miércoles, 27 de junio de 2012


Sobre el éxtasis espiritual


Es plenitud permanente y muy intensa.
Es salir de la rutina sin caer en bajezas.
Es dejar salir de mi egoísmo
A mi Ser profundo y hermoso.
Es llegar a Dios.
Es una profunda experiencia espiritual.

Nadie ha visto a Dios Amor, pero si nos amamos llegaremos al éxtasis: el éxtasis del amor que dura las 24 horas del día.

¿En qué consiste el éxtasis de una pareja sana? Consiste en todo lo sublime que se vive en una pareja madura en el amor, La relación sexual plena es algo singularmente misteriosa, armónica y sin bajezas.

El éxtasis la transforma en un exquisito compartir durante todo el día, que se vive de distinta forma por distintos tipos de personas, pero donde siempre se mezcla intensamente lo humano con lo divino, Es tan hermosa la comunicación profunda antes y después de una relación sexual pura, que permite manifestar y recibir ternura y delicadeza, al mismo tiempo que vivimos. Sabiéndonos elegidos el uno para el otro, por Dios Amor, para ser felices en plenitud.

La disponibilidad que demuestro para mi pareja, que es lo más importante para Mí va dando lugar a ese
“compartir profundo, con silencios, gestos, miradas y palabras que se transforman en una oración de agradecimiento porque  sé que también me ama y elige”.

 El éxtasis se convierte en una especie de bálsamo curativo, es hacer el amor todo el día con detalles, como despertar a mi pareja con un desayuno, prepararle una tina espumante tibia, llamarla por teléfono a su trabajo, ir a verla a su oficina.

Ser una esponja cuando me cuenta las grandes o pequeñas dificultades del día, sin interrumpir. Recibirla con un rico plato de tallarines, perfumada la casa y con mil gestos de cariño a quien me acompaña en la vida.

Nuestras individualidades se transforman en “un solo ser’ (como dice la Biblia) que se dona por amor y que luego continúa esforzándose para enriquecer a la pareja, en un compartir de sentimientos profundos, llenos de ternura, Qué maravilla más grande resulta el tiempo de compartir antes, durante y después de la relación de “amor pleno”.

 Hay riquezas inexploradas y descubrimientos maravillosos que a medida que transcurre el tiempo se llenan de más intimidad y ansiedad por conocer más del otro.

El amor tiende al infinito. Nos permite llegar a niveles insospechados de confianza y ganas de desarrollarnos, de hacernos crecer mutuamente, Al estar dispuestos a entregar lo más valioso de nosotros sin pedir nada a cambio, estamos alimentando nuestra ansia de infinito. Si ustedes se aman como pareja en esta forma, van a trasuntar al DIOS INVISIBLE, “El estará entre ustedes y Su Amor dará sus frutos en ustedes y en sus hijos” (ver 1 Juan 4, 12).

No somos las cosas que hacemos, o nuestro dinero o posesiones materiales, somos las personas que nos damos y recibimos con alegría, con amor, responsabilidad y placer genero so. Nos disfrutamos al comprobar que antes de elegir- nos nosotros, El ya nos tenía elegidos (ver Génesis 2, 24-25 y Juan 15, 16-17).

Esta alegría es comunicativa, nos sentimos plenos porque somos valorizados en todo nuestro ser profundo, pero es un resultado que no se improvisa, que no es casual, que no es fruto automático de un encuentro pasional, sino de un lento camino de adiestramiento mutuo, de una fe sólida en creer todo lo que el otro dice sentir hacia mí.

del otro. Se acaban las mentiras, falsedad y engaños; mi confianza pide una entrega sin garantía, plena de gozo, gratuita, porque sí, porque le amo” y porque te amo, te creo, y porque te oreo, me fío, y porque me fío, me entrego, y tú puedes hacer de mí lo que quieras. Si nos amamos de ser a ser (de corazón a corazón), Dios Amor está presente realmente entre nosotros, lo sentimos, lo vivimos. Esto implica no dejarme estar, cada día me capacito en todas las ciencias, artes, poesía. Esto es el éxtasis Espiritual


Para compartir:
1-¿Cuál es el plan de Dios Padre frente al éxtasis?
2-¿Cuál es el éxtasis de los santos? Explica.
3- ¿Se puede lograr el éxtasis espiritual después de una hermosa relación sexual, completa lenta?
Nosotras somos como la montaña rusa
En sus relaciones, las lolas se alejan para luego volver; ellas suben y bajan en su capacidad para amarse y amar a los demás. Al bajar su autoestima, la lola se siente sola y vacía, por lo tanto, necesita que la llenen de amor.

Este es un ciclo constante que desconcierta al hombre, pues espera que la mujer sea fuente de placer, alegría y cariño, como cuando empezaron a amarse; si la mujer se siente infeliz, su pareja no sabe qué hacer y su reacción es enojarse, “arreglaría” como si fuese un artefacto, o dejarla sola “hasta que se le pase”.

Es entonces cuando ella necesita más que nunca a su pareja, pero de una forma muy especial; acompañarla mientras está triste, escuchar sus sentimientos, solida rizar con ellos sin enfadarse ni sentirse frustrado, ni tampoco ofrecerle soluciones, sólo escuchar de verdad evitando el impulso de influir en ella desde la perspectiva racional masculina. Sólo con su amor, atención y apoyo, el varón ya estará haciendo por ella algo que equivale

¿Sabemos estar juntos y felices e al mejor regalo.
Para conversarn las subidas y baladas de la montaña rusa? TQM PEPE.

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