ME ESTOY DANDO CUENTA LO HERMOSO QUE
ES SER MADRE
Desde que nací he buscado nacer
otra vez. Alguien hizo mi cuerpo en forma de cuna y mi corazón como un sonajero
de bebé. Llevo dentro de mí este sueño de toda la vida y, acodada en la
ventana, al morir el día, veo por dos.
Desde que espero, todo es más
hermoso:
El césped más verde, más
intenso el brillo del so!, más rítmico el caer de la lluvia. Desde que espero,
tengo sueños, cada día, más grandes y con más esperanzas:
El color de sus ojos, el timbre
de su voz, el color de su piel.
Todo es un sueño para mí.
Desde ahora quiero saber su
nombre, conocer lo que siente, intuir lo que piensa, lo que va amar...
Quiero que esté cómodo en mí,
que nazca sano y fuerte, con energía para seguir creciendo después, toda la
vida.
Quiero llenar su pequeña mente
y su corazón…
De pensamientos hermosos, como
un jardín de rosas; de palabras dulces, como el fruto maduro de la vid; de
sueños alegres, como la primera mañana de vacaciones. Quiero que sea sano de
cuerpo, limpio de mente, y generoso de corazón.
Por eso procuro estar en paz,
porque sé que sabe lo que pienso, escucha lo que digo, siente lo que siento.
Todos los días tengo algo nuevo
para él:
Un pensamiento, una palabra,
una melodía.
La lana que tejo entre mis
dedos, es la hebra de mi corazón que, mientras teje esquimales y camisitas
miniatura, va tejiendo en mi interior
Prendas
invisibles de cariño.
Hoy he tejido una sonrisa más que añado a la caricia de ayer, y al beso de
mañana. Estoy sembrando el amor que
parte de la semilla que hay en mí.
Le cantaré la canción de cuna
que aprenda hoy. Los cuentos que recuerde, los leeré de nuevo para hacerlos
nacer en mi mente otra vez y dejarlos oír, como juguetes en una caja de
sorpresas, cuando mi hijo ya pueda comprenderlos.
Quiero ser la mejor mamá del
mundo. Enseñarle a querer, enseñarle a orar.
Quiero espiar su primera sonrisa y guardarla, en una caja dorada, dentro de mi
corazón junto a sus primeros pasos y;
A la primera vez y que diga: ¡mamá!
Entonces, sabré, más que antes,
que lo soy. Cuando mi hijo diga: ¡mamá!
Sabré que tengo que ser
responsable. Cada vez que lo diga sembrará firmeza y cariño dentro de mí.
Veo, siento y amo por ti.
Descubro cosas desconocidas hasta hoy:
Todo el mundo me parece más
hermoso porque él viene; siento que todos comparten mi secreto.
Estoy cansada, pero mi
cansancio es dulce.
Estoy
soñolienta, pero sueño con e! mañana. Estoy llorona, pero me llenan de alegría
las cosas sencillas. Necesito más a mi marido, mi amado, el esposo que vive conmigo esta gran aventura de formar
otro ser.
Pareciera que, junto a esta
pesadez de mi vientre abultado, me nacieran alas en el corazón. Me miro al
espejo y me gusta la imagen que me devuelve el cristal.
Me tiene presa el hecho de
crear.
Me agrada saber que minuto a
minuto crece dentro de mí.
No me dejo estar, no;
Esta espera va a ser la más dulce, la más hermosa y fructífera de todas, pues
estoy haciendo trocitos del papel de Dios.
El vive en mi interior.
Este hijo no vendría si él no
lo quisiera. Ciertamente me parezco a Dios. Estoy esperando...
¡Estoy fabricando un bebé! TQM
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