucede en las pequeñas familias de "encuen¬tros".
APLICACIONES ESPIRITUALES DE LA PSICOLOGIA DIFERENCIAL
Una de las grandes tareas que se ha impuesto a la psicología actual es la de mantener el equilibrio entre gregarismo e individuali¬dad.
Hace años, ALLPORT emprendió la tarea de demostrarlas múltiples y profundas raíces de la unicidad e irrepetibilidad de la persona humana. Con este fin aprovecha los datos de la genética, de la Bioquímica y de la psicología.
La teología no se queda atrás. Aprovechando los datos de la antropología y las reflexiones de la filosofía, se llega ,al reconoci¬miento de la individualidad como atributo de la persona humana. Y la razón fundamental se sustenta en el hecho de que la gracia supone y perfecciona la condición natural del hombre.
La vida de los santos y su experiencia pastoral comprueban que la vida cristiana está marcada por los rasgos característicos de la persona. En una palabra;
“ámense unos a otros como yo los he amado” .
Pues bien, la psicología diferencial trata de acercarse a la realidad más propia de cada persona, fijándose en sus diferencias. Y si aplicamos sus métodos y teorías a la vida espiritual, entonces nos encontramos con una "espiritualidad diferencial". Carácter: modo peculiar de ser, reaccionar y sentir, propio de una persona,
LA CARACTEROLOGIA DE LE SENNE
Este es un sistema caracterológico elaborado por los psicólogos holandeses HEYMANS y WIERSMA, entre 1906 y 1918. Otros auto¬res como
R. LE SENNE y G. BERGER han tratado de continuar el trabajo con sus obras respectivas.
Los primeros autores, como resultado de una amplia encuesta, creyeron encontrar algunas propiedades fundamentales cuya combi¬nación determina el carácter: Emotividad, Actividad y resonancia Primaria o Secundaria de las impresiones.
Otros factores complementarios que ayudan a precisar el carácter son: amplitud del campo de conciencia psicológica, egocen¬trismo-alo centrismo, inteligencia teórica o práctica, combatividad-no' combatividad, sociabilidad y no sociabilidad.
a) Una persona es emotiva si reacciona efectivamente con ma¬yor intensidad que el común de las gentes.
b) En cambio, el no emotivo difícilmente se conmueve y sus emociones son poco violentas.
c) El activo es aquel que obra por sí mismo, sus ideas se vuel¬ven obras, los obstáculos lo animan, los asuntos prácticos le interesan.
d) Por el contrario, el no activo obra a su pesar, contra su vo¬luntad, deja sus obligaciones para última hora, se desalienta ante los obstáculos.
La resonancia que produce una reacción inmediata pero efí¬mera, que hace vivir intensamente el presente, que provoca una lla¬marada psíquica es la que caracteriza al individuo primario. En cambio, el secundario no se impresiona de momento sino muy poco a poco. Por eso, sus impresiones son duraderas. También es dado al orden, al método, a la previsión, a la fidelidad, a la coheren¬cia.
Temperamento: conjunto de factores biológicos que constitu¬yen, junto con los factores psicológicos, la personalidad.
La combinación de estos elementos nos da este cuadro:
C
A
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S emotivos Elementos fundamentales Fórmula Nombre Ejemplos Histórico:
No Activos Primarios E-nA-P Nerviosos E. Poe, Mozart, Chopin, Stendhal, S. Fco. de Asis.
Secundarios E-nA-S Sentimentales Amiel, Rousseau, Kierkegaard, Cura de Ars.
Activos Primarios E-A-P Coléricos V. Hugo, Péguy, Scott Dickens, San Pedro.
Secundarios E-A-S Apasionados S. J. Bosco, Pascal, Newton, S.Pablo,E.VIGNO S.Teresa,J. Pablo 11
No emotivos Activos Primarios nE-A-P Sanguíneos Voltaire, Montes¬quieu, Machiavello S. Tomás M.
Secundarios nE-A-S Flemáticos Kant, Washington, Bergson, S. Juan, Fisher.
No Activos
Primarios nE-nA-P Amorfos Luis XV, La Fontaíne, S. Benito Labre
Secundarios nE-nA-S Apáticos Luis XVI, S. José Copertino.
El nervioso vive la religión emotivamente. Por ser no activo no se esfuerza en el servicio de Dios o del prójimo. Es poco constan te. Se hace santo, como S. Feo. de Asís, por el amor personal a Jesucristo.
El sentimental se siente atraído por el Absoluto. Casi lo "siente". Pero cambia sus relaciones con Dios cuando sus sentimientos son de sombra. Sabe tratar a la gente aunque no se compromete a fondo. Sabe orar.
El colérico vibra por amor con lo religioso. Pero busca demasiado lo efectivo y concreto. Esto lo hace olvidar la oración y la gratuidad de lo divino. Es muy generoso con los otros. Tiene como modelo a San Pedro Apóstol. San Ignacio de Loyola, etc.
El apasionado está naturalmente bien dispuesto para la religio¬sidad, pues se inclina a lo noble y elevado. Busca el contacto directo con Dios. En la oración se entrega plenamente a Dios y lo demuestra, También se compromete con el prójimo. Eran apasionados: S. Agus¬tín, S. Bernardo, Sta. Teresa de Ávila, S. Fco. Javier, S. Juan Bosco. Sto. Tomás de Aquino.
Al sanguíneo se le considera como poco inclinado a la religión. Es frío y escéptico al atacar la religión. Ora cuando tiene alguna necesidad. Tiene gran sentido social y trata bien al prójimo. Ejem¬plos: Sto. Tomás Moro, San Bernardino de Sena, San Juan de Capistrano.
El flemático posee una disposición intelectual para la religión. Suele tomar una actitud moralista. Por eso trata de cumplir la volun¬tad de Dios. Ora reflexionando. Es cumplido y cuidadoso en sus deberes para el prójimo. Eran flemáticos: S. Juan Fisher y S. Pedro CANISIO.
La religiosidad del amorfo es débil y superficial. Cumple las prácticas religiosas. Ora para pedir algún favor. No se compromete con el prójimo más que en la medida de su conveniencia. Modelo: S. Benito Labre.
El apático es indiferente en cuanto a la religión. Por eso no le interesan las prácticas religiosas. Pero si llega a conseguir el hábito o costumbre, entonces es fiel aunque sin entusiasmo. Ora dejándose llevar por los demás. También sabe cumplir sus deberes con el prójimo y es leal. Un modelo de santo apático lo tenemos en San José Copertino.
Como puede apreciarse, parece que naturalmente existe una mayor o menor predisposición para lo religioso. Sin embargo, es un hecho también que con cualquier carácter se puede llegar a la plena vida espiritual o santidad.
EXPERIENCIA ESPIRITUAL Y PSICOTERAPIA
Tomo el término "psicoterapia" no en su sentido estricto sino en el sentido amplio que cada vez se generaliza más. Y en este sentido, entiendo la psicoterapia como un proceso inter-personal, ordinariamente profesional, que ayuda a una persona a liberarse de los desajustes de su personalidad, para que desarrolle sus potencialidades y se comprometa socialmente con los demás.
Antes de entrar propiamente en el tema de la psicoterapia, recordaré en breve el grupo principal de los desajustes de la personalidad. Después haré notar que la vida espiritual promueve; de ordinario y no necesariamente, la madurez humana. Esto se comprueba, sobre todo, en los místicos que han alcanzado grandes alturas de realización humana, gracias a lo intenso de sus relaciones de amor con Dios y con los otros.
LOS DESAJUSTES "PATOLOGICOS"
La sicopatología se divide en general y especial. La prime parte estudia todos los posibles trastornos en general: en la percepción, memoria, fantasía, pensamiento, orientación, actividad, efectos, conciencia, imagen del yo, contacto con la realidad, relaciones interpersonales, motricidad, etc. En cada una de estas funciones uno o varios trastornos. Pues eso es lo que estudia la sicopatología general.
La sicopatología especial se ocupa de las llamadas "enfermedades mentales". Según el "modelo médico". fuertemente impugnado por las psicoterapias más recientes, enfermo es hombre que presenta un conjunto de síntomas que revelan la presencia de uno o varios trastornos.
Yo me adhiero a la terminología más reciente y prefiero hablar de desajustes, pérdida del contacto. disfunción, etc.
Los tres grupos de desajustes que ocupan la atención de la sicopatología son: padecimientos psicosomáticos, neurosis, desajustes de personalidad (psicopatías) y psicosis.
La medicina sicosomática se ocupa de las enfermedades orgánicas que tienen su origen en el terreno psíquico como los conflictos, las emociones negativas (ira, odio, tristeza), el “stress“ (presión ambiental), etc. También el movimiento de “higiene mental” se ha venido ocupando de los padecimientos psicosomáticos.
En psiquiatría se habla de neurosis como "enfermedades caracterizadas por síntomas funcionales". que producen un "comportamiento inapropiado, inadecuado y desagradable". Desde luego que cada corriente terapéutica tiene su propio concepto de neurosis. Y entre las principales modalidades de la neurosis, se enumeran las siguientes.
En la neurosis de histeria hay disturbios funcionales o emocionales producidos involuntariamente, predominando los desórdenes corporales. En este último caso se prefiere hablar de "neurosis conversiva".
Con la neurosis de ansiedad se produce angustia, aprensión y desasosiego habituales en un grado mayor del que podría esperar se en la mayoría de la gente. En la neurosis obsesivo-compulsiva, por razón de la obsesión se presentan ideas fijas y persistentes y a causa de la compulsión se realizan actos inevitables y en forma repetitiva. La neurosis fóbica hace sentir un exagerado temor ante un objeto determinado, pero sin que exista un motivo real para dicho miedo. Por eso se le considera como un mero símbolo de un temor no confesado o inconsciente.
La neurosis depresiva se caracteriza por estados de decaimiento, auto desprecio, desaliento y sentimientos de culpa y auto punitivos. Pero se mantiene contacto con la realidad.
Justamente, la diferencia entre la neurosis y las psicosis consiste en que la persona neurótica se da cuenta de sus exageración que no logra evitar, y desea sanar, se acerca al médico. El sicótico en cambio, lo ignora porque ya no vive en la realidad, se considera sano, los otros están mal.
"La lucha interna del paciente sicótico es tan intensa e relación a su capacidad integrativa. Todas sus energías se consumen en el conflicto interior. De aquí que la actitud que se observa en sea de alejamiento, negación o de considerable distorsión de las circunstancias objetivas... El mundo para él es una proyección de s propias fantasías".
Las psicosis endógenas son producidas por determinad condiciones somático y síquicas como la raza, herencia, edad, sexo, etc. En cambio, las exógenos son las que tienen una causa patogénica externa y reconocible. Como un golpe, alcoholismo etc.
Las psicosis se dividen en:
Esquizofrenia,
manía-depresión,
paranoia y depresión.
La esquizofrenia se subdivide a su vez.
La esquizofrenia es un síndrome o conjunto de síntomas q aparece como el final de un proceso patológico que puede perturbar gravemente el Yo. La esquizofrenia presenta las siguientes modalidades.
La simple suele ser la más común y se caracteriza por la pérdida de contacto con la realidad y con los demás hombres, presentándose una decreciente falta de interés, iniciativa y ambición.
La CATATÓNICA presenta dos modalidades: una depresiva y otra agresiva. En una y otra la motricidad es típicamente alterada. En primera se llega a una completa inmovilidad, mutismo y negativismo a veces obedecen hasta la flexibilidad cérea. Esta consiste en qué persona se queda por horas en la misma postura en que la colocare La segunda forma produce gran excitación, se habla sin parar y que despierta una peligrosa agresividad.
La hebefrénica abunda en delirios, alucinaciones, (visual especialmente) y gesticulación exagerada. La persona se comporta con infantilismo ante las convenciones sociales: no quiere vestir ni usar la letrina para sus necesidades, etc. Es activa, pero su emotividad es inadecuada.
La paranoide tiene su distintiva a nivel de pensamiento, pues en ella se presentan uno o más delirios. Y la persona se deja llevar por sus delirios de grandeza o de persecución. Se vuelve desconfiado, pero es muy notable que otros aspectos del pensamiento y de la personalidad suelen funcionar normalmente.
En cuanto a la psicosis maníaco-depresiva podemos decir que la manía es el síndrome que agrupa. síntomas consistentes en reacciones exageradas como la euforia, la alegría desbocada, la logrea, hipertimia, etc. Después de estos momentos de gran entusias¬mo vienen otros de depresión. Una depresión que hunde a la persona y le deja absorta dentro de sí misma y en el mundo exterior sólo ve sus fantasías pesimistas.
En la paranoia se desarrolla una idea delirante sin que se pre¬senten otros trastornos ni el pensamiento ni en el resto de las fun¬ciones psíquicas.
La epilepsia es un disturbio pasajero y paroxismal del cerebro que se acompaña de trastornos psíquicos y que suele repetirse periódicamente si no es controlado con medicamentos.
Por último, hay que mencionar los trastornos de personalidad o de carácter (psicopatías). No son consideradas como enfermedades ni siquiera desde el punto de vista psiquiátrico. Se les considera como conformaciones psíquicas desfavorables que llevan al indivi¬duo a conductas inadecuadas, antisociales y delincuentes, porque hay una desarmonía de las cualidades caracterológicas, falta de equilibrio entre los diversos componentes de la personalidad, etc.
Suelen presentar muy variadas modalidades: esqu1zoide, paranoide, pasivo-agresiva, etc.
Aparte se señalan otras anormalidades como el abuso de dro¬gas, desviaciones sexuales, alcoholismo, etc. Con estas alusiones a la sicopatología puedo establecer alguna relación con la vida espiritual.
DESAJUSTES "PATOLOGICOS" Y ESPIRITUALIDAD
Aunque la santidad sea una cuestión ante todo de relaciones teologales con las Personas Divinas, es innegable que el aspecto psicológico juega un papel determinante. "San Juan de la Cruz insiste en factores psicológicos, que muchas veces descuidamos, porque sabe que de ellos depende el progreso, más. que de obras buenas llenas de méritos
Por otro lado es un hecho que los desajustes psíquicos se mul¬tiplican en nuestro tiempo. "Una de cada veinte personas, que vive en la actualidad en Estados Unidos de Norteamérica será hospitaliza¬da en una época u otra de su vida como resultado de su enfermedad mental".
Es así como surge la cuestión sobre las relaciones entre la sicopatología y espiritualidad. Porque si es verdad que la anorma¬lidad , disminuye la conciencia (juicios) y la libertad, entonces no es posible un compromiso interpersonal ni con Dios ni con el prójimo.
En la actualidad se acepta que no sólo los "neuróticos", sino también los "sicóticos" pueden desarrollar una vida espiritual profunda. Claro que con más esfuerzo y contando con los momentos lúcidos.
En otros tiempos existía "la opinión, ampliamente difundida según la cual la religión enloquece a la gente". Y aunque los estudios estadísticos, realizados en hospitales psiquiátricos, demuestr¬an lo contrario, tenemos que reconocer que, en cierto sentido, religiosidad comprometida implica una especial anormalidad.
El mismo Cristo no se vio libre de ello. Y se cuenta que cuando empezó a predicar, "sus parientes fueron a echarle mano, porque decían que no estaba en sus cabales".
Efectivamente, el compromiso religioso es tan radical que se sale de lo “normal". No en un sentido enfermizo o negativo sino por contrario, se acentúa en forma excepcional lo positivo.
Volviendo a la idea de que San Juan de la Cruz “insiste en fac¬tores psicológicos", me atrevo a pensar que él tenía en mente a ciertas "anormalidades" que la sicopatología no incluye, ni siquiera, en las "anomalías menores" (neurosis y psicopatías). Yo les llamo desajustes normales".
DESAJUSTES "NORMALES"
Me estoy refiriendo a ciertas conductas que estorban, fundamentalmente, en punto central de la vida cristiana: el amor al pró¬jimo. Me limitaré a señalar algunos puntos que me parecen fundamentales.
La agresividad es considerada no sólo como producto de nues¬tras frustraciones, sino algo más complicado. Algunos la toman como un pulsión protectora de la vida. Otros rechazan este unto de vista y la estiman como un producto de los estímulos ambientales. Mientras que las teorías psicoanalíticas hacen na síntesis entre el punto de vista instintivo y el conductista o ambiental.
Lo que sí es un hecho es que la sociedad actual no nos enseña manejar la agresividad. Nos desentendemos de ella culpando a los otros. Entonces deja de ser utilizada para combatir en pro de un mundo mejor y se escapa de, manera destructiva, cruel y "necrof¬ílica".
Personalmente en la orientación que ofrezco a mis hijos espirituales “que se comuniquen siempre en primera persona con el verbo ”estar” nunca más el tú que en la mayoría de los casos son juicios, que provocan recíprocos ataques.
Muchos de nuestros contemporáneos padecen también un desajuste sexual. A pesar de que ha sido destruido el tabú, no se ha conseguido una experiencia sexual madura y satisfactoria. Porque se la ha separado del amor al otro. "Su meta no es el otro como un tú personal insustituible o irrepetible, sino la inmersión en el gran torrente de la vida anónima preindividual en el que no existen el Yo ni el Tú".
Por otro lado, las tensiones sociales, los cambios incesantes, las injusticias institucionalizadas, las diferencias sociales, la sobrepobl¬ación, el hambre, la miseria e, incluso, la irreligiosidad, acostumbran al hombre a reaccionar con emociones negativas: ira, odios, ,presión-tristeza. Las cuales son consideradas por el movimiento de higiene mental como las responsables de la mayoría de nuestras enfermedades orgánicas.
Algunas emociones se tornan habituales en la persona y entonce¬s hablamos de estados de ánimo o sentimientos. Entre los estados de ánimo negativos encontramos la angustia. La cual puede ser patológica y normal. Esta puede ser vital, existencial e intrapsíquica. Esta última suele estar emparentada con la culpa una relación de causa-efecto.
La pérdida de contacto con la naturaleza "es la causante de angustia existencial, de la angustia mundana, la cual sólo puede compensada en las más altas esferas de la conciencia religiosa".
No sólo evitamos el contacto con el ritmo vital de la naturaleza, también lo evitamos en nuestras relaciones con el prójimo. Usando un lenguaje indirecto ("se dice...", en lugar de "yo digo que. . hablando de cosas, eventos, terceras personas, etc., en lugar de hablar con el tú que aquí y ahora está conmigo. Especialmente, logramos no entrar en contacto a través de la "introyección", pseudocongluencia, deflexión, retroflexión, proyección. Y esto es contrario o, por lo menos, la no realización de la amistad fraterna que exige contacto y un contacto interpersonal muy íntimo.
Otras formas que utilizamos para no amar al prójimo son que están incluidas en la "manipulación". Esta supone intento de controlar a los demás de acuerdo a nuestro capricho gusto. Puede presentar formas opuestas. Por ejemplo, adoptan el papel de dictador o el del débil, valentón o excesivamente amable, juez que condena o excúsalo-todo, calculador-frío o parásito dependiente.
El pecado, como oposición al amor, representa una forma de desajuste, más consciente, puesto que el hombre se realiza mediar el amor. Sólo que en nuestros días el pecado ha sido desterrado como concepto y como responsabilidad de nuestros actos. Entonces la misma psicología advierte que se trata de un despropósito. Que está bien evitar las exageraciones del pasado que nos hacían ver pecados en todas partes, pero hay que responsabilizarse de las faltas reales: guerra, nuevas formas de esclavitud, contaminación ambiental, etc.
Es sano que la culpa reaparezca ante nuestras malas acciones.
Ahora que es muy importante distinguir entre la culpa psicológica y la religiosa. La primera nos atormenta, nos angustia y nos deprime porque vemos que nuestras conductas no corresponden a nuestro Yo ideal. Entonces nos sentimos mal ante los seres que nos inculcaron una cierta idea acerca de cómo deberíamos ser par merecer su aprobación y cariño. En cambio, la culpa religiosa se resuelve en un instante. Apenas volvemos la mirada a nuestro Padre, nos encontramos con su rostro misericordioso que nos perdona y nos invita a una vida nueva. Igual que el "hijo pródigo”, el Padre nos organiza el banquete de su paz, de su amor y de su alegría, cuando nos reconciliamos ante El.
EL PROCESO TERAPEUTICO
Puesto que de una u otra forma he hablado ya de este proceso entonces me limitaré a recordar algunos detalles. Congo uno d los. "procesos terapéuticos" entiendo el avance que la persona logrando, poco a poco, en la actualización de sus potencialidades en la comunicación constructiva con los demás. En la presencia del Maestro Interior.
Ahora quiero destacar que el proceso terapéutico contiene un dinámica de liberación, se mueve hacia la integración personal y hace que la persona se responsabilice ante los otros y en cierta medid, por los otros. (L. J. González).
DINAMICA DE LIBERACION
Según la terapia centrada en la persona, el proceso de madure implica una liberación de las máscaras y de la dependencia del tiene que, de lo que se espera de ti y del agradar a los demás por fuerza.
El psicoanálisis pretende una liberación histórica a fondo. Quiere que te liberes de la dependencia infantil respecto a tus padres, también de una sexualidad narcisista, de una agresividad destructiva, de tus conflictos inconscientes, de tus sentimientos de culpa psicológica, etc.
La terapia Gestalt quiere sacarte -del aislamiento del ostra-cismo, de la falta de contacto con la realidad. Quiere, para esto, que rompas las capas de tu neurosis y que dejes salir Sentimientos más íntimos: ira, alegría, tristeza.
La terapia del comportamiento pretende que dejes tus condi¬cionamientos y que tomes tú mismo el control de tus conductas.
La terapia de realidad te empuja a que abandones las fanta¬sías que te hacen "negar la realidad del mundo" que te rodea.
El análisis transaccional te enseña a descubrir el predominio unilateral de algún aspecto de tu estructura psíquica y, consiguien¬temente, te estimula a que te liberes de la "contaminación del Pa¬dre" o de la "del adulto", o de la "contaminación del niño".
En fin, creo que para todas las corrientes, de una manera u otra, "la terapia consiste en querer la existencia de la persona como un "yo" libre y responsable que encuentra su propio destino".
INTEGRACION
La psicoterapia no se contenta con "remover síntomas" o con liberar de ciertas opresiones o limitaciones. Aparte quiere que la persona se encuentre a sí misma, que sea ella misma, libre para crecer hacia Dios Vida.
La psicoterapia analítica pretende que el Yo crezca y sea dueño de la situación personal. En otros términos, al liberarse de los impulsos ciegos del Ello o del control desmedido del Súper Yo, la persona puede tener el equilibrio de sí misma.
En las descripciones de ROGER es muy fácil advertir que el proceso de convertirse en persona produce una integración de la persona consigo misma. La persona es capaz de "EXPERIENCIAR", de vivir sus sentimientos, supera la incongruencia porque sus con¬ductas corresponden a lo que es y piensa, hay verdadera comunica¬ción consigo misma.
La terapia Gestalt con alma ofrece técnicas concretas que le permiten a la persona la percepción consciente de un ser como una totalidad. Y aunque la técnica de la “silla caliente" parece dividir, en realidad, promueve la integración personal. Porque al poner en una silla, enfrente de mí, un aspecto o una polaridad de mi persona (por ejemplo mi agresividad), entonces se perfila su "figura" y deja de ser algo vago o inconsciente. Y al dejar de ser inconsciente empie¬za a perder su prepotencia. Consiguiente, puedo entablar un diálogo con ese aspecto de mi ser. •
Es muy importante que el “compartir”se haga en el presente, viviendo el "aquí y ahora". Por tanto, si estoy hablando con una figura que apareció en mis sueños, la voy hablar de tú y empleare el tiempo presente en mis verbos. También es muy importante que mantenga conciencia del estado actual o de los cambios de mí cuerpo (órganos, músculos, etc. ) Por ejemplo, si estoy “comportamiento” con mi miedo que previamente he sentado en una silla vacía enfrente de mí, le diré: ante ti me tiemblan las piernas, siento el pecho oprimido, eres tú como una sombra espesa que me oprime.
Posteriormente, me cambiaré de asiento, me sentaré donde estaba mi miedo, me identificaré con él, me sentiré él mismo y como tal le responderé a mi Yo que desde la otra silla me estaba interpelan¬do... Así continuaré el “compartir” hasta que llegue a una conclusión final. Este puede consistir en darle la mano a mi miedo, darle un abrazo, imaginar que nos vamos juntos a caminar por la vida...Por último, trataré de percibir conscientemente cómo me siento emocio¬nal y corporalmente.
Creo que esta y otras técnicas de la terapia Gestalt son alta¬mente integradoras porque implican autoconciencia, percepción consciente e identificación con ciertas partes negadas de nuestra personalidad, etc.
Una de las consecuencias lógicas de la integración de nuestra personalidad es la responsabilidad. Responsabilidad a dos niveles: personal y social.
INTEGRACION PERSONAL Y COMPROMISO SOCIAL
Ya antes habíamos visto que la actitud religiosa que supone madurez en este terreno religioso, implica un proceso de integración. Lo cual resulta una coincidencia con la psicoterapia. Lo mismo suce¬de en cuanto al compromiso social.
Me voy a permitir señalar algunos detalles más referentes a la integración personal.
Después de que el VATICANO II señala que la santidad cris-tiana consiste en relaciones interpersonales con Dios Trino y, consi¬guientemente, con el prójimo, muestra el camino para estas relacio¬nes: "la fe viva, que engendra la esperanza y obra por la caridad".)
Y resulta que esta triple actitud teologal representa un dina-mismo unificador. Porque al relacionarnos con Dios, nos hace verlo todo con su mirada y desde su perspectiva unificadora que supera todo límite de tiempo, espacio, claridad. etc.
Por razón de esta unión con Dios, producida por las virtudes teologales, el hombre integra su historia, como ya lo habíamos visto a la luz de la psicología religiosa. Tanto el pecado como el futuro personales están amparados por el amor divino. Lo mismo ocurre a nivel sico-moral: San JUAN DE LA CRUZ lo explica al comentar algunos de sus versos:
"Mi alma se ha empleado y todo mi caudal en su servicio...
Por todo su caudal entiende aquí todo lo que pertenece a la parte sensitiva del alma. En la cual parte sensitiva se incluye el cuerpo con todos sus sentido y potencias, así interiores como exteriores, y toda la habilidad natural, conviene saber, las cuatro pasiones, los apetitos naturales y el demás caudal del alma; todo lo. cual dice que está ya empleado en servicio de su Amado (Cristo), también como la parte racional y espiritual del alma que acabamos de decir en el verso pasado.
Porque el cuerpo ya le trata según Dios, los sentidos interiores y exteriores enderezando a El las operaciones de ellos, y las cuatro pasiones del alma todas las tiene ceñidas también a Dios, porque no se goza sino de Dios, ni tiene esperanza en otra cosa que en Dios, ni teme sino sólo a Dios, ni se duele según Dios, y también todos sus apetitos y cuidados van sólo a Dios".
Una y otra vez he insistido en el requisito esencial del cristianis¬mo, el amor al prójimo. Ahora sólo pretendo aludir a la situación actual de Latinoamérica. Vivimos condiciones tales de pobreza, analfabetismo, injusticia, opresión y desintegración. Ante estas circunstancias no es posible la vida espiritual sin un compromiso social. Y no en razón de la situación histórica sino de la esencia misma del cristianismo: "Tuve hambre y me diste de comer.. . cada vez que lo hiciste con un hermano mío de esos más humildes, lo hiciste conmigo".
Por otra parte, la historia de la Espiritualidad nos muestra que los santos, oficialmente reconocidos como tales, han vivido el amor en forma extraordinaria o "heroica". Muchos de ellos influye¬ron concretamente en la mejoría socio-económica de las clases más pobres. Esto nos demuestra que la madurez espiritual hace que el hombre crezca de tal suerte, que se vuelve productivo, útil y bené¬fico para la sociedad.
Ahora pasaré a hablar de la mística cristiana que se diferencia de la natural, principalmente, por su recurso a Cristo.
LA EXPERIENCIA MISTICA
Hablar de "experiencia" mística resulta una redundancia. Pues la mística significa en teología "experiencia de Dios". En el cristianismo, la mística será experiencia del Dios Trino a través de Jesucristo que en el Espíritu Santo nos une con el Padre. Y el medio fundamental para dicha unión serán de nuevo, como en la "experiencia cristiana las virtudes teologales habrán alcanzado una madurez que les permite transparentar la presencia amorosa de las Personas Divinas en el centro de la personalidad. En este sentido se puede decir que "el místico experimenta lo que nosotros creemos”.
Antes tocamos el tema de la experiencia. Vimos las caracterís¬ticas de la experiencia religiosa, todavía un poco vaga en cuanto al perfil divino. Luego nos enfrentamos con la claridad conceptual y personalista de la experiencia cristiana. Ahora nos encontramos en la cima o en lo más profundo, según la perspectiva que se adopte, de la experiencia de Dios.
La experiencia mística, igual que toda experiencia. supone conocimiento y contacto vital. Es conocimiento vital lo que el bautizado posee antológicamente: la vida y la presencia de las Per¬sonas Divinas. El cristiano, que no ha madurado en su vida espiri¬tual, acepta esa presencia creyendo en la palabra de Cristo;
Pero no la "siente", no la capta, no ha logrado "la toma de conciencia".
Obviamente, así como Cristo me hace "sentir" a su Padre, con la ayuda del Espíritu Santo, también extiende la "experiencia" a otros elementos fundamentales del cristianismo: Iglesia, Sacra¬mentos, amor fraterno, compromiso social, transformación del mundo, etc.
"Interesa destacar dos datos: en la historia de la Iglesia no sólo existe una vena secreta e interrumpida de "experiencia del misterio"; existe a la par un constante "testimonio" de la mis¬ma. En realidad, ni la Iglesia ni la humanidad han sido nunca aban-donados a la tentación del ateísmo, por falta de profetas testigos de Dios".
Justamente por esta razón la psicología religiosa se ha intere¬sado por la mística: porque cuenta con "testigos" que nos ofrecen datos concretos acerca de Dios.
Antes de entrar en el terreno de la psicología quiero hacer una aclaración. Los fenómenos extraordinarios como "visiones, revela¬ciones, palabras interiores, llagas, etc., no pertenecen a la esencia de la vida mística". Además, es importante subrayar el carác¬ter totalmente gratuito de la experiencia mística. Dios le concede cuando quiere y a quien quiere y como quiere, El no se repite es
original. Sin embargo, El no es arbitrario y no deja de concederla a quien le ha concedido la gracia de desearla y de disponerse. Claro que no se trata de "comprar" esa gracia valiéndonos de técnicas ascéticas y purificadoras. Simplemente "esperamos" con es¬píritu cristiano.
La psicología se interesa por el lenguaje místico por ser tan peculiar. Y lo es, porque el místico se ve en la necesidad de expre¬sar lo "indecible". Por ejemplo, Sto. TOMAS DE AQUINO, el príncipe de la teología, no pudo tomar la pluma después de tener una experiencia mística, porque se sentía imposibilitado para descri¬bir lo divino.
La psicología también trata de captar. las características de la experiencia mística.
JAMES, señala las siguientes:
1) inefabilidad,
2) cualidad cognoscitiva,
3) transitoriedad y
4) pasividad.
STANGE afirma, que son: 1) Unidad, interna y/o externa, 2) trascendencia del tiempo y del espacio, 3) una profunda y sentida vivencia positiva, 4) sentimiento de lo sagrado, 5) la cualidad cognoscitiva u objetivi¬dad y realidad, 6) lo paradójico, 7) pretendida inefabilidad, 8) tran¬sitoriedad, 9) cambios persistentes en las actitudes yen la conducta.
Desde un plano más filosófico, BERGER, enumera estas características: 1) inefabilidad, 2) trascendencia del tiempo), 3) desa¬pego del yo, 4) contacto con Dios en el alma, 5) amor .a los hombres, 6) no es ingenua sino crítica.
Al buscar las raíces psicológicas de la mística, la psicología se fija de nuevo en el campo de la motivación. También tiene en cuenta el temperamento, el ambiente, etc. En la actualidad se ha abierto un nuevo campo con el descubrimiento de las drogas NEURO INCODISLÉPTICAS. Pues estas sustancias, como la SILOCIBINA, MASCALINA, LSD, etc., producen fenómenos semejantes a los estados psíquicos del místico:
En cuanto al significado de la experiencia mística, señalaré algunos detalles referentes-al pleno crecimiento humano del místico.
PLENITUD HUMANA DEL MISTICO
MASLOW indica, sin excluir a otros tipos de personas, que el mística es capaz de realizar el amor-ser. Este se opone al amor-nece¬sidad que es un amor de carencia, de necesidad, de egoísmo. En cambio, el amor-ser está hecho de generosidad, de entrega al otro, de apertura. Voy a citar algunos rasgos con que MASLOW lo carac¬teriza.
"El amor-ser es bienvenido a la conciencia y completamente disfrutado. Puesto que no es posesivo y proviene de la admiración más que de la necesidad, no produce trastornos y es siempre dis¬pensador de placer.
La experiencia del amor-ser es descrita a menudo como siendo igual y teniendo los mismos efectos que la experiencia estética o la experiencia mística.
Los efectos terapéuticos y sicagógicos del experimentar el amor-ser son muy profundos y extensos. Son parecidos a los efectos caracterológicos del amor relativamente puro de una madre sana por su hijo o el amor perfecto de su Dios que han descrito algunos místicos.
Finalmente, puedo decir que el amor-ser, en un sentido pro-fundo pero demostrable, crea al amado. Le da una imagen de sí mismo, le da auto aceptación, en sentimiento de ser merecedor de amor y respeto; todo lo cual le permite crecer. Es una pregunta justificada la de si el desarrollo completo de un ser humano es po¬sible sin él".
La religiosidad resulta alienante cuando "al orientar el espíritu humano hacia una vida futura ilusoria, aparta al hombre del esfuerzo por levantar la ciudad temporal".
HUMANISMO RADICAL DEL MISTICO
Una de las características indiscutibles del mística cristiano es su radicalismo a nivel de conductas. Es el hombre que apunta hacia la total libertad. La libertad de escoger su perfecta realización por la identificación y la "unión transformante" con Cristo. El cual es el "hombre perfecto" porque su unión con Dios es perfecta: forma una sola persona con el Hijo de Dios.
LA ESPIRITUALIDAD, PLENITUD DE LA LIBERACION
Es claro que podremos pedir ayuda a las ciencias actuales, pero considerándolas, precisamente,, como "ciencias". Pues toda ciencia trabaja con hipótesis y teorías provisionales. Así, tal vez habrá quiénes prefieran los marcos teóricos del socialismo. Pero, los tomarán como instrumentos, como medios pasajeros y superables.
Sólo las realidades que participan de Dios son eternas. la persona, el amor, la justicia, la paz, la alegría, el arte, la oración, la hu¬manización de la tierra, la libertad.
El hombre que decida entregarse a la liberación. del prójimo, pero ~ cogiéndose de la mano de Dios, ése hombre ha elegido la "posibilidad" más efectiva y duradera para empujar el proceso de liberación.
Por eso, "la lástima es que muchos llamados revolucionarios caen en la trampa preparada por el mundo burgués y abandonan fácilmente la relación con Dios".
Lo cual significa perder la pista. Porque el proceso delibera-ción tiene, desde la eternidad, una meta bien clara: las relaciones interpersonales del hombre con el hombre, gracias a la unión: con Cristo y por El con el Padre en el Espíritu Santo. Lo cual conlleva una relación viva con la naturaleza y con el cosmos.
"La plenitud de la liberación -don gratuito de Cristo- es la comunión con Dios y con los demás hombres. Lo cual coincide exactamente con los intereses de. la vida espiritual. Consiguiente¬mente, si la vida espiritual me hace vivir en comunión con Dios y con los demás hombres y con el cosmos, entonces está promo¬viendo la liberación.
Más aún, está adelantando, por medio de la fe, la esperanza y el amor, ese momento de perfecta liberación y comunión que tendrá lugar cuando Cristo vuelva para establecer la “tierra nueva”. Sólo Cristo logrará el cumplimiento de todas las utopías. Por eso debemos orar en el Espíritu y con la iglesia, diciendo a Jesús: “Ven!”.
También el místico escoge el amor al prójimo, en forma total. Porque sabe bien que el amor a Dios Trino no se puede separar del amor al prójimo. Más aún,, es consciente de que no puede unirse plenamente con Dios en Cristo, sin un amor pleno a los demás.
También el místico escoge el amor al prójimo, en forma total. Porque sabe bien que el amor a Dios Trino no se puede separar del amor al prójimo. Más aún,, es consciente de que. no puede unirse plenamente con Dios en Cristo, sin un amor pleno a los demás.
Pienso que esta opción por el amor, en términos tan radicales y absolutos deben ser un modelo luminoso para los cristianos latinoa¬mericanos que quieren comprometerse en la liberación de sus her¬manos y en la propia. De hecho, la espiritualidad de la liberación ha pensado en los místicos más de una vez. Porque nos muestran un camino de rompimiento completo con nuestro egoísmo, "para hallar al otro" y comprometernos con los otros igual que El se com-prometió hasta morir por ellos.
Los místicos de nuestro tiempo, igual que los de otras épocas, nos ayudarán a descubrir el humanismo absoluto que sólo Dios posee. Más allá de los sistemas, de la teoría y de las circunstancias, el místico, -contagiado por el inmenso amor de Cristo, coloca en el horizonte el hombre hermano. Todo lo demás es relativo.- Así lo enseñó Cristo.
a)la Ley ("el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado").
b)el pecado ("no he venido a invitar a los justos sino a los pecadores"),
la religión ("dame de be¬ber"),
c)la raza (hubo una mujer cancana... ), etc.
Incluso la vida es relativa cuando se da por otro:
"Sabéis que los jefes de las naciones las tiranizan. y que los grandes las oprimen. No será así entre vosotros; al contrario, el que quiera subir, sea servidor vuestro y el que quiera ser primero sea es¬clavo vuestro. Igual que este hombre no ha venido a que le sirvan, sino o a servir y a dar su vida en rescate por todos".
"Un solo pensamiento del hombre vale más que todo el mun¬do; por tanto, sólo Dios es digno de él".
ENCUENTROS JUVENILES EN EL ESPIRITU SANTO
PROCESOS DE CRECIMIENTO QUE SE OFRECEN. Etapas por áreas, para las distintas necesidades juveniles.
MADUREZ HUMANA PERSONAL:
o E, DE PEQUES (5, 6, 7 años)
o ENCUENTRO DE NIÑOS (E.N.E.) 8-12 años
o ENCUENTRO DE ADOLESCENTES(E.J.E.) 14-16 años
o ENCUENTRO DE JOVENES (ESCOGE 18-45 años)
o ENCUENTRO DE MAMAS
o ENCUENTRO DE PAPAS RESPONSABLES
MADUREZ HUMANA SOCIAL:
o ENCUENTRO DE FAMILIA
o ENCUENTRO DE PAREJAS RESPONSA¬BLES (E.P.R.)
o ENCUENTRO ESPIGA
o ENCUENTRO DE CURSO (ECUS) ENCUENTRO UNIVERSITARIO
MADUREZ CRISTIANA:
o ENCUENTRO BIBLICO , (EBIJU)
o TALLER BIBLICO (TABI¬
o E. PARROQUIAL FAMILIA DE FE
o ENCUENTRO EN BUSQUEDA
o ENCUENTRO EN LA FE (E F E.) ENCUENTRO PROFUNDO
o E. CON EL CONCILIO DE LOS JOVENES
Los Encuentros Juveniles en el Espíritu son comunidades que se llenan de mística. Misioneros y pastores juveniles que devuelven lo que recibieron. A los jóvenes que más necesitan aquí y ahora.
En estos años he pasado muchos momentos felices (los más) y momentos y cruces muy dolorosos... todo ha pasado.
Creo haberme acercado un poco al mundo del orden, de la cla¬ridad y de la síntesis. Al mismo tiempo, sé que todavía resta un largo trecho por recorrer. Sin embargo, las páginas que se quedaron atrás me dicen que ahora estoy más cerca de la meta que al comenzar. Estas obras son solo un borrador te toca ti mejorarlas.
La meta, como decía en la introducción, consiste en el apro¬vechamiento de la psicología y de la socio-psicología para acercar¬nos a otra meta más vital y más trascendente.- las relaciones de amor con el prójimo y con las Personas Divinas. A estas relaciones les llamo "vida espiritual".
Y recordando los datos recogidos, me complazco al constatar que la religiosidad es un rasgo esencial del hombre. Independiente¬mente del juicio que se emita acerca de la religión, es evidente que el ser humano tiene la capacidad, muchas veces no aprovechada,, de auto trascenderse para religarse con el otro.
Humanamente hablando, la religiosidad popular es un fenó¬meno complejo. Y hay que echar mano de todo el conjunto de las ciencias humanísticas para penetrar en su entraña. Apenas se corta la masa encefálica' inmediatamente las células se dañan. Entonces el investigador se contenta con estudiarlas sin la presencia dé la vida. Otro tanto ocurre en el hecho religioso. Logramos colocarlo sobre la plancha del pensamiento, lo intervenimos con el instrumental de la historia, la sociología, la psicología y hasta lo penetramos con la agudeza de la filosofía. Sin embargo la vida, su aliento, su alma se nos escapa...
Efectivamente, las ciencias sólo consiguen llevarnos al umbral de la vida espiritual del hombre. Para atravesarlo necesitamos el impulso del espíritu y la mano viril de Cristo, que nos conduce hasta el más profundo centro de nuestra propia personalidad y de la del prójimo: hasta la presencia indescriptible del Padre.
Y al saber que Cristo eleva nuestra condición humana, descu-brimos que la espiritualidad apoya y potencializa a la ciencias que quieren promover el desarrollo pleno del hombre.
En consecuencia, creo poder concluir que, efectivamente, ciencia y espiritualidad pueden ir de la mano. No sólo mirarse sino como dinamismo colaborador. Ya que las ciencias humanísticas se acercan al centro del ser humano que es Dios. Y el encuentro perso¬nal con Dios nos lleva al centro de las ciencias que es el hombre.
CON CARIÑO PARA TÍ.- JOSE FORBES F.sdb TQM
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