Nota:
Jesús nos dejó un solo mandamiento, ama al Señor tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu Espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo.
Todas las leyes humanas,
Cristianas, están iluminadas por este mandato Divino.
Por eso nosotros,
humildemente, vamos a incorporar en este documento, este mandato del Señor, que
consiste en su ESPIRITUALIDAD; Amarlo a Él sobre todas las cosas y a tu prójimo
como a ti mismo:” No me han elegido ustedes a mí, sino que yo, te elegí a ti
y a los demás y los destino para que
vayan y den muchísimo fruto y este fruto es: que permanezcan en Mí. Todo lo que pidan al Padre en nombre mío yo se
los daré, esto es lo que yo les mando que se amen unos con otros” y así
lograremos el equilibrio entre razón, inteligencia y el mandato que Divino de
amarnos. Sin este amor, todas las afirmaciones humanas carecen del motor que
las “diviniza” (Juan Cap. 15,16
“Compartir N°1”:
La Ley Divina y humana no se contradicen, se
complementan, por eso te sugiero que, todos los temas que vienen a
continuación, tú los complementes con este mandato Divino “de amarlo a Él, a mí
mismo, y a los demás como El nos ama eternamente.”
Compartir N°2: De
la Esencia del amor, tengo que darme cuenta que si, no me dejo amar por Dios, no podría amar a
nadie.
El
amor universal, tiene tres aspectos:
Esencia: Esta,
pertenece al amor. El nos creo el amor total, creo el universo, y a las
personas incorpóreas creadas, que son los ángeles que nos aman.
Clases: Así como en la naturaleza hay millones
de clases de seres distintos de especies, en el mundo angélico, existen
millones de ellos, y entre todos ellos, poseen una especie distinta, por lo
tanto, también con su esencia, la Creación, no tiene límite. Esto me asombra
sobremanera.
Efectos: Este
jardín de personas, angélicas y humanas, junto con la naturaleza de todo el
universo, me deja expectante y nace las ansias de sentirme en la casa de todos.
Mi primer sentir: ¿pertenece al Amor?
Este Amor nos irradia universalmente y nos compromete a respetar y a
brindar este amor infinito al resto de los seres y personas que nos rodean.
Artículo 2
Mi segundo sentir: ¿Se orienta siempre
a la fraternidad universal, que produce más amor?
El fin de la vida humana es la felicidad VIVIENDO
las bienaventuranzas, por tanto el Amor debe preocuparme
primariamente del orden a las bienaventuranzas sentidas y amadas. Es necesario
que el Amor se proyecte en producir sentimientos de luz evitando los
sentimientos de sombra, que nos podría
eclipsar la felicidad común.
Por tanto,
se puede decir que como ÉL Amor se constituye primariamente por el orden al bien común,
cualquier otro precepto sobre actos particulares no tiene razón de sentir sino
en cuanto se ordena al amor pleno.
Artículo 3
¿Puede
un individuo particular matar el Amor?
El Amor
propiamente dicho tiene por objeto primero y principal el orden a la felicidad
de todos. Pero al violar este amor,
destruimos la esperanza de todos y destruimos la paz a la que todos tenemos
derecho, que todos nos amemos unos con otros, ya que el amor posee una
fuente sagrada, teniendo su mismo objetivo y la felicidad, nadie tiene derecho
a eliminarla, puesto que vivimos para ser felices y para eso fuimos enviados y
resucitaremos para siempre.
Artículo 4
La promulgación de la esencia del amor
es esencial.
El amor brota del mismo Creador, que es
regla y medida para todos, no se impone, se ofrece, nadie nos puede quitar el
amor sino en común acuerdo con la voluntad expresa del Señor.
¿Existe
una ley eterna? Por supuesto;
”HAGAMOS A LAS PERSONAS A NUESTRA
IMAGEN Y SEMENJA.
La ley no es otra cosa que un dictamen del infinito
AMOR DE LAS TRES DIVINAS PERSONAS, que siguen creando todo y que este hermoso
universo está en plena expansión del maravilloso cielo que está guiada por la Sabiduría
divina. Y como tal no concibe nada en el tiempo, sino que
su concepto de eterno, se
puede decir que existe una pulsión Eterna
e infinita.
¿Existe en nosotros una ley natural?
Siendo
la ley regla y medida, puede existir en el principio regulado y medido, pero esto
significa que participa de la medida y regla, y por tanto es manifiesto que
participan en cierto modo de la Ley eterna.
Nosotros los humanos racionales nos encontramos sometidos a la divina providencia
de manera superior a las demás, por lo tanto también en nosotros criaturas
racionales hay una participación de la sabiduría
eterna. Y esta participación de la ley eterna en la criatura racional
Es lo que se llama ley natural.
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